Stilum Curiae por Marco Tosatti
Santidad, denos un poco de aliento. Se quejaba del obsesivo cuidado pastoral en los temas de la vida, con referencia implícita a sus predecesores y de escaso calibre, como la Madre Teresa de Calcuta, que luchó contra el aborto, y ahora nos obliga a sufrir a nosotros, los católicos y otros habitantes de este desafortunado país, una obsesiva atención pastoral a los inmigrantes. Y, discúlpenos, pero no se sostienen las mentiras de quienes dicen que la Iglesia no hace política. La hace, la hace, y solo a favor de un área política determinada. Como dijo el armador genovés del chiste, sabiendo del suicidio de un colega, comentó: habrá tenido su conveniencia. Imaginamos que incluso la Iglesia en Italia puede tener cierta conveniencia en este negocio millonario que es la acogida a inmigrantes ilegales.
Pero usted es el Papa, y aunque no se preocupe por este país devastado, e incluso si lee un solo periódico, el más de irzquierdas y sorosiano posible, e incluso si sus consejeros son lo que son, y las cosas solo le importan en cierta manera; incluso siendo así, ¿no cree que la frecuencia con la que maneja este tema es ya realmente obsesiva?
Ayer en su perfil de Twitter leíamos, «por tanto no corramos el riesgo de ayunar del argumento: «Con el espíritu de piedad damos la bienvenida a las víctimas de la trata y los que huyen de la guerra y el hambre.»
En cambio, el lunes (estamos el miércoles, fíjate) leemos sus declaraciones: «<Muchas veces los inmigrantes están manchados por los comentarios>. El Papa dijo esto reuniéndose con jóvenes involucrados en la reflexión sobre el tráfico. «Hace unos meses vi en un periódico un título que se refería a una ciudad pequeña. <Esta es la ciudad donde hubo más violaciones este año y el 40% de los violadores fueron inmigrantes. Esta es una forma de ensuciar a los inmigrantes. Y el otro 60% ¿quiénes eran? Italianos. Hay una forma de presentar las cosas cambiando la verdad>. Luego, dirigiéndose a los jóvenes, dijo: <No tengáis miedo de conocer a los inmigrantes. Abrid vuestro corazón, dejadlos entrar> porque podéis encontrar a Cristo> incluso en personas in, que han huido de sus hogares y permanecen atrapadas en las redes> de la esclavitud. Luego informó sobre una niña que había sido «engañada por una mujer muy católica»; ella llegó a Italia y <fue puesta en la cadena de la prostitución>. Cuando se salvó y entró en una institución donde <la superiora era una monja y ella no quería entrar porque era una mujer muy católica quien engañó y la convirtió en esclava ». No podíamos perder la estocada por la mujer «muy católica», porque sabemos que los mismos católicos están algo estomacales ante el Papa. Pero tal vez pueda ser útil leer cuáles son los porcentajes de crímenes cometidos en Italia, teniendo en cuenta que los extranjeros representan el 8 por ciento de la población mundial. De modo que no parece que haya una gran necesidad de aumentar nuestra fauna criminal local importándolos.
Mientras tanto, desde Bruselas Frontex se nos hace saber que más de 4,800 migrantes han aterrizado en la costa italiana pasando por la ruta del Mediterráneo registrada en enero. Este número se duplicó en comparación con diciembre de 2017.
El Pontífice habla con razón de lo que evidentemente es una trata donde las víctimas pagan por su propia deportación. ¿Pero no será acaso que los tambores que llaman a dar la acogida provienen, justamente, de parte del Papa y de los líderes de la Iglesia italiana que él nombró quienes están teniendo un efecto estimulante sobre el fenómeno? Qué manera tan extraña de combatir un fenómeno al resaltar algunos aspectos que van en contra de lo que dicen los obispos y los líderes de los países interesados. Si sé que me acogerán, corro el riesgo de partir. Si no, tal vez no me pongo embarco en una aventura sin salida al mar.
Artículo original de Stilum Curiae
Traducido por Montse Sanmartí para Como Vara de Almendro