Por aquí estamos de nuevo con Gaudete( Lloremos) et Exsultate (Lloremos de nuevo).
Somos acusados de obsesión por la ley y de ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia. Claro que tenemos que observar la Ley. Jesús mismo nos dijo que el que se salte la letra más pequeña de la ley será el más pequeño en el Reino de los Cielos. Y el cuidado de la Liturgia siempre será poco para todo lo que se merece el Señor. En las celebraciones litúrgicas se comunica un lenguaje no sólo con las palabras sino también con los gestos y los silencios. Desde hace algunos años estamos viendo todo tipo de abusos en la Liturgia como observamos en la foto. A cada sacerdote se le ocurre hacer experimentos de todo tipo y por ningún lado están los obispos para llamar al orden.
No entiendo a qué le llama Francisco, obsesión por la doctrina. ¿Acaso no es tarea de los sacerdotes, obispos y especialmente del Papa, confirmar a sus hermanos en la fe como lo mandó Cristo? Seguramente Nuestro Señor Jesús también estaba obsesionado.
Nos dice que también estamos obsesionados por el prestigio de la Iglesia. Claro que sí!!! Estamos obsesionados porque la Iglesia es nuestra Madre y la amamos. Por eso la defendemos con todas nuestras fuerzas!!! Cuando no se ama la Iglesia la desprestigiamos y la exponemos al escarnio público, la ponemos a merced de los enemigos de Dios para que se burlen de ella. Muchos ministros del Señor hoy día se comportan más como sus enemigos.
Se me olvidaba que también se nos acusa de obsesión por mostrar conquistas sociales y políticas y eso es precisamente lo que ha hecho Bergoglio en estos cinco años: Agradar a todo el mundo y hacer política.
Con frecuencia Francisco habla de los impulsos del Espíritu para que la Iglesia no se convierta en una pieza de museo. ¿Ese impulso serán todas las desastrosas novedades con las que nos sorprende al menos cada semana?
Pasamos al capítulo tercero y en el numeral 63 nos habla de las Bienaventuranzas de Jesús en el Evangelio. Para llegar a ser un buen cristiano: «Es necesario hacer, cada uno a su modo. lo que dice Jesús en el sermón de las bienaventuranzas». Ese, cada uno a su modo, es muy peligroso porque se pueden hacer interpretaciones de tipo modernista, marxista, inmanentista, etc.
Nº 65. «Las palabras de Jesús van muy a contracorriente con respecto a lo que es costumbre, a lo que se hace en la sociedad… el mundo nos lleva hacia otro estilo de vida». Leo esto y no lo creo!!! Qué lo esté diciendo Francisco!!!. Claro que estas palabras son verdad pero que nos las diga Bergoglio que se la ha pasado todo este tiempo coqueteando con el mundo y con los que quieren demoler la Iglesia, no tiene presentación. A todos les anda diciendo que hagan lío, sin hablarles con claridad lo que enseña Jesús en el Evangelio y a los que pretenden anunciar el Evangelio sin glosas y denunciando la maldad y el pecado que hay en el mundo los llama fariseos. Realmente no entiendo nada!!! Bueno sí entiendo, y es que estamos ante una persona contradictoria hace una cosa y dice otra.
Nº 71. Comentando la frase de Jesús: «Felices los mansos.porque heredarán la tierra», dice que clasificamos a los demás por sus ideas, sus costumbres, y hasta por su forma de hablar de vestir. Me viene a la mente el año 2013 cuando Francisco en la celebración de los fieles difuntos visitó la gruta de la Basílica de San Pedro y al saludar a dos monaguillos, le dijo a uno que tenía las manos juntas, que sí las tenía pegadas y se las separó. Pobre niño que con devoción espera el paso del Papa que él siente que es el representante de Dios en la tierra. ¿Francisco respetó la sensibilidad y las costumbres de ese niño?. Vean el vídeo aquí. También recuerdo cuando se mofó de los sacerdotes piadosos que se parecen a la Beata Imelda. Aquí les dejo este artículo que Montse Sanmartí escribió hace unos días.
Más adelante en este mismo numeral, Francisco nos recuerda la mansedumbre de Jesús. Pues a ponerla en práctica porque mucha sí le faltó cuando en México sólo le faltó pegarle a un joven. Lo trató horrible y en su rostro no había nada de mansedumbre, véanlo aquí. Y la actitud de arrogancia con estas monjas que lo querían saludar en la Catedral de la Paz en Bolivia, véanlo aquí.
Bendiciones
Padre Elías
Gracias por este artículo tan valioso. A leguas se nota que sigue sirviendo al Cesar en lugar de Servir a Dios, cuando oremos por él, pidamos por su conversión porque ya no sé si siento coraje o me da risa saber que dice tantas incoherencias, lamentable, muy lamentable. Que la Virgen Santísima nos proteja y nos libre de tantas tonterías.
Gracias Marcelo por su comentario tan apropiado. Dios lo bendiga siempre.
Otro artículo impecable del Padre Elías. Solo me parece que cometió una ligera impresición en la traducción de «Gaudete et Exsultate». Padre, sé que usted sabe de latín más que yo, pero creo que la traducción correcta no es la que aparece en la nota sino «Lloren y sigan llorando». Dios lo bendiga.
Yo no le concedería a Bergoglio demasiada atención, ni siquiera cuando parezca que diga algo normal. Los argentinos que lo conocen bien saben que es un personaje con doble cara, especialista en dar la razón a todo aquel con el que está hablando, pero como todo traidor, al final su juego acaba saliendo a la luz. El principal problema con que nos encontramos hoy, aunque no lo parezca, no es demasiado distinto, más que de grado, con el que se planteó hace 50 cuando Pablo VI arrasó la liturgia. El problema es que existe tanto entre los fieles como entre el clero una tendencia a creer aquello que nos gustaría que fuese verdad, aunque la realidad de los hechos vaya en dirección contraria. Julio César decía que era muy fácil manipular a los hombres con este sentimiento en deseo de confundir sus deseos con la realidad. Pero el manipulador debe contar con una cabeza muy fría y un conocimiento exacto de la realidad. Ciertamente tenemos la promesa de Nuestro señor Jesucristo de que las puertas del infierno no prevalecerán, pero que las puertas del infierno no lleguen a prevalecer no significa que la Iglesia no tenga que pasar por pruebas tremendas, como las que pasó Nuestro señor Jesucristo. Esa promesa no nos hace invulnerables al pecado, ni a nosotros ni al Papa, mucho menos a alguien que no está nada claro que sea el Papa. Si Jesucristo sufrió la traición de Judas, ¿porque vemos extraordinario que los fieles suframos la traición de quien funge como Vicario de Cristo? En época de Pío XII se descubrió el escándalo de Alghiero Tondi, SJ secretario particular de monseñor Montini, que fue capturado con las manos en la masa suministrando a los soviéticos información sobre los sacerdotes y obispos que Pío XII enviaba detrás del telón de acero, sacerdotes que eran capturados y asesinados a sangre fría por el KGB al cruzar la frontera. La investigación la llevó a cabo Marcel Arnould, ex-coronel del Deuxieme Bureaux, servicios secretos franceses, y se sustanció en un proceso y una sentencia y una condena por espionaje y traición contra el citado jesuita basada en unos hechos probados. Aunque ahora nadie quiera acordarse Alghiero Tondi acabó en la Alemania Democrática como profesor de ateísmo en la Universidad. Montini fue «promovido» a la diócesis de Milán y alejado de la secretaría de estado y, aunque el caso daría para mucho más, vamos a dejarlo ahí. Hoy la traición toca el dogma y pronto acabará culminando en la abominación de la desolación sobre el lugar Santo. Debemos perseverar en la Iglesia católica de la verdad, en la práctica de la piedad y no perder de vista que todas estas cosas nos han sido advertidas tanto en los profetas, como en los Evangelios y en las revelaciones marianas que son bastante más importantes de los creemos porque cumplen en el nuevo Testamento una labor de acompañamiento semejante, pero superior, a las de los Profetas del Antiguo Testamento.