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GARABANDAL ES LA CONTINUACIÓN DE FÁTIMA Y LO CONFIRMA UN OBISPO DE LEIRÍA-FÁTIMA QUE LEYÓ EL SECRETO

La Virgen revela en Garabandal lo que es más importante que deba conocerse: el estado actual de la Iglesia y el mundo, pero sobre todo, su REMEDIO: los DOS MENSAJES (ponemos al final). Cada cosa de Garabandal es un signo que contiene mucha DOCTRINA y ENSEÑANZAS en vivo.

La tercera parte del mensaje de Fátima no se dio a conocer en 1960, tal como Lucia lo pidió de parte de la Virgen y por esto la misma Virgen María pidió a Dios venir a Garabandal en el año siguiente (1961) a decirnos sus Mensajes.

Monseñor Joao Pereira Venancio, Obispo de Fátima afirmó que el mensaje dado por la Santísima Virgen en Garabandal es el mismo que Ella dio en Fátima, pero actualizado para nuestro tiempo.

Dijo J. P. Venancio:

«En Garabandal, la Santísima Virgen puso al día su Mensaje de Fátima para la iglesia de hoy».

Monseñor Joao Pereira Venancio, Obispo de Leiría-Fátima, Portugal, ha sido el Obispo cuyo nombre será siempre conocido por su vinculación con Fátima y Garabandal. Fue durante su cargo pastoral que el «Tercer Secreto de Fátima» fue llevado a Roma.

El Obispo Venancio es bien conocido por su profunda piedad. Con frecuencia habló con Sor Lucía, la vidente de las apariciones marianas de Fátima y también visitó a Conchita la vidente de las Apariciones de Garabandal.

El Padre Alfred Combe, cabeza del Movimiento de Garabandal en Francia, relata su encuentro con el Obispo Venancio.

Dice el P. Combe:

El 21 de julio de 1983, mientras acompañaba a un grupo de peregrinos desde Saint-Etienne, Francia, a Fátima, tuve la alegría de ser recibido por el Obispo Venancio y tener con él una larga y privada conversación. Ahora puedo publicar esta inolvidable entrevista, pero hay varias cosas que quisiera mencionar antes:

1. Que la primera vez que yo me entrevisté con este santo Obispo fue en Leiría, en la Oficina de la Cancillería en 1961.

2. Que yo sabía que en dos viajes que él hizo a Estados Unidos, las dos veces visitó a Conchita, que es la principal vidente de Garabandal, la cual ha estado viviendo en Nueva York desde que se casó en 1973. Estas visitas no eran casuales ya que Conchita era bien conocida por Lucía de Fátima.

3. Un importante detalle; yo llevaba en mi mano derecha un anillo que el gran apóstol de Garabandal, Joey Lomangino, me dio en 1977, cuando visité Nueva York. El le había dado el mismo regalo a Conchita y a varios sacerdotes y laicos, todos «obreros» de la Santa Madre, como un signo de nuestra «comunión» y colaboración en la difusión del mensaje de Nuestra Señora.

La conversación con el Obispo Venancio fue así:

P. Combe: Excelencia, le estoy muy agradecido por recibirme en esta audiencia privada. Este es nuestro segundo encuentro.

J. P. Venancio: Querido padre, mi memoria me falla. Por favor, ayúdeme a recordar.

P. Combe: La primera fue en 1961. Yo vine de Francia para implorar de su generosidad una estatua de Nuestra Señora de Fátima para un gran evento francés-portugués, que yo estaba organizando en el distrito de Lyon, un acto que tuvo gran resonancia en toda la región, ya que reunió a más de 10.000 personas.

J. P. Venancio: Recuerdo perfectamente. Yo le di a Ud. una estatua con una bendición especial, ya que era una de las cuatro que hicieron el «recorrido de paz» después de la II Guerra Mundial. En aquel día de adoración yo le envié al Rector de la gran Basílica de Fátima con la orden de dejarle a Vd. la estatua de Nuestra Señora. Cuando él regresó a Fátima me dio cuenta del magnífico programa y fiesta que le dejó impresionado, así como por la calidad del programa religioso.

P. Combe: Pero todo ese programa, Excelencia, fue por la Gracia de Dios y por la benevolencia suya. ¿Sabía Vd. que esa estatua de Nuestra Señora de Fátima ha traído muchas bendiciones espirituales y temporales? Todavía hoy ella es venerada en mi capilla privada. En mi hogar tengo una fotografía donde Vd. está retratado en el hogar de una joven a la cual Vd. visitó en Nueva York. Ella es alguien a quien Lucía conoce.

J. P. Venancio: En la casa de Conchita de Garabandal. Sí, querido padre, yo he notado que Vd. lleva en su dedo un anillo que a mí me dice más de lo que Vd. cree. Sí, yo fui a visitar a Conchita en Nueva York. Estuve encantado de las horas que pasé en su hogar con su familia. Y le diré algo, ella tuvo el acto gentil de quitarse el anillo que llevaba en su dedo, igual al que Vd. lleva, y me lo dio diciéndome:

— Excelencia, le daré esto a Vd. sólo hasta su muerte.

Yo lo acepté y como Vd. lo he llevado siempre, por años, junto a mi anillo pastoral. Como Vd. podrá imaginarse esto ha traído un sin fin de especulaciones, no muy discretas por cierto, aún por parte de algunos de mis hermanos obispos. He usado este anillo hasta este año, 1983, pero como ya estoy muy avanzado en edad y deseaba que este anillo fuera devuelto a su dueña antes de mi muerte, lo he enviado a Conchita hace varias semanas, con una carta de agradecimiento y mi más sentida bendición.

P. Combe: Excelencia, lo que Vd. me ha dicho ahora ha sido para mí una gran revelación. Le agradezco el que Vd. lo haya compartido conmigo.

J. P. Venancio: Mi querido padre, ¿es Vd. el sacerdote francés que trabaja difundiendo el mensaje de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Garabandal de España?.

P. Combe: Sí, Excelencia, y es por esa distinción que tengo la alegría de encontrarme con Vd. hoy.

Entonces, sucedió algo inesperado, algo que me dejó tan atónito que me cuesta aún el relatarlo, sin embargo debo decirlo con simplicidad: el Obispo Joao Pereira Venancio se levantó y se arrodilló a mis pies. Entonces tomó mis manos entre las suyas y mirándome fijo a los ojos me dijo:

— Bendito sea Vd. y gracias, querido Padre, por la maravillosa labor apostólica que Vd. está haciendo por Nuestra Señora del Monte Carmelo de Garabandal.

Entonces el Obispo se sentó frente a mí.

P. Combe: Estoy todo confundido por su gesto, Señor Obispo, pero muy agradecido por sus palabras, no por mí sino por el Mensaje de Garabandal.

J. P. Venancio: Este mensaje dado por la Santísima Virgen en Garabandal es el mismo que Ella dio en Fátima, pero actualizado para nuestros tiempos.

P. Combe: Yo siempre he pensando lo mismo, Excelencia, pero Vd. enfatiza la palabra «actualizado». ¿Quisiera Vd. aclararlo?

J. P. Venancio: Es muy simple. En 1917, en Fátima, la Virgen no nos advirtió la crisis que sufre la Iglesia hoy, y que tanto nos duele; crisis de doctrina, de catecismo, de moral, de liturgia, de disciplina, de sacerdocio, de vida religiosa, etc., y como resultado la gran confusión de los fieles. ¿Por qué? Porque no había razón para advertimos esos peligros en 1917.

De hecho en ese entonces la situación era normal y algunas cosas perfectas. ¿Recuerda Vd. cómo era en ese entonces la piedad Eucarística, la devoción Mariana, el sentido cristiano del pecado, la frecuente recepción del Sacramento de la Penitencia, la liturgia, la fidelidad al Papa como sucesor de Pedro?

En Garabandal, en 1961, la situación era ya diferente. Nosotros no veíamos los grandes peligros que se avecinaban, pero la Virgen Santísima los veía. Y porque Ella es Madre y Profeta, vino a esa pequeña aldea española para damos y, explícitamente, advertirnos y llamarnos de nuevo a la oración, al sacrificio, a la penitencia y a la conversión. En otras palabras, en Garabandal, Ella puso al día su Mensaje de Fátima, para la iglesia de hoy.

P. Combe: Conchita de Garabandal con frecuencia ha dicho que el mensaje de Nuestra Señora del Monte Carmelo fue un «mensaje de salvación», así que nosotros podríamos agregar, «mensaje de salvación para nuestro tiempo.

J. P. Venancio: Para mí es obvio.

P. Combe: Lo que Vd. está diciendo sobre la crisis y la resultante confusión en el mismo corazón de la Iglesia, me recuerda a mí algo que una vez dijo un gran teólogo, el Padre Lucio Rodrigo, Rector Emérito de la antigua Universidad de Comillas, en la diócesis de Santander.

Después de las apariciones de Garabandal, alrededor del año 1967, yo conocí a este jesuita y nos hicimos grandes amigos. Un día él me dijo:

— En Garabandal, la Santísima Virgen nos predijo la crisis sacerdotal y la gran confusión en la Iglesia. Estas profecías han llegado a ser verdad. Todo con una visión y una gravedad que nadie en esa pequeña aldea podía haber previsto, porque ni siquiera los teólogos, con todo el vasto conocimiento que tenemos, tuvimos la menor sospecha.

Y este eminente teólogo agregó:

— Para mí, sólo eso, es una prueba más que suficiente de que el mensaje de Garabandal fue de origen sobrenatural.

J. P. Venancio: Esta es una razón confiable e iluminante, aunque Garabandal no le faltan otras pruebas de credibilidad como Vd. bien sabe. Ahora dígame Padre, ¿ha tenido Vd. alguna noticia reciente sobre Conchita y sus compañeras? ¿Me quisiera decir, en su opinión, como piensa el Obispo de Santander y Roma sobre Garabandal?

Mons. Venancio con Conchita en New York.

P. Combe: En este momento yo le hice saber al ilustre prelado las pocas noticias que yo tenía.

Y así fue como terminó nuestra conversación.

P. Combe: Gracias sinceramente, Excelencia, por haberme proporcionado esta entrevista. Guardaré sus palabras en mi corazón como una fuente de alegría y paz. Pero antes de irme quisiera pedirle un último favor. Que me dé la bendición a mí y a mi grupo de peregrinos franceses.

J. P. Venancio: Con todo mi corazón. Primero a Vd. y después para su grupo.

P. Combe: De rodillas, recibí su bendición, después le di las gracias.

J. P. Venancio: La bendición a su grupo Vd. se la dará en mi nombre. Le doy permiso especial y le permito dar mi bendición episcopal a su grupo en mi nombre. Y en retorno quiero recibir yo la suya.

P. Combe: Yo me negué, todo confundido; sin embargo ante la insistencia del Obispo, que ya estaba de rodillas ante mí, accedí y así lo hice con gran emoción: «Yo bendigo con todo mi corazón a este grande y santo Obispo de Fátima». ¡Qué entrevista tan memorable!.

Doy fe ante Dios de que todos los detalles que aquí relato son ciertos. Esto lo dedico a todos los «trabajadores» de Nuestra Señora del Monte Carmelo para que sientan ánimo y también a todos los Obispos y Sacerdotes de la Iglesia.

Padre Alfred Combe,
Francia. 21 de julio de 1983.

Fuente:
http://www.virgendegarabandal.net/mita118.htm

LOS MENSAJES

El primer mensaje – 18 de octubre 1961

Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia. Tenemos que visitar al Santísimo con frecuencia. Pero antes, tenemos que ser muy buenos. Si no lo hacemos, nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y, si no cambiamos, nos vendrá un castigo muy grande.

El segundo mensaje – 18 de junio 1965

Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Arcángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaos mas, pensad en la Pasión de Jesús.

A.M.G.D y la B.V.M
www.pueblodemaria.com
www.virgendegarabandal.com

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Como Vara de Almendro

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2 Comments

  • Mensajes de la Virgen en El Escorial…
    12-8-1982-V. Maria:
    Yo también sufro. Mira mi Corazón cómo está por esas almas consagradas. ¡Qué falsos profetas! El anticristo está en mi Iglesia. Está entre todos ellos. No se ha dado a conocer. Que salgan mis mensajes por el mundo para redimir a todos.
    20-01-1.983-(V. Maria):
    Todo el que se llame «Hijo de Dios», que no niegue a mi Hijo. Al que niegue a mi Hijo, los ángeles lo negarán a él. ¡Cuántos anticristos hay entre los humanos que quieren apoderarse de las almas! Muchos sacerdotes, por su mala vida, por su falta de piedad arrastran muchas almas diariamente al fondo del abismo. Que hagan oración; que no se abandonen; que se arrepientan. Que los quiero a todos, que todos son mis hijos, que cambien sus vidas!
    05-04-1.986-(V. Maria):
    El anticristo, hija mía, se apoderará de Roma. Hay muchos secuaces del anticristo; y él quiere sentarse en la Sede. Pedid mucho por mi Hijo, mi Vicario. Es muy perseguido, hijos míos; y el anticristo ESTÁ CERCA PARA HACERLE SUFRIR, hija mia. (Pausa.) Uníos a él en oración y ofreced vuestras oraciones por él. NUESTROS CORAZONES LE AMAN.
    06-09-1.986-(V. Maria):
    TODO EL QUE QUIERA SEGUIR A CRISTO, TIENE QUE VIVIR EL EVANGELIO. Pero, ¡cuidado, hijos míos, mucho cuidado! Hay millares y millares de profetas falsos que se llaman apóstoles de los últimos tiempos, y viven en la abundancia, en el placer. Muchos de ellos están acudiendo a este lugar y arrastran grandes masas de almas; y estas pobres almas se dejan arrastrar por el orgullo y la soberbia. Hijos míos, os sigo avisando: NO ABRAIS VUESTROS OIDOS A TODOS ESOS PROFETAS FALSOS, porque todos están sellados con el número del enemigo y quieren arrastraros a vosotros para caer en sus redes. Abrid vuestros oídos a mi llamada, hijos míos. La penitencia y la oración y el sacrificio, os hará humildes y veréis la luz, hijos mios.
    No os dejéis engañar, porque es el tiempo del precursor del anticristo, que se reúne con grandes ejércitos de ángeles del mal y está sellando frentes y manos para el día final que está no muy lejano. Harán la guerra, hijos míos, pero ¡mucho cuidado!, estáis viviendo el fin de los tiempos, y Satán está suelto haciendo su guerra.
    Almas imitadoras de Jesucristo, vuestra oración, vuestro dolor, vuestro sacrificio y vuestras lágrimas llegan al cielo, hijos míos, y ayudarán a todas estas almas que por ignorancia se dejan arrastrar.
    07-05-1.988-(V. Maria):
    Decidle, hijos míos a vuestro Padre Eterno que venga el Espíritu Santo sobre vosotros y rija vuestras vidas y guíe vuestros pasos y sea vuestro Consolador en vuestras penas y aflicciones. Seréis perseguidos, hijos míos. El anticristo con sus secuaces en la tierra está apartando a los de Cristo, que son los cristianos, de los suyos, para perseguirlos y castigarlos. Lo hace muy astutamente, hijos míos. Los hombres se dejan llevar por las palabras y las promesas, y sus ojos se deslumbran, hijos míos, ante tantas y tantas promesas como hacen y caen como gazapo en La trampa.
    02-04-1.994-(V. Maria):
    Es el tiempo del anticristo, es su reinado; pero vosotros, hijos de la Iglesia, con la gracia de la Divina Majestad de Dios, no os turbéis ni os desconsoléis; tened paciencia, hijos míos, y seguid amándonos; y Yo seguiré manifestándome en el mismo lugar. Acudid de todas las partes del mundo a rezar. Ahora, más que nunca, es necesaria la oración y el sacrificio, hijos míos.
    Catecismo 675.
    Concordancias bíblicas:
    Isaias 27.1
    Ezequiel 28.2
    Daniel (7.8)-(9.27) y (11.36)
    S. Mateo 24
    S. Marcos 13.14
    2 TESALONICENSES 2
    1 S. Juan (2.18-22) y ( 4.3)
    2 S. Juan 1.7
    Apocalipsis (11.7)-(19.19) y (20.10)

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