Stillum Curiae -4 marzo 2018- Por Marco Tosatti
Placuit Deo es un documento sobre la salvación que parece importar especialmente a los superespecialistas, habla de pelagianismo y gnostismo, las cosas que el pobre escritor católico de la calle, como tal vez lo sea, desconoce. Fue presentado hace unos días a los líderes de la Congregacióm para la Doctrina de la Fe por el arzobispo Ladaria, Jesuita, y mons. Morandi. A Stilum Curiae (el blog de Tosatti) no le importó, después de hacer una lectura no muy en profundidad. Pero … vamos a volver sobre nuestros pasos, arrepentidos, para ofrecerle una carta de un sacerdote teólofo que escribió con toda la pasión u la fuerza de una persona de fe, don Felice Prosperi Morichella. A continuación, presentamos algunas observaciones que nacen de una conversación que tuvo lugar dentro de los Sagrados Palacios con un prelado de alto nivel, que también está dotado de un profundo conocimiento teológico y pastoral.
¿»PLACUIT DEO»?
¿Le agradó a Dios la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe presentada ayer en el Vaticano? Con todo el debido respeto a Nuestro Señor, y sin esperar su respuesta, que no sabría cómo recibir, digo y escribo que a mi no me gustó.
Atraído por el título del documento: «A los obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la salvación cristiana», movido y conmovido por el súbito fenómeno de debatir un tema específicamente eclesial tan actual e importante, he leído y releído el texto y de la introducción hecha por Su Excelencia Luis F. Ladaria, SI, Prefecto, y Monseñor Morandi, Secretario.
En la conferencia de prensa se aclara de inmediato la razón del trabajo asumido por la Congregación con la ayuda de los Consultores: «Tras la publicación de DOMINUS JESUS (2000), varios teólogos pidieron a la Congregación para la Doctrina de la Fe que elaborara algunos aspectos ya enunciados en esa Declaración, sugiriendo un nuevo Documento sobre la salvación cristiana «.
Mientras tanto, se nos recuerda quiénes son aquellos a quienes no les agradan los documentos emitidos cuando Juan Pablo II era Papa y Ratzinger el Prefecto: en el caso de DOMINUS JESUS, a los teólogos les preocupaba que presentáramos a Nuestro Señor Jesucristo para AQUEL QUE ES: Único, Absoluto, Humano, Divino y Salvador Universal de la humanidad de todos los tiempos, lugares, culturas, razas, pueblos y religiones.
En el inicio de la Carta queda inmediatamente claro que: «La enseñanza sobre la salvación en Cristo exige ser siempre profundizada», y por lo tanto «la presente Carta tiene la intención de resaltar, a raíz de la gran tradición de la fe y con particular referencia a enseñanza del Papa Francisco, algunos aspectos de la salvación cristiana que pueden ser difíciles de entender hoy debido a las recientes transformaciones culturales «.
«¿Pueden ser difíciles» o lo son? ¿Para quien? ¿Para el mundo? ¿Para la iglesia? ¿Para los pastores de la iglesia? Para hombres y mujeres fieles que ya no creen?
«Debido a las recientes transformaciones culturales». ¿Cuáles? Sin embargo, «¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre! No No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas… «(Hebreos 13,8-9).
Sin embargo, de todas las transformaciones, revoluciones, reducciones culturales de hoy, dos son citadas, evisceradas, condenadas: «que en algunos aspectos se asemejan a dos antiguas herejías, el pelagianismo y el gnosticismo».
Eso es, en resumen, la pretensión de salvarse con las propias fuerzas (neo-pelagianismo) y la de descartar la dimensión corporal para refugiarse en una intimidad espiritual (neo-gnosticismo).
Sería lo que viene repitiendo el Papa Francisco durante mucho tiempo, diciendo, contradiciendo, cambiando e intercambiando.
Este sería el gran peligro para la salvación de la humanidad, que adquiere proporciones de «giros» completos.
Me resulta fácil parodiar irónicamente con el estado actual de nuestra Italia. Enfrentados a inmensos problemas sociales y morales como el colapso de la tasa de natalidad; la disolución de la familia; la falta de trabajo que imposibilita la compra de una vivienda y la dificultad de casarse; la opresión de los pobres, con impuestos injustos y desproporcionados; el hundimiento de los enfermos y los ancianos con ridículos subsidios y pensiones; la catástrofe de la ideología migratoria, que implica la ilegalidad actual y las terribles amenazas para el orden futuro. Para alguien, especialmente para el Gobierno, hay dos emergencias que enfrentar: el RACISMO Y EL FASCISMO.
Así es para la Iglesia del Papa Bergoglio y la Congregación de Ladaria y Morandi: el doble ataque a la Salvación Cristiana está constituido por PELAGIANISMO Y GNOSTICISMO, no por la marea creciente del ateísmo pérfido y hostil a Jesucristo y su Cuerpo Místico; no por la Apostasía de la Fe de naciones y naciones, a veces cristianas; no por la persecución mortal de los creyentes en Cristo en muchas partes del planeta; no por el rechazo general de la Ley de Dios, reemplazado por leyes contra la naturaleza, impuestas con sanciones a los ciudadanos; no el rechazo del Sufrimiento y la Muerte; no «el banalizar la Cruz de Cristo» (véase 1Corintios 1.17).
¡LA CRUZ DE CRISTO, precisamente! La Cruz de Salvación NO SE NOMBRA EN NINGÚN MOMENTO, COMO TAMPOCO LA SANGRE DERRAMADA POR EL REDENTOR, en esta Carta que quiere instruir y actualizar sobre la salvación cristiana,carta que en cambio es opresiva, insolvente y continuamente precisa: «entrar en el orden de las relaciones inaugurado por Jesús».
¿Dónde está la belleza de gracia? ¿Dónde está la advertencia contra el pecado mortal? ¿Dónde el riesgo de caer en el infierno? No existe. ¿No hay riesgo o existe el infierno? Ambas cosas. En el Vaticano, desde Santa Marta hasta el antiguo Santo Oficio, ni se habla ni se escribe al respecto. Algo sobre el Diablo, de vez en cuando, el Papa. Pero él no define quién es y qué quiere. Esto fue explicado por Nuestra Señora en Fátima, pero Francisco fue allí para silenciarla, para derrocar y negar su dramático llamado a la oración y el sacrificio porque las almas no van al infierno y se pierden para siempre, lejos de Dios. ¡Este es el peligro de la salvación!
¿Pero, entonces, la Evangelización? «La Iglesia se dedica a la Evangelización con todas sus fuerzas», con el objetivo de «establecer un diálogo sincero y constructivo con los creyentes de otras religiones». ¡No sea que los musulmanes, los hindúes y los budistas se sientan ofendidos, maten a los cristianos, los encarcelen, quemen sus casas, iglesias y escuelas!
Pero este es otro asunto, como el de ESCATOLOGÍA (Muerte, Juicio, Infierno, Paraíso, Vida Eterna, Castigo Eterno). Mucho más urgente que eso y llevado a cabo con tanta precisión es el tema de la ECOLOGÍA.
Por ahora «la Iglesia continúa invocando la venida definitiva del Salvador, porque» en la esperanza hemos sido salvos» (Romanos 8:24). ¿Y qué es esta esperanza? Que todos seremos felices en el Cielo, y si alguien no se lo merece, que no sufra, su alma se disolverá para siempre. Lo anuncia el teólogo pontificio, Eugenio Scalfari, que dice que Bergoglio lo dijo, el cual no lo ha desmentido.
“¡Basta, Yahvé! Lleva ya mi alma, que no soy mejor que mis padres.” (1 Reyes 19: 4).
«… irás a donde te envíe yo y dirás lo que yo te mande. No tengas temor ante ellos, que yo estaré contigo para salvarte, dice Yahvé. (Jeremías 1,7-8).
Y aquí hay otra consideración tomada de un amigo en la Curia.
He leído el Deo de Placuit … hay muchos elementos positivos para presentarlo como un GRAN anuncio de SALVACIÓN en CRISTO.
Pero … hay algunos pasajes que contienen una serie de nefastas consecuencias que en mi opinión se pondrán en marcha de aquí a poco.
No. 9: Por un lado, se da por hecho, un sentido descendente como testimonio de la primacía absoluta de la acción gratuita de Dios; la humildad para recibir los dones de Dios, antes que todo nuestro trabajo, es esencial para poder responder a su amor salvador. (LAS CONSECUENCIAS DE ESTA AFIRMACIÓN, DESVINCULADAS DE LA RELACIÓN ESENCIAL CON LA LIBERTAD HUMANA QUE ACOGE LA GRACIA, LLEVARÁN A AFIRMAR LA PRIMACIA DE LOS SACRAMENTOS POR ENCIMA DE LA CONVERSIÓN Y NO LOS SACRAMENTOS COMO UNA LLAMADA A LA CONVERSIÓN Y LUGAR DONDE ESTA SE REALIZA).
N. 12: la mediación salvífica de la Iglesia, «sacramento universal de salvación», [19] nos asegura que la salvación no consiste en la autorrealización del individuo aislado, ni en su fusión interior con lo divino, sino en incorporación a una comunión de personas, que participa en la comunión de la Trinidad (VERDADERO PUNTO DOLOROSO: PRIORIDAD DE LA COMUNIÓN ECLESIAL DE COMUNIÓN CON LA SANTA TRINIDAD QUE FONDA Y APOYA LA COMUNIÓN ECLESIAL).
N. 13. Tanto la visión individualista como la meramente interior de la salvación también contradicen la economía sacramental mediante la cual Dios ha querido salvar a la persona humana. La participación en la Iglesia en el nuevo orden de relaciones inaugurado por Jesús tiene lugar a través de los sacramentos, entre los cuales el Bautismo es la puerta, [20] y la Eucaristía es la fuente y la culminación. (SEGUNDO PUNTO DOLOROSO: LOS SACRAMENTOS INTRODUEN EN EL NUEVO ORDEN DE RELACIÓN ABIERTA POR JESÚS. ESTO ES VERDAD, PERO COMO RESULTADO DE LA INTRODUCCIÓN EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA INCORPORACIÓN A SU PERSONA. ¿EL RESULTADO SERÁ LA NO EXCLUSIÓN DE NINGUNO DE LA PLENA COMUNIÓN SACRAMENTAL INDEPENDIENTEMENTE DE LAS DISPOSICIONES PERSONALES?).
Buena discusión para los comentaristas teólogos de Stilum Curiae.
Artículo original de Stillum Curiae
Traducido por Montse Sanmartí para Como Vara de Almendro.
Gracias Minerva y que lindo como lo expresas!