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SOBREMESA CON TOSATTI: Vergonzoso espectáculo durante la conferencia de la Bonino y más……

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Written by Marco Tosatti

Comentario a dos artículos de Marco Tosatti

Por Montse Sanmartí.

 

Hace escasos días, compartíamos con todos nuestros lectores la noticia de la visita de la Bonino a la parroquia de San Difendete en Ronco di Cossato, en Biella, para dar una conferencia sobre la acogida de los inmigrantes, a la que fue invitada expresamente por el párroco de dicha iglesia, Mario Marchiori,  y con el consentimiento del obispo de la diócesis. Recordarán sin duda, que la política italiana  carga sobre su conciencia con miles de abortos provocados por ella misma y que realizaba con una mancha de bicicleta de manera clandestina en los años previos a la despenalización del aborto en Italia. Muchos nos hemos preguntado el por qué de esta invitación por parte del párroco de Biella, siendo el aborto un gravísimo pecado y constatando la terrible incongruencia de invitar a esta persona que nada tiene que aportar en la Iglesia y paradójicamente queriendo dar lecciones de «acogida», en este caso a los inmigrantes. Contra la iniciativa se movilizó, tal y  como compartimos en la anterior Sobremesa con Tosatti,  la Asociación “Ora et Labora in difesa della vita” , y el lema de la protesta que organizó fue «La primera acogida empieza en el seno materno».

Pues bien. Parece que a pesar de las protestas, la conferencia se llevó a cabo y han trascendido ciertos detalles que Tosatti relata en su blog Stilum Curiae y no podemos pasar por alto:

1º.-Que estuvo presente también en la conferencia Silvio Viale, un notorio abortista que fue quien introdujo en Italia la píldora abortiva RU 486. (¿Qué hace una persona de este calado en una iglesia donde en principio se iba a hablar de inmigración y acogida de inmigrantes?)

2º.- Que participó así mismo en el encuentro, el presidente de la Cáritas diocesana, don Perini, quien recientemente se mostraba favorable a la tesis sobre la eutanasia.

3º.-Refieren algunos de los participantes que los organizadores de la conferencia no han permitido réplicas ni debates de ningún tipo a las tesis que se han propuesto desde el presbiterio. Uno de ellos, el Dr. Lendro Aletti, una figura histórica en contra del aborto en Italia desde los años 70, empezó a hacer una pregunta y se le impidió terminarla al decir-«¡Vergüenza, vergüenza!, dentro de la propia iglesia, y acto seguido se le retiró el micrófono. Otra persona, Alberto Cerutti, preguntó por qué nunca se acogió a los 6 millones de niños abortados gracias a la ley 194, y fue alejado rápidamente por los «carabinieri», quienes estaban presentes junto con la policía italiana. 

4º.- El obispo de Biella, mons. Gabriele Mana, dice que esta fue una iniciativa del párroco. Manifestó considerar inoportuno el lugar, aunque los contenidos pudieran ser positivos. Comentó que hubiera podido mejor celebrarse en un emplazamiento de carácter civil. Sin embargo, dijo el prelado, «se trabaja no tanto con la imposición, sino con la persuasión». 

Tosatti, como muchos otros lectores, se pregunta el por qué de esta respuesta tardía e ineficaz. Si ciertamente la opinión del ordinario era esa ¿por qué no hizo nada al respecto?

Como comentario personal a todo lo descrito por Marco en el artículo, me pregunto:

¿Puede un obispo ser tan cínico al afirmar que no es muy oportuno celebrar este evento en una iglesia, pero sí en otra ubicación no vinculada a la misma, cuando a la conferencia se invitó a dos de los más importantes abortistas que ha tenido Italia? ¿Acaso el permitir que, finalmente, se haya celebrado en la parroquia dicho acto, no es una forma de mostrar públicamente apoyo al crimen del aborto, por mucho que ahora el obispo se quiera «lavar las manos»? ¿No se está mostrando la imagen de que el aborto no es algo malo, y con mayor motivo precisamente al negarles la palabra a dos personas que estaban totalmente en contra del mismo? ¿Dónde se encontraba el párroco para impedir tal atropello y mediar para permitir a estas personas la intervención a la cual tenían derecho?

Me pregunto por qué hoy, como nunca antes, cada uno puede hacer lo que quiera y le venga en gana «en nombre de la Iglesia» sin que haya quien llame al orden a los que desbarran. Una anarquía total como nunca se vivió, donde, para más desgracia, se castiga a los buenos y no se corrige a los que andan por malos caminos. ¡Qué impotencia se siente! Ver este tipo de actos en lugares de culto católico y que a los fieles no se nos permita ni chistar, porque quienes rigen dichos lugares «mandan y ordenan» y se creen con derecho de promover sus ideas desde las iglesias.   No sé por qué creo que se nos viene una avalancha de casos parecidos, avalancha difícil de soportar para los católicos verdaderos. Vean sino, lo que también se pregunta  Tosatti en otra entrada de su blog, sobre la representación en una iglesia de Parma por parte de un grupo de teatro y danza amateur: «¿Acaso siguen siendo las iglesias un lugar sagrado?» Al parecer ya no, Marco. A todas luces son solamente los bastidores de un teatro que ha decidido terminar con la sacralidad que se requiere para entrar y estar en ellas. A la vista de estas imágenes, nos preguntamos quiénes son los responsables que consienten y se complacen en permitir dichas profanaciones. Las abominaciones están a la orden del día. Las iglesias mancilladas con personas del calado de la abortista Bonino, o con escenas de personas semidesnudas,  preparándose para la actuación cual si de un camerino se tratase.

En este centenario de Fátima, creo que no podemos dejar de repetir incesantemente las oraciones enseñadas por el Ángel de Portugal a los tres pastorcillos:

«Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman». «Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente, yo os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús, y del Inmaculado corazón de María, yo os pido por la conversión de los pobres pecadores.»

A la vista de todos estos hechos reflexiono para mi y me digo: ¡Si esto no es el final de los tiempos, me lo recuerda mucho! ¡Ven, Señor, Jesús!
 
Traducción y comentarios de Montse Sanmartí.
Basado en dos artículos del blog Stilum Curiae aquí y aquí.


About the author

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Marco Tosatti

Nació en Génova en 1947. Es periodista desde 1972 y ha cubierto muchos sectores: deporte, sucesos, política, sindical y enseñanza. Desde 1981 se ocupa de la información religiosa. Ha sido el vaticanista del Diario La Stampa desde 1981 hasta 2008. Ha escrito numerosos libros, sobre temas de religión e historia, en particular del Medio Oriente y sobre la cuestión armenia: "El Barón de Alepo" o "La verdadera historia de Mussa Dagh". Y también "Investigación sobre el Demonio", "Padre Pío y el Diablo", "Santos poseídos por el demonio", "Investigación sobre la Síndone" y otros. Con Don Gabriele Amorth ha escrito "Memorias de un exorcista". Actualmente es titular del blog "Stilum Curiae".
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