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MÁS SIMBOLISMOS EN NOTRE DAME. LA FALSA IGLESIA AL DESCUBIERTO

Como yo, creo que muchas personas pensaron que lo sucedido en Notre Dame en París, fue un atentado. Mi convicción iba en aumento tras ver la pasividad general ante un incendio de semejante envergadura y sobretodo tratándose de un monumento tan especial y simbólico como la Catedral de París. Ver aquel panorama en tiempo real nos permitió a muchos observar algunas cosas extrañas. Aquel único cañón de agua que  los bomberos estaban usando para apagar la enormidad de aquellas llamas, parecía un juego de niños. Hasta Donald Trump dijo que era imprescindible que desde se usaran los medios necesarios para apagar semejante hoguera. Algo raro empezaba a palparse en el ambiente.

Mi primer pálpito fue confirmado interiormente por mi, cuando vi la fotografía tomada por un dron en la que se observaba arder toda la planta de la Catedral. Ahí sí pensé: ¡No hay duda! Esto es un atentado contra la fe católica, no es un hecho fortuito como los medios están dando a entender. Es imposible que todo arda de esta forma tan pareja y ocupe el crucero y los brazos de la cruz por igual. ¿Esta es la clase de seguridad que tiene un edificio tan importante como Notre Dame? ¿Es posible que no se usen más medios para sofocar el fuego que lo devora? La respuesta que yo misma me daba era que aquello no era creíble.

Han pasado ya algunas jornadas de este triste capítulo. Durante ellas, quienes no somos franceses, hemos ido conociendo  más detalles de los graves ataques a iglesias católicas en el país vecino, todos ellos muy recientes y claramente preocupantes y desoladores. Templos quemados, deshonrados, saqueados, y, en algún caso, incluso mancillados en sus paredes con excrementos humanos. Por desgracia, el tema, como tantos otros que nos van llegando día a día y nos preocupan en un principio, ha ido desapareciendo de los titulares y de los medios, haciéndolo pasar a un segundo plano. Como en todo, pronto nadie hablará de Notre Dame. Realmente es triste, pero cierto.

Pero justamente una amiga me mandó una información recopilatoria valiosísima hace dos días. Es el vídeo que comparto seguidamente y que les recomiendo ver de principio a fin. En él podrán comprobar como se deja al descubierto la infamia perpetrada contra  Notre Dame. Una de las informaciones que se muestra en él  es la de la creación  de un concurso internacional de arquitectura, promovido por el presidente Macron, para hacer una reconstrucción urgente de la Catedral. Y he aquí lo curioso de todo este tema. Muchos han aplaudido discurso y el gesto «rápido» de Macron al pedir ayuda para la pronta restauración del templo, discurso en el que aludió  a los fieles católicos, ponderando que para ellos, como también  para el resto del mundo, era una gran pérdida la de Notre Dame, pérdida que había que volver a rehacer con prontitud. ¡Como si a Macron le importaran algo los católicos! ¡Eso no se lo traga ni un niño de pecho, oiga! Pero es que hay más. Dijo que en cinco años se reconstruiría el monumento y que «sería más bonito que antes». En fin, que este señor se ríe de todos nosotros en la cara. ¿Piensa acaso que somos unos cretinos? ¿Qué ignorante se imagina que se pueda hacer algo más bello que lo que estaba construido tantos siglos atrás y representa la pérdida de una joya irreparable? Pueden ver en el vídeo con los inusitados proyectos arquitectónicos presentados en el concurso a partir del minuto 17:50.

En los primeros días del suceso, muchos amigos, entre ellos algunos sacerdotes que conozco y aprecio, hicieron unas excelentes exégesis del simbolismo que encerraba la destrucción de Notre Dame. El paralelismo era claro: una iglesia que se quema en el techo y deja a su paso desolación  y vergüenza ajena, es la propia imagen de la actual Iglesia, que en su cabeza arde como estopa devorada por sus propios pecados y aniquila la fe de todo un pueblo, especialmente con los pecados de escándalo sexual y con las implicaciones en turbios intereses de riqueza y poder, que son totalmente del mundo y no Dios. Una Iglesia cuya cabeza sobrepuesta se preocupa únicamente de la inmigración y la apertura indiscriminada de nuestras fronteras a otras religiones y culturas, o por el cambio climático y el cuidado de la «pachamama», y no de la salvación eterna de las almas. Una Iglesia del mundo y para el mundo. Quien quiso entender, entendió.

Mi reflexión después de conocer el proyecto arquitectónico con el que se quiere dar un nuevo aire a la Catedral es la siguiente: Observamos que Notre Dame permanece fuertemente cimentada y no se ha podido destruir su estructura. Quedó intacto el altar que mira hacia oriente y el central, por el contrario, fue devastado por las llamas. Muchos vieron en ello una clara señal de que la verdadera Iglesia de Cristo es la que permanece fiel al mensaje  divino de siempre y que se nos da a través de las Escrituras, del magisterio y de la santa tradición, el mismo que queda expuesto en el catecismo. La imagen de lo que ha permanecido incólume, es la propia imagen de la incolumidad de nuestra fe. Contrariamente, desde la cúpula, se pretende instaurar una fe que nada tiene que ver con la que aprendimos en el catecismo, aniquilando el concepto de pecado y dotando a Dios de una falsa misericordia que todo lo perdona y excusa. Una cúpula que simula ser bella, brillante, abierta y renovada. Pero esta cúpula, que es fiel reflejo de la que se quiere construir de nuevo en Notre Dame, no tiene nada que ver con el estilo que Cristo dejó para su Esposa. De este engaño monumental que se viene tramando desde hace años y que culminó el 13 de marzo de 2013, participan e incluso alaban numerosos fieles, sin darse cuenta  que esta obra es una cacofonía vergonzosa que nada tiene que ver con nuestra fe. ¿O es que acaso se pueden entender dos estilos contrapuestos en un mismo edificio, el clásico y el moderno? Esto es como cuando uno va a ver un museo y aunque las obras que se exponen en él son muy ponderadas, uno percibe que, en lo que muchos llaman arte, no hay más que mamarrachadas que hasta un niño podría mejorar. Pero como todos dicen que «es arte», aplauden y alaban cual ignorantes. Aquí, en Notre Dame, al igual que en la Iglesia , ahora hay que «aplaudir» el que la modernidad y la mundanidad cohabiten con la santidad de siempre. Esa es mi exégesis personal de todo este proyecto de reconstrucción de la Catedral de París, y que, en resumen, no es más que intentar engañar a muchos, introduciendo doctrinas no católicas dentro de la bien estructurada y cimentada Iglesia verdadera. Y el engaño es magistral, pues se ha hecho desde dentro y desde las más altas jerarquías.

A ejemplo del sueño de Nabucodonosor que fue interpretado por Daniel, el del ídolo con pies de hierro y barro, vemos como quieren amalgamar aquello que no puede permanecer unido. Por eso, este plan de la falsa Iglesia no prosperará y se aniquilará. Por el contrario, la Iglesia verdadera, cuyos cimientos permanecen en la Roca, que es Cristo, nunca verá mezclar sus fieles con los impíos. El texto de Daniel sobre el reino de barro y hierro es muy esclarecedor:

 

40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.
41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. (Daniel, capítulo II).

Lo más hermoso del día del incendio en Notre Dame fue lo que se vivió extramuros y no es más que el preludio del triunfo del Reino de Dios. Todo ello lo protagonizaron los cientos y cientos de parisinos que se agolparon espontáneamente frente a la Catedral mientras entonaban el Ave María, algo que las poderosas fuerzas ocultas no esperaban. Porque, la Francia católica, amordazada por el secularismo, sintió la necesidad de salir de su escondite y sus fieles se unieron mostrando su fe públicamente, algo que no es lo habitual en el país. El enemigo cree ganar, pero parece desconocer que, precisamente, cuando quieran herir y cercenar de raíz nuestros más profundos sentimientos cristianos a través de ataques directos contra lo que más amamos, solo conseguirán sacar de nosotros aquello que llevamos latente en lo más profundo de nuestros corazones en esta Europa de profunda raigambre cristiana y seremos sal y luz para el mundo. Esa es y será la Iglesia verdadera, la que verá el triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Montse Sanmartí

 

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Como Vara de Almendro

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7 Comments

  • Es muy fuerte lo que nos esta tocando vivir. Gracias por ser traernos un poco de luz en medio de la obsucuridad (en este caso me refiero al internet ). Gracias

  • He visto el vídeo. De verdad impresionante si es que aun nos queda capacidad para impresionarnos. Van a destrozar la Iglesia Catolica. Naturalmente lo que pueden destrozar ( los Templos Católicos) porque la Iglesia de Cristo es indestructible.
    Pero es triste. Nos están quitando la ilusión, la alegría, la belleza, la verdad.
    Sólo un agente satánico – oscuro, tenebroso, repugnante- es capaz de planear este siniestro.
    Dichosos aquellos que no tuvieron que contemplar lo que estamos viviendo. Es el principio del fin.

    • Querida Amparo: ciertamente es terrible lo que nos toca vivir. Pero no podemos perder la alegría porque, precisamente, somos hijos del Dios verdadero y nos ha prometido que siempre estará a nuestro lado. Hubo santos que desearon vivir en este tiempo, como Santa Teresita, que hubiera querido vivir en tiempos del Anticristo, y que es ésto sinó el tiempo del mismo.Por tanto, nada de desanimarnos, por el contrario, levantemos nuestras cabezas, porque se acerca nuestra redención.

      Unidos en las oraciones.

  • Estimada Monserrat: Hay que orar a tiempo y a destiempo, es decir siempre. Iremos por la Iglesia, por nosotros mismos » ad invicem» para que perseveremos, para que seamos fieles Cristo y su Iglesia. Mis oraciones por ti. Jorge Castro Cortez desde Toluca Mexico

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