Actualidad Nuestros articulos

Franciscus, Franciscus, ¿por qué me persigues?

La Iglesia de Jesucristo está en plena tormenta y amenazada cada día con nuevas zozobras. Y no es que nos queramos centrar en comentar esas cosas, no. Preferiríamos hablar mejor de cosas agradables y de doctrina, pero es que la actualidad no nos deja otra opción, queridos lectores. Y es que ayer nos despertamos, como ya nos tienen acostumbrados los medios, con unas palabras de Francisco tras visitar la tarde del domingo en Roma la parroquia San Pier Damiani. Ésta vez sus palabras arrasan, ya no solamente contra los católicos dogmáticos, que nos aferramos al magisterio y que tenemos cara de pepinillos en vinagre. No solamente habla ese discurso manido y repetitivo, que tan cansados y asqueados hasta la médula nos tiene. Ahora se mete, ni más ni menos, que con el idioma oficial de la Santa Madre Iglesia: se mete con el latín. ¡Sí, sí, han leído bien! Con el idioma universal de la Iglesia Católica. Idioma, por otra parte, que es la madre del Italiano, que como hijo de inmigrantes italianos habla Francisco y cuyo apellido, Bergoglio, es muestra de ese parentesco, y del español, que también habla por ser hispano. Las dos lenguas que más se asemejan a ese idioma que le indigesta tanto. El latín, que es la fuente de donde  bebe fielmente la escritura y tantos y tantos libros traducidos a cantidad de idiomas, por ser tan fiel a las raices, aportando exactitud a los textos traducidos.

Pues bien; ayer mismo, hablaba con varios amigos de este tema, concretamente uno de los cuales es Licenciado en Filología Clásica y cuya vocación era la de  profesor de latín, aunque se le truncó gracias a que el gobierno socialista de Felipe González le dio el tijeretazo a esta asignatura en el bachillerato. Comentaba este compañero, que no le extrañaba que un gobierno del calado socialista aparcara esta asignatura, postergándola al olvido. Pero le maravillaba que ahora, desde la propia cúspide de la Iglesia, el propio Francisco, fuera el detractor de la misma. Las palabras que dijo Francisco fueron las siguientes:

“El lenguaje de los cristianos que cuidan el Espíritu Santo que se nos ha dado como don, es un lenguaje especial, no deben hablar en latín, es otro lenguaje. Es el lenguaje de la dulzura y del respeto. Y esto puede ayudarnos a pensar cómo es nuestra actitud de cristianos”.

Cuando leí esta frase me vinieron muchas preguntas para Francisco. Una de ellas es por qué el Espíritu Santo no podría hablar el latín, si tantos hermanos de la Renovación Carismática con la que va a celebrar el Pentecostés, dicen tener el don de lenguas. ¿Acaso el Espíritu Santo no sopla dónde y cómo quiere? ¿Acaso es él quién para prohibir a nadie hablar una lengua? ¿Acaso va a silenciar la obra de ese Espíritu al que alude? ¡Menuda confusión!

Me viene a la mente que padre Gabriel Amorth recordaba que el latín es un idioma que odia el demonio y que muy astutamente ha tratado de sacar de los rituales de exorcismos que por desgracia han dejado de ser lo efectivos que debieran ser por no ser usada esta lengua. (Aquí)  Conozco bastante bien el tema porque mi director espiritual es, a su vez, exorcista.

Personalmente, desde joven, aprendí a responder a la Misa en latín, aunque por mi edad ya estábamos viviendo el Novus Ordo, pero  tuve la fortuna de frecuentar varios sacerdotes que oficiaban en latín, y también aprendí a cantar la Misa de Angelis y la de San Pío X. Además, me gusta orar el Santo Rosario con audios de Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes lo recitan en la lengua de la Iglesia. Es hermoso peregrinar a Lourdes, Fátima, Roma o tantos lugares donde ser reune el pueblo de Dios y orar al unísono con los hermanos, porque es una lengua que une, es una lengua que ayuda a esa comprensión y a «hacer familia», algo de lo que precisamente se queja Francisco falta en los católicos, al decir que el lenguaje de muchos cristianos no es el de la dulzura y el respeto. ¿No nos sentimos más cercanos, con mayor amor, con más respeto hacia aquellos desconocidos que hablan nuestro idioma? ¿No se unen nuestras almas a las almas de los otros bautizados que oran junto a nosotros en las procesiones de Lourdes o de Fátima, recitando el Santo Rosario en latín, o al contestar juntos la Santa Misa en el idioma que siempre ha distinguido a la Iglesia Católica? Aunque no nos conozcamos, eso es un lazo de unión. Lo demás, me recuerda a Babel. Como nadie se entendía, terminó por destruirse, todos se maldecían los unos a los otros, porque aquello era un «guirigay» como decimos en España. Allí nadie se trataba con caridad ni con cariño, porque reinaba Babel, es decir, la confusión.

Pues bien, cuando leí esta frase de Francisco, empecé como siempre hago, a cuestionarme la motivación de semejantes afirmaciones. Es ilógico que uno no ame lo suyo, que hable mal de sus tradiciones, de lo que es, o debiera ser, parte de la esencia de cada persona y  de su  propia fe. Debemos amar esta lengua, como amamos la lengua materna, puesto que la Iglesia es nuestra Madre también, Madre en la fe, y por ello lo natural es apreciarla, respetarla, tratar de aprenderla, casi con mayor motivo que la propia lengua materna.  Por tanto ¿qué interés puede tener Francisco al decir que «no deben hablar latín«? ¿En qué religión se habla el mismo idioma en todas las partes donde se profesa, sino solamente en la religión Católica? ¿Acaso es eso lo que molesta a Francisco, que el latín haya sido el idioma oficial y hablado durantes tantos siglos en la única Iglesia verdadera, la católica, siendo esto una dificultad añadida para unificarla con el resto de falsas religiones? ¿Sería ésta una traba para la tan deseada «comunión de iglesias» que, sin duda alguna busca este pontificado desde sus inicios, dado que Francisco dice no creer en un Dios católico?

Al hilo de esto, sigo, como siempre hago cuando leo alguna noticia, haciéndome preguntas. Una de ellas es el porqué de ese «famoso acuerdo» al que Francisco parece estar a punto de llegar con la Fraternidad San Pío X. y que  se desprende de las entrevistas realizadas a monseñor Fellay, donde el propio monseñor afirma que dicho acuerdo va prosperando. Sabemos que la Fraternidad usa exclusivamente el latín en sus celebraciones. Entonces ¿a qué estamos jugando? ¿Al ratón y al gato? ¿Si llegan a firmar ese acuerdo,  les prohibirá a los miembros de la Fraternidad que no hablen latín? Realmente, todo esto es una contradicción que no tiene explicación posible.

Otro gran amigo mío, un señor admirable y docto, con gran experiencia en nuestra fe, comunicador y director de un programa en una radio católica en Paraguay me decía al respecto: Montse, atacar el latín es el ataque modernista marxista-masónico al occidente cristiano. No me cabe duda alguna de ello.

Para concluir este escrito, soy del pensamiento que existe un plan, encabezado Francisco y sus seguidores, que parece tener una finalidad primordial y sería la de ir acabando con los elementos que nos separan de las Iglesias protestantes (la eucaristía, la veneración de la Virgen, la necesidad de la confesión, la liturgia) y ortodoxas (la indisolubilidad del matrimonio), el uso del latín, el principio de unidad entorno al papado (promovieno la sinodalidad y la colegialidad nacionales)… para intentar crear una falsa Iglesia ecuménica al precio de la apostasía.

Roguemos para que este plan, de ser cierto, cosa que así creemos a la luz de los acontecimientos presentes, no logre llegar a darse, por el bien de tantas almas que podrían sufrir la apostasía solapada que se ha infiltrado hasta lo profundo de nuestra amada Iglesia Católica. Muchas de estas almas sencillas, poco o nada sospechan de todo este plan. Por eso, cabe intesificar la oración en estos aciagos días que nos toca vivir, para que ningún hermano caiga en el error y pueda perderse eternamente.

Que María Santísima nos acompañe en esta batalla. Para ello la invocamos con la oración en latín más antigua que se conoce a la Virgen María y que se remonta al siglo III.

                                                   Sub tuum praesidium      
                                        
Sub tuum praesidium  confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta.
 
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

Montse Sanmartí

About the author

mm

Como Vara de Almendro

info@comovaradealmendro.es

.

3 Comments

  • «Ubi sedes beatissimi Petri et Cathedra veritatis ad lucem gentium constituta est, ibi thronum posuerunt abominationis et impietatis suæ; ut percusso Pastore, et gregem disperdere valeant.»

  • LATÍN / ESPAÑOL: SALMO 43
    Psalm 43

    [12] Dedisti nos tamquam oves escarum; et in gentibus dispersisti nos. [13] Vendidisti populum tuum sine pretio; et non fuit multitudo in commutationibus eorum. [14] Posuisti nos opprobrium vicinis nostris, subsannationem et derisum his qui sunt in circuitu nostro. [15] Posuisti nos in similitudinem gentibus, commotionem capitis in populis.
    [16] Tota die verecundia mea contra me est, et confusio faciei meae cooperuit me : [17] a voce exprobrantis et obloquentis, a facie inimici et persequentis. [18] Haec omnia venerunt super nos; nec obliti sumus te, et inique non egimus in testamento tuo. [19] Et non recessit retro cor nostrum; et declinasti semitas nostras a via tua; [20] quoniam humiliasti nos in loco afflictionis, et cooperuit nos umbra mortis.
    [21] Si obliti sumus nomen Dei nostri, et si expandimus manus nostras ad deum alienum, [22] nonne Deus requiret ista? ipse enim novit abscondita cordis. Quoniam propter te mortificamur tota die; aestimati sumus sicut oves occisionis. [23] Exsurge; quare obdormis, Domine? exsurge, et ne repellas in finem. [24] Quare faciem tuam avertis? oblivisceris inopiae nostrae et tribulationis nostrae? [25] Quoniam humiliata est in pulvere anima nostra; conglutinatus est in terra venter noster.
    [26] Exsurge, Domine, adjuva nos, et redime nos propter nomen tuum.
    Salmo 43

    «12.Como ovejas de matadero nos entregas, y en medio de los pueblos nos has desperdigado; 13.vendes tu pueblo sin ventaja, y nada sacas de su precio. 14.De nuestros vecinos nos haces la irrisión, burla y escarnio de nuestros circundantes; 15.mote nos haces entre las naciones, meneo de cabeza entre los pueblos. 16.Todo el día mi ignominia está ante mí, la vergüenza cubre mi semblante, 17.bajo los gritos de insulto y de blasfemia, ante la faz del odio y la venganza. 18.Nos llegó todo esto sin haberte olvidado, sin haber traicionado tu alianza. 19.¡No habían vuelto atrás nuestros corazones, ni habían dejado nuestros pasos tu sendero, 20.para que tú nos aplastaras en morada de chacales, y nos cubrieras con la sombra de la muerte! 21.Si hubiésemos olvidado el nombre de nuestro Dios o alzado nuestras manos hacia un dios extranjero, 22.¿no se habría dado cuenta Dios, él, que del corazón conoce los secretos? 23.Pero por ti se nos mata cada día, como ovejas de matadero se nos trata. 24.¡Despierta ya! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate, no rechaces para siempre! 25.¿Por qué ocultas tu rostro, olvidas nuestra opresión, nuestra miseria? 26.Pues nuestra alma está hundida en el polvo, pegado a la tierra nuestro vientre. 27.¡Alzate, ven en nuestra ayuda, rescátanos por tu amor! »
    Salmos, 44 – Bíblia Católica Online
    Leia mais em: http://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/salmos/44/

  • Mucho cureta que se metió al seminario para su beneficio y negocio, PARA TREPAR Y FIGURAR, así luego no combaten nada la ola masonica, marxista y modernista toda en una, se adaptan y yau. JUICIO también será para ellos.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.