Unas palabras de urgencia ante lo que está pasando con el pequeño Alfie. Este niño representa la lucha de unos padres y de un bebé por la pura supervivencia: por vivir.
¿Quién es el juez o el gobierno o el Estado para condenar a muerte a un niño indefenso, privándolo de los medios precisos para respirar e impidiendo que sus padres puedan llevarse al niño de ese hospital y de ese país para llevárselo a Italia donde le han concedido incluso la nacionalidad italiana para poder proteger su vida? Está en juego el eterno combate entre la Civilización del Amor y la Cultura de la Muerte.
El Papa ha clamado por la vida de este niño. Todos los católicos y todos los defensores de la vida estamos rezando por la vida de Alfie. Confiamos su vida (y la nuestra) a su Divina Providencia y a su amor de Padre. El Señor sabe qué es mejor para el niño y para cada uno de nosotros. Encomendamos a la maternal protección de María la salud, el alma y el cuerpo del pequeño Alfie. Ella es Madre y sabe, como toda madre, lo que es sufrir por un Hijo. No tenemos nada que explicarle que Ella no sepa.
Esta es la Modernidad. Este es el resultado de ese sentimentalismo ñoño y empalagoso hasta la náusea; de ese emotivismo que en nombre de una falsa compasión decide que un niño enfermo no tiene derecho a seguir viviendo. Lo dejarán morir “para que no sufra”: en contra del criterio de sus propios padres, que están entablando una batalla jurídica y mediática por todos los medios a su alcance para salvar a su hijo.
No verán ustedes probablemente una sola noticia sobre Alfie en televisión ni en radio (salvo, tal vez, contadas excepciones). La vida de un niño no interesa, no es noticia, no vende. El mundo no entiende de amor: yo daría mi propia vida, si Dios la aceptara, a cambio de la de Alfie. Al Señor se la ofrezco sin el más mínimo temor. Bien estaría. Cualquier padre daría su propia vida por sus hijos sin pestañear, si con ello pudiera evitar la enfermedad, el sufrimiento o la muerte de su hijo.
El mundo moderno camina hacia la barbarie desde hace muchos años. La Civilización Cristiana muere y el nihilismo ateo se extiende como una mancha de petróleo impregnándolo todo de muerte, de crueldad, de sinsentido. Pero no podemos quedarnos cruzados de brazos ante esta mancha que todo lo contamina. Los Hijos de Dios debemos comportarnos como tales y levantarnos contra la barbarie del superhombre nietzscheano, feroz, egoísta y despiadado. Toca combatir, protestar, rezar, escribir, hacer penitencia, vivir en gracia de Dios y alimentarnos del Pan de Vida: de Cristo Eucaristía, que es nuestro Salvador y Señor, y es el único que puede acabar con el pecado del mundo.
No permitas, Señor, que triunfen nuestros enemigos. Líbranos del Maligno y de sus asechanzas. Que venga pronto tu Reino, Señor: que perecemos en medio de esta tempestad mortal de la modernidad asesina. Auméntanos la fe para que no nos hundamos en medio de este mar tenebroso.
No sé si a estas horas se habrá apagado ya la vida de Alfie. Lleva desde las nueve de la noche sin el soporte vital que le permitía respirar. Ha aguantado ya más de doce horas. Los médicos decían que moriría a los pocos minutos de desconectarlo del respirador. Y ha luchado durante muchas horas por seguir respirando y viviendo. Si tu Santa Voluntad, Señor, es llevártelo contigo al Cielo, llénalo allí de tu luz y de tu amor para toda la eternidad. Pero Tú, Señor, eres el Señor de la Vida y nosotros te imploramos y te suplicamos por al vida de este niño. Y te rogamos que consueles, animes y acompañes a esos padres que tanto están luchando y sufriendo. En cualquier caso, que se haga siempre tu Voluntad y no la Nuestra.
Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo
Actualización: Un juez impide que los padres de Alfie puedan llevar a su hijo a casa o a donde les dé la gana. Los hijos ya no son de sus padres, sino del Estado. ¡Quiénes se han creído que son estos tipos para impedir de un padre pueda trasladar a su hijo de un hospital a otro o de un país a otro! Lo que está en juego es la patria potestad de los padres respecto a sus hijos. El Estado liberal y democrático se comporta como las tiranías totalitarias fascistas o comunistas.
Pedro Luis LLera
«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes»…..