REFLEXIONES ANTE EL SÍNODO DE LA AMAZONIA EN MEMORIA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS Y SOBRE LA INMIGRACIÓN ISLÁMICA EN ESTE DÍA DE LA FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DEL ROSARIO.
7 octubre 2019
Montse Sanmarti
Hace tres días celebrábamos la fiesta de San Francisco de Asís. Repasemos algunas anécdotas y hechos de su vida que están íntimamente contrapuestos con la realidad que hoy estamos viviendo en el orbe católico . Estos fueron el amor por la Iglesia y el amor por la creación de Dios que le hacía verle y alabarlo en todas las creaturas salidas de sus manos.Veremos como el santo de Asís y quien funge como papa, aunque llevan el mismo nombre y dicen trabajar para Dios, se contraponen completamente.
En primer lugar vamos a recordar dos dos sucesos en la vida de nuestro «poverello» que nos muestran que San Francisco tenía una misión ineludible y muy necesaria en su tiempo. Reformar la Iglesia.
Todos recordamos la escena de su oración frente a la Cruz de San Damián cuando el Señor le dijo aquella frase tan impresionante: “Ve Francisco y repara mi Iglesia en ruinas».” Primeramente entendió la frase en sentido literal y trató de reparar la pequeña capilla de San Damián y otras cercanas. Pero el tiempo le iría dando otra dimensión, esta más espiritual, la de apuntalar y levantar a la Esposa de Cristo.
También impresiona el sueño profético del Papa Inocencio III que había recibido a Francisco junto con algunos de sus seguidores para presentarle su Regla de Vida y pedirle su aprobación. El Sumo Pontífice animó y bendijo a Francisco, pero no aprobó su Regla, al parecer debido a su extrema austeridad. Sin embargo, no convencidoel Papa, instó a Francisco a rezar para que Dios manifestara su voluntad, de manera que una vez conocida pudiera contestarle con seguridad. Y fue en este periodo de plegarias cuando se cree que Inocencio III tuvo su sueño en el cual la basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma y por tanto del mundo, símbolo de la iglesia universal y lugar donde en la Edad Media tenía fijada su residencia la curia, se desplomaba y aquel pobre hombre la sostenía en sus hombros. Al cabo de unos días de la visión, Francisco se presentó de nuevo ante el Papa, que sensibilizado con el fervor de aquel hombre esta vez sí que le concedió la aprobación de la Regla -la aprobación verbal ya que la aprobación definitiva correría a cargo de su sucesor Honorio III-.
Inocencio comprendió que la restauración de la ruina que experimentaba la Iglesia pasaba por el sacrificio y la mortificación, y también a través de la restauración de la fe del pueblo, algo que se dio profusamente en aquel momento a través de la predicación de San Francisco.
Cuando el 13 de marzo de 2013 escuchamos que el nombre escogido por el «nuevo Sumo Pontífice» era el de Francisco, quedamos asombrados, pues nunca hubo antes este nombre entre los papas. Cuando se nos dijo que Bergoglio era jesuita, nos asombramos nuevamente, pues nunca un jesuita había sido papa, y era norma conocida que ningún jesuita podía serlo.
En aquellos primeros momentos, pensé que el nombre de Francisco lo habría escogido, sin duda, en recuerdo de San Francisco Javier, el santo jesuita patrono de las misiones. Pero mi sorpresa fue que el nombre de Francisco hacía referencia a San Francisco de Asís, aquel que adoraba al Señor a través de las creaturas. Después de estos años en que hemos presenciado tantas barbaridades, creo entender que el nombre estaba bien pensado y calculado. Y si me quedaba alguna duda al respecto, ahora siento que ya no la tengo, al contemplar lo que ha permitido y auspiciado con este diabólico «Sínodo de la Amazonia». Todos recordamos el «Cántico de las Criaturas» en el que San Francisco de Asís pondera su amor hacia todo ser creado, y a través de esa creación llega al conocimiento y adoración de quien lo hizo, el Dios verdadero. Veamos lo que dice esta bella alabanza a nuestro Creador y Señor:
EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.
Queda bien claro, al leerlo, a quién hace referencia el santo. La herejía panteísta no tiene lugar en estas hermosísimas líneas que dulcifican el espíritu.
En contraposición, estos días, tal y como hemos denunciado en nuestra página a través de nuestros artículos anteriores, contemplamos con estupor y tremendo dolor en nuestros corazones, cómo se está destruyendo sin pudor alguno, todo vestigio de adoración al Dios verdadero.
https://www.youtube.com/watch?v=dLPyEnMM9TA#action=share
El sincretismo y el panteísmo es irrefutable en el Instrumentum Laboris y ya se desprende sin temor alguno en imágenes como la del vídeo que hemos compartido, donde se observa la pretensión de «mezclar toda la religión para crear un amasijo de herejías», como decía la Santísima Virgen en las apariciones de «Tre Fontane» a Bruno Cornacchiola, ya por los años 50, tal y como nos recuerda el padre Justo Lofeudo en sus audios sobre el Sínodo (2) y donde se alaba a la creación, no a quien fue su artífice. Este falso ecumenismo herético, (falso, porque no atrae a las otras religiones a la verdad únicaque solamente posee la fe católica), va a ser una realidad tras este Sínodo, tal y como se desprende del documento donde se insta a introducir este tipo de rituales dentro de las celebraciones católicas, algo del todo insostenible, pues no hay amalgama posible entre este tipo de prácticas y nuestra santa religión. Todo ello vemos que es bendecido por Francisco, y no solo bendecido, sino buscado, deseado y aplaudido desde sus inicios, cuando empezó a despuntar con su carta encíclica «Laudato si«, usando torticeramente las palabras de San Francisco de Asís al titularla de ese modo, pues desvirtuaba el sentido que el Santo dió a esas bellas palabras. El documento empezó a evidenciar la verdadera intención de su autor, pues vaciaba de Dios los argumentos que esgrimía, al estilo Nueva Era. Ese fue el inicio que abrió el camino a todo el horror que estamos viviendo estos días. De aquellos polvos vienen estos lodos.
No quiero terminar mi artículo sin hacer referencia a la fiesta que hoy celebramos, Nuestra Señora del Rosario y la victoria de Lepanto, pues también su historia está muy relacionada con lo que he comentado hasta aquí. Esta fiesta memorable, nos anima a seguir los pasos de nuestros antepasados, aquellos que no permitían que se despojara de la fe verdadera al pueblo y que luchaban denodadamente contra el Islam, primero con la oración y seguidamente con las armas y con la vida si era necesario. Tristemente, vemos como desde el propio Vaticano se impulsa la entrada de aquellos que son enemigos acérrimos de nuestra fe, so capa de caridad y acogida. San Pío V, por contra, convocó a todo el pueblo fiel al rezo del Rosario ante la invasión musulmana de los turcos y logró la victoria de Lepanto el 7 de octubre de 1571. Hoy festejamos el 448 aniversario de esta victoria de María sobre los otomanos. Contra toda esperanza, con vientos desfavorables e inferioridad de combatientes en el bando cristiano, se logró la victoria inesperadamente, porque se unieron muchas almas al llamamiento de Papa y la Santísima Virgen no dudó en socorrer a sus hijos.
Estos contrastes entre el pasado y el presente debieran hacernos pensar y reflexionar en qué punto nos encontramos. ¿Quiénes están en la verdad, San Francisco de Asís, San Pío V? O por el contrario, ¿está Bergoglio tratando de acercar al Pueblo de Dios a quien es Camino, Verdad y Vida y por cuya puerta hay que pasar para entrar en el Cielo, cosa que no es posible con los dioses paganos? ¿Es consciente de que está echando por la borda todo aquello que se consiguió con tanto esfuerzo y tantas vidas cuando permite y alienta la idea de la entrada masiva del Islam en nuestras fronteras, aún habiendo sido advertido por muchos sabios y entendidos de los graves peligros que ello comporta, haciendo oídos sordos? ¿Qué intereses se esconden tras este modo irresponsable e insensato de actuar?
Justo el día de San Francisco de Asís hubo un signo en el Vaticano, epicentro de la fe católica. En plena celebración, presidida por Francisco, cayeron cascotes del techo y hubo que evacuar un ala de la Basílica. Este hecho es para reflexionar. San Francisco fue enviado a reparar la Iglesia y lo hizo. No sé cuán contento esté nuestro estimado santo con las actuaciones de Bergoglio y con que ostente su nombre. ¿No querrá el Cielo advertirnos, justamente en su fiesta y en ese momento previo al inicio del Sínodo, que la demolición está en marcha y que la profecía que pronunció antes de su muerte está cumpliéndose a cabalidad? El tiempo lo dirá, sin duda, pero es curioso que justamente fuera San Francisco quien la formulara.***
A ustedes dejo todo esto para su análisis y reflexión. Yo solamente termino con dos jaculatorias:
¡Ven, Señor Jesús!
¡Virgen del Rosario, ruega por la cristiandad, hoy más que nunca!
***
PROFECÍA XIV DE SAN FRANCISCO DE ASIS
«Poco antes de la muerte, reuniendo a los frailes les anunció las tribulaciones venideras diciendo: «Obrad varonilmente, hermanos, confortaos y apoyaos en el Señor. Ya se avecinan tiempos de gran tribulación y aflicción, en los cuales abundarán temporal y espiritualmente las perplejidades y divisiones; se entibiará la caridad de muchos y se acrecentará la iniquidad de los malos.
«El poder de los demonios se soltará más de lo acostumbrado, se mancillará la pureza inmaculada de nuestra Orden y de otras, de tal modo que poquísimos cristianos obedecerán con verdadero corazón y caridad perfecta al Sumo Pontífice y a la Iglesia Romana. Alguien no elegido canónicamente, proclamado Papa en el período más crítico de aquella tribulación, intentará propinar a muchos la muerte con la artimaña de sus embustes. Entonces se multiplicarán los escándalos, se dividirá nuestra Orden y muchas de las otras se arruinarán totalmente, porque lejos de oponerse, secundarán el error. Habrá opiniones y cismas tantos y tan grandes en el pueblo, en los religiosos y en el clero, que si no se acortasen estos días, según el santo Evangelio (N: S. Mateo XXIV-24), si pudiera ser, serían engañados también los elegidos, si la inmensa misericordia de Dios no los guiara en tan gran torbellino.
«Nuestra Regla y vida entonces por muchos será impugnada cruelmente. Sobrevendrán grandes tentaciones y los que fueren probados recibirán la corona de la vida. Infelices de aquellos, que se entibiarán confiados en la sola esperanza de la Religión, y no resistirán constantemente a las tentaciones permitidas para prueba de los escogidos. Pero los fervorosos de espíritu que por caridad y celo de la verdad se unieren a la piedad, sufrirán persecuciones e injurias como desobedientes y cismáticos; pues sus perseguidores agitados por los espíritus malignos, dirán que hacen gran obsequio en matar y borrar de la tierra la memoria de hombres tan pestilentes. Más el Señor será entonces refugio de los afligidos y los salvará porque esperan en Él. Y para conformarse con su Cabeza obrarán confiadamente comprando con la muerte la vida eterna y elegirán obedecer a Dios antes que a los hombres y de ningún modo temerán la muerte por no consentir con la falsedad y perfidia. Entonces los predicadores encubrirán la verdad con el silencio y por otros será negada y pisoteada. La santidad de vida será escarnecida y burlada por los que a ello se obligaron; por lo cual Nuestro Señor Jesucristo les enviará como lo merecen no un pastor digno sino un exterminador.»
San Francisco de Asís
Muchas gracias Monse excelente artículo Dios y la Sma Virgen te bendigan
La masonería (Bergoglio), sabe como emplear el nombre de Dios para embaucar a los que se han de condenar por NO haber OBEDECIDO las leyes Divinas. 2ª Tes 2.
Bergoglio es uno de tantos que fueron embaucados por el diablo. Ahora en este período de la humanidad, denominado » Fin de los Tiempos», el propio diablo le ha enconmendado dirigir la Iglesia de Cristo para que provoque el gran Cisma profetizado y pueda nacer la falsa iglesia del anticristo (Fulton Sheen).
Conviene recordar aquello que dijo S. Vicente Ferrer: el hombre inicuo vendrá con santidad fingida, tendrá vida cristiana externamente pero interiormente estará vinculado al espíritu maligno, el cual le inspirará que haga muchas maldades en la Iglesia bajo capa de bien. No querrá consejo de nadie, sino mas bien todo aquello que le pareciere ejecutará, sea malo o sea bueno, por la instigación y consejo del diablo. Engañará a muchos príncipes y poderosos con su santidad fingida y mala, en gran manera que los llevará a grandes yerros y escándalos. Hará torcer en la ley a muchos varones doctos y sabios, porque el diablo trabajará para que cumpla sus pensamientos, dándole a entender que le viene de parte de Dios; muchos hombres famosos en santidad serán engañados por el diablo por medio de él…
“Son cismáticos los que obedecen al falso (papa) cual si fuera legítimo”.
Obedecer a un hereje equivale a desobedecer a Dios y negar la fe. El Magisterio de la Iglesia excomulga automáticamente a los que obedecen a los herejes. Es una blasfemia contra el Espíritu Santo porque obedecer a un hereje es desafiar la verdad revelada por Dios.
“Es muy peligroso para el alma cristiana adherirse como a papa al que no lo es; el falso papa es como «un dios extranjero en este mundo, un ídolo, una estatua, una imagen ficticia de Cristo». La responsabilidad es mayor para el que tiene autoridad o ciencia, pero alcanza a todo cristiano”.
Non Nobis.
Muy buena comparanza, Montse, la del Francisco de satanás y el pobrecillo de Asís, hoy entre las Divinas Huestes.