La reciente predicación del capuchino Raniero Cantalamessa durante la vigilia de Pentecostés de este año 2017, es sólo una de varias secuelas, en las que la infiltración sectaria de la Iglesia, saca sus banderas al viento frente al aplauso, la complicidad, o al menos, la cobardía de Bergoglio, multitud de Cardenales y purpurados presentes en la tribuna de una desvergonzada demostración de fuerzas de quienes hoy formalmente desde dentro de nuestra Iglesia Católica, se sienten todopoderosos.
Son tristes poderes humanos, sólo apariencias. El Señor es la única verdad y el único poder real, y nos ha prometido que su Iglesia saldrá de esta y de todas las pruebas a las que sea sometida, y que nada podrán hacer para cambiar esto ni el demonio y ni sus agentes circunstanciales.
A nosotros fieles de a pie, nos queda la oración y la confianza en la providencia. Así como un gran amor a la verdad y celo por la salvación de las almas.
De este impulso santificante, resulta como un fruto amargo en la boca, pero dulce en su destino, la necesidad de profetizar contra las herejías, y poner de manifiesto a los que siembran el error.
Este deber es mayor, cuando más sutilmente sea hecha esta siembra.
Por ello, es importante poner de manifiesto el veneno que contiene la predicación de un Cantalamessa que con sutilezas, enseña lo opuesto que por ejemplo enseñaba otro capuchino, este si en comunión con la Iglesia, el Santo Padre Pío. Entre los dos capuchinos, el Santo estigmatizado es claro que corre con la verdad, y por lógica Cantalamessa miente.
Es que Bergoglio no está sólo, sino que él es la punta visible de un Iceberg llamado infiltración sectaria de la Iglesia, que sólo difusamente alcanzamos a distinguir.
Cada vez se muestran con más desparpajo, pero aún nuestros ojos dudan de lo que ven y nuestras mentes no siempre aciertan a llamar al pan, pan y al vino, vino.
Vale como ejemplo el de otro predicador que también muy sutilmente pero sin pausa trabaja para difundir el error, y no sólo con su arte, que puede ser estéticamente apreciado o no, sino, y más peligrosamente, con su palabra. Me refiero al jesuita Rupnik.
Tanto Rupnik como Cantalamessa siembran con mucha habilidad sus errores, con la manera artera y mañosa que denunciaran los pontífices desde Pío IX a Pio XII, al hablar del modernismo y de la masonería.
No es casualidad que sea la misma técnica que vemos con dolor, en quién debiera ser nuestro pastor para la salvación del alma, Jorge Mario Bergoglio.
Sólo que la mayor erudición de los Cantalmessa y Rupnik, los hace menos evidentes, y por tanto más peligrosos.
Es que aunque Bergoglio y sus «compañeros ideológicos» digan alguna verdad, lo poco de bueno que sale de sus bocas está manchado por el pensamiento de donde viene, osea una agenda instrumental a un diseño anticristiano y por tanto perverso.
Vale la pena recordar la lamentable predicación que dio el lunes 22 de febrero del año 2016, el Jesuita Marko Rupnik en el Aula Pablo VI a pleno de capacidad, frente a Bergoglio y una gran cantidad de cardenales y obispos.
Rupnik es un artista plástico moderno, que es llamado por algunos amantes de esta clase de arte, como el “Miguel Ángel de nuestros tiempos”, en especial por la construcción de la Capilla Redemptoris Mater del Vaticano, y también por realizar entre otros trabajos:
Obras en la basílica del Rosario, en el Santuario de Lourdes (2007), en el nuevo santuario de la Santísima Trinidad en Fátima (2007), la Capilla del Santísimo de la Catedral de Madrid-2011, Iglesia Santa María Madre de la Iglesia de Zaragoza-2011, el Seminario de Verona-2012, la Capilla Curial de la Compañía de Jesús de Roma-2012, y la iglesia dedicada al padre Pío en San Giovanni Rotondo, en la que algunos entendidos ven un gran monumento a la masonería porque estaría plagada de sus símbolos.
Rupnik es también el creador del logotipo del año de la Misericordia, y es además teólogo jesuita.
En su predicación citada, vemos como desarrolla una parte central de las tesis de la antiglesia, intentando crear una falsa oposición donde no la hay, buscando forzar al destinatario de su mensaje, a una elección entre santidad y eclesialidad; entre misericordia y justicia.
A continuación adjunto del link en video, y las frases que más reflejan el error de esta gente, interlineadas hábilmente entre otras de muy buena doctrina.
Grave por sus consecuencias en las almas de los no formados o sometidos a tentaciones de dudas sobre la fe, y grave por el auditorio que la aplaudía.
La intervención de Rupnik inicia en el minuto 15:
Las frases citadas por Rupnik que más me preocuparon:
1 – «el demonio sólo puede retornar por la vía de la religión … Entra haciéndonos ver que debemos hacer algo. Una religión que siempre es capaz de encontrar siempre algo que te falta, y debes aún purificarte, y debes aún empeñarte. ¡Y esto corroe y cansa…???
2 – Detrás de una Iglesia buena no se encaminará más ninguno, te darán un aplauso y basta»???
3 – «liberando al hombre de la Iglesia de una dinámica …que debe ser superada, ¿Cuál? Pecado-Redención»
4 – «Hay una tentación de empezar de nuevo a poner en el centro mi empeño, ganancia, conquista y mérito, para recibir en cambio alguna otra cosa.»
5 – «la decadencia de la religión como conjunto de prácticas, doctrinas, mandamientos, … que el hombre debe hacer para ganarse la benevolencia de Dios … y si no lo hace al final será castigado…» ???
6 -«Y si uno se empieza a ajustar sólo, y por ejemplo, siendo una persona muy enfocada, fuerte, enérgica y después empieza a hacerse una persona flemática, mansa, buena, tranquila, quizás ha arruinado su misión, porque quizás Dios lo llamará para que sea una persona fuerte, enérgica y decidida…»???
7 – Cuando el hombre se esfuerza por comulgar, … el hombre se cansa, Estas dos cosas nosotros no las podemos hacer, podemos sólo revelarlas…” ???
En su meditación cita autores que creo no son católicos (un cura ortodoxo y un filósofo ruso sino me equivoco), citas hechas con el fin de criticar a la iglesia Histórica por haberse «contaminado con el imperio» con un amargo sabor de estar escuchando un panegirista del protestantismo.
A buen entendedor, pocas palabras.
CRISTO AL FINAL VENCERÁ.
Amigo de la Fe
