Les recomendamos no se pierdan las importantes y aleccionadoras palabras de este político católico que nos parecen de lo más acertadas.
¿UN PAPA QUE HACE POLÍTICA?
¿Qué piensa Marcello Pera, sobre el continuo llamamiento a la acogida de migrantes que hace Francisco?
El ex presidente del Senado, responde a una candente entrevista aparecida hoy en el periódico napolitano Il Matino. El problema de los migrantes y el tema de la acogida son el punto central para comprender el ataque que Pera contempla en la Iglesia, alejada del período de Juan Pablo II y Benedicto XVI con quien escribió un libro a cuatro manos titulado Sin Raíces. Europa, Relativismo, Cristianismo, Islam. Ahora solamente «hace política». En la última entrevista concedida por Bergoglio a Scalfari para el periódico La Repubblica el tema de la acogida sin límites y el miedo a que el G20 limite las oleadas de inmigrantes es el tema central para el «Papa de los pobres, los inmigrantes y los excluidos». Pero Marcello Pera habla en términos muy claros: «a este Papa no lo entiendo, todo lo que dice es totalmente irracional…..¿Por qué insiste en la acogida total? El Papa lo hace porque detesta el Occidente, aspira a destruirlo y hace lo posible para conseguir este fin», ha disparado el intelectual católico que desde siempre ha estado muy cercano a las instancias de la Iglesia y del Cristianismo contra la dictadura del relativismo.
El nuevo magisterio de Bergoglio «no es Evangelio, es solo política. Francisco está poco o nada interesado por el cristianismo como doctrina, en su aspecto teológico. (…) Sus afirmaciones parecen basadas en la Escritura, pero la realidad es que son fuertemente seculares», ha afirmado con contundencia el ex miembro de Forza Italia. Según Pera «el Papa hoy no está preocupado por la salvación de las almas, solamente por la seguridad y el bienestar sociales. Si entramos en el meollo de la cuestión, él sugiere a nuestros estados que se suiciden, invita a Europa a no ser más ella misma: el Papa refleja todos los prejuicios de Sudamérica hacia América del Norte, hacia el mercado, la libertad, el capitalismo».
UN CISMA CRECIENTE EN LA IGLESIA PERSEGUIDO POR FRANCISCO
¿Todas estas cosas pueden llegar a ser una provocación hacia los laicos que en pontificados anteriores han servido fiel y eficazmente a los pontificados anteriores?
En la entrevista al Mattino, Pera afirma que el Papa Francisco está alimentando una especie de cisma dentro de la propia Iglesia: «se está llevando a cabo un cisma oculto nacido en el mundo católico que está siendo perseguido por Bergoglio obstinada y determinadamente». según afirma Marcello Pera, las ideas que estarían conduciendo al suicidio de la Iglesia y que está usando Bergoglio ya se encuentran de alguna manera en el Concilio Vaticano II iniciado por Juan XIII con «el «aggiornamento» del cristianismo laicista en la Iglesia y que provocó un cambio muy profundo en Ella, aunque eso, habiendo podido provocar un cisma, se mantuvo a raya en los años sucesivos». Tal como expone Pera, el «nuevo rumbo» de Francisco difiere mucho de la vasta teología y magisterio del legado de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Dicho nuevo rumbo no convence a nadie y se lanza hacia otros modelos muy distintos: «finalmente ha explosionado el Concilio Vaticano II con toda su radicalidad revolucionaria».
De hecho Ratzinger y Wojtila, comenta el ex presidente del Senado, «salvaron a la Iglesia, asumiendo una visión trágica de la realidad, resistiendo y buscando mediar lo nuevo con la tradición. Lo hicieron de manera excelsa». Pero ahora, con Francisco a la cabeza, todo es cuestionado nuevamente: «los derechos del hombre, todos y sin exclusión, son el referente y la brújula para la Iglesia; para los derechos de Dios y de la tradición no hay apenas espacio». Pera, no obstante, reporta ciertas facetas de estos cambios de la Iglesia que no son tan excelentes: «los jóvenes, parte del clero y personas simples de provincias que viven los problemas de seguridad que los migrantes crean en nuestras periferias».
¿Cómo se sale de esta crisis? ¿Qué podemos esperar?
«Espero un Papa que tome en la mano la cruz del occidente, de sus valores. Que no sueñe con un occidente empobrecido. Y yo deseo para Italia una clase política y una opinión pública que centre su discurso en el tema de la identidad, el sentido de nación, la tradición. No obstante soy muy pesimista. Y tomo siempre más píldoras para tratar de estar más tranquilo».
Bergoglio no cuida a los migrantes sino a los invasores musulmanes y a los ilegales infractores de la ley para tener fronteras abiertas para la desestabilización mundial necesaria para el Nuevo Orden Mundial.