Argumentos procedentes de «La Gran Babilonia», Tomo II, de Consuelo (2017), y «Schauen auf den Durchbohrten» de Joseph Ratzinger (1984), entre otros autores (también en Biblia Clerus, comentarios exegéticos al Capítulo 13 del Evangelio de San Juan).
El lavatorio de pies válido y lícito debe de hacerse con 12 sacerdotes u hombres adultos de fe probada, según el depósito de la fe, para ser tenido en cuenta en este próximo lavatorio de pies.
Compruebe las razones, pues tiene graves repercusiones: que el lavatorio de pies por representación sociológica del Pueblo de Dios no es ni lícito ni válido, así como el lavatorio de pies de libre elección universal como símbolo de simple servicio que realiza Francisco.
1./ El Decreto In missa in Cena Domini, de 6 de enero del 2016, por el que se modifica el sacramental del lavatorio de pies, Liturgia de la Misa in Coena Domini, mediante la reforma de la norma de las rúbricas del Missale Romanum, estableciendo que «los pastores puedan designar un pequeño grupo de fieles que represente la variedad y la unidad de cada porción del pueblo de Dios. Este pequeño grupo puede estar compuesto de hombres y mujeres, y es conveniente que formen parte de él jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos», contradice la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición, y por tanto, no puede llevarse a cabo, por las siguientes razones. Es decir, hay un abuso litúrgico objetivo desde el Papado, aún siendo de buena fe (elemento subjetivo), sin culpa, ni responsabilidad o imputabilidad.
2./ En los actos litúrgicos de la Iglesia Católica, no pueden participar ni no-católicos (luteranos, anglicanos, budistas, nuevaeranos…) ni tampoco católicos en pecado grave intrinsece malum no arrepentido (adulterio, aborto, eutanasia, homosexualidad…)
3./ Los actos litúrgicos no pueden ir contra la Sagrada Escritura ni la Sagrada Tradición.
4./ La reforma del lavatorio de pies, va contra la verdad divina contenida en la Revelación Pública, que se compone de la Sagrada Escritura, practicada por la Sagrada Tradición, que conforman el depósito de la fe.
a) Sagradas Escrituras: el sacramental del lavatorio de pies está contenido en el Evangelio según San Juan, Capítulo 13.
b) Sagrada Tradición de la Iglesia: de forma inveterada, siempre se ha lavado los pies de 12 hombres sanos de fe probada o de 12 presbíteros en la Misa in Coena Domini.
c) El Papa ha lavado los pies de 12 sacerdotes en la catedral de Roma, la basílica de San Juan de Letrán.
d) A pesar de su norma, durante los lavatorios del 2016 y 2017, Francisco ha incumplido su propia norma, pues lo ha efectuado en dos prisiones, ante 6 mujeres, un niño, jóvenes, ortodoxos, musulmanes, hindúes, ateos. Francisco dice que no cumple con sus propias normas, alegando que lo hace por necesidad y de corazón.
5./ No corresponde al sacramental del lavatorio el poner como principio único superior, el visibilizar en un acto litúrgico a una representación sociológica estadística del Pueblo de Dios de la parroquia o diócesis, pues puede poner a católicos que estén en pecado grave objetivo (adulterio, aborto) o sean inidóneos (mujeres, niños, jóvenes sin edad para ser sacerdotes).
6./ Las mujeres no pueden recibir el sacramento del Orden: no pueden ser diáconos, presbíteros y obispos, ni cardenales ni Papa. Lo mismo para los niños y los jóvenes y otros católicos que por edad, enfermedad y estado de gracia, tampoco pueden acceder. Y sobre todo, los creyentes de otras religiones y ateos, pues los no católicos no pueden intervenir en actos litúrgicos.
7./ El lavatorio de pies se realiza sobre hombres y sólo hombres católicos de fe probada o presbíteros, por si son llamados como Aarón al diaconado o al presbiterado del Orden de Melquisedec.
8./ Jesús lavó los pies de sus 12 Apóstoles, no de sus 72 discípulos y del resto de seguidores.
9./ Jesús tampoco no lavó los pies de los pobres de las periferias del Pueblo de Israel, publicanos, mendigos, marginados, ancianos, enfermos, discapacitados, emigrantes, esclavos, ni tampoco a otros creyentes, como romanos, griegos, partos o egipcios, ni a su madre María, ni a María Magdalena, ni a las discípulas, ni a publicanos y prostitutas. Sólo a sus 12 Apóstoles.
10./ Tampoco Jesús dijo que los pies de los Apóstoles fueran limpiados por todos los anteriores (lavatorio inverso).
11./ Jesús sólo lavó los pies, no otras partes del cuerpo, como las manos o los cabellos, y que en algún sitio se añaden indebidamente.
12./ El significado del lavatorio de los pies tiene tres momentos transcendentales:
a) acto de humildad y de servicio como figura de servicio gratuito hasta el martirio primero de Jesús a su Esposa la Iglesia, de luego de Jesús a sus Apóstoles, y de los sucesores de los Apóstoles a los fieles para la única finalidad propia del sacerdocio: la salvación de las almas, pues por eso son elegidos como Aarón para pertenecer al Orden de Melquisedec «lavaos los pies unos a otros (Juan 13, 14″), «Os he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con vosotros, también lo hagáis vosotros” (Jn 13, 15), «siendo vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros» (Jn 13, 13-14)
b) baño del agua: símbolo del Bautismo, que purifica y lava a la Iglesia;
c) levantarse, llenar y llevar la jofaina, ceñirse la toalla: son gestos que junto con la Palabra, representan a la Liturgia (gestos y palabras).
13./ También hay estos aspectos en el sacramental del lavatorio de pies:
a) Su contexto propio es la Última Cena, en la que se crea la institución del Sacerdocio («haced esto») y de la Eucaristía («esto es mi cuerpo», «esto es mi Sangre»), con el Mandato del Amor («amaros los unos a los otros») y el Discurso de la Cena, con su Oración de Unidad Sacerdotal.
b) El lavatorio está en el contexto de la Última Cena orientado a la Pasión, Muerte y Resurección, y es una ascensión. Los Apóstoles ascienden para ir al Cenáculo, porque los Apóstoles subieron al monte Sión donde está Jerusalén para la Última Cena.
c) El lavatorio es un rito para quienes ya están limpios por el baño: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Vosotros también estáis limpios, aunque no todos». (Juan 13, 10)
d) El lavatorio es un acto sacrificial, por el que Jesús, Dios y Hombre verdadero, Único y Santo Sacerdote, la Víctima pura y santa, indica que Cristo quiere que su Esposa, la Iglesia, sea pura y santa, que es amada por Él hasta la muerte, sirviéndola perfectamente para su fin, la salvación de las almas, y que sus sacerdotes den la vida martirial por la Esposa y estén unidos en la Cruz con Cristo.
e) Es la preparación del nacimiento de la Iglesia ante la representación de los 12 Apóstoles
f) Es la pertenencia y Alianza de Cristo, Único y Santo Sacerdote, con Pedro, de Pedro con los 12 Apóstoles, y de estos con sus sucesores en el ministerio sacerdotal
g) Es la preparación para el acto supremo de dar la vida en la Cruz de los sacerdotes
h) Es la coparticipación en los sufrimientos y dolores de su Pasión, muerte y Resurrección, en el martirio por la salvacion de las almas
i) La Iglesia, representada por los 12 Apóstoles, ya limpia de cuerpo por el baño del agua bautismal y la fuerza de la Palabra, sea pura, santa e inmaculada por el final lavatorio de los pies
j) Ser cristiano significa dejarse lavar los pies, o, en otras palabras, creer.
k) Es aceptar que también el cristiano, fiel y consagrado, tiene necesidad del perdón, que también sus pies están sucios.
l) Es el único lavatorio verdadero del hombre, el único lavatorio capaz de prepararle para la comunión con Dios, es decir, capaz de hacerle libre del pecado que hace esclavo
m) El lavatorio no es el amor universal entre todos los hombres, sino únicamente del amor que ha de vivirse en el interior de las pequeñas comunidades de los hermanos católicos, es decir, de los bautizados, antes de realizar estas comunidades dicho el amor universal.
n) El lavatorio implica que la estructura sacramental implica la estructura eclesial, la estructura de la fraternidad.
14./ Por tanto, este Rito se refiere unas promesas de Cristo, Único y Santo Sacerdote del orden de Melquisedec, por el que hace una alianza de pertenencia y unión inquebrantable entre Cristo con los Apóstoles y sus sucesores en el orden sacerdotal, y les hace copartícipes de los sufrimientos salvíficos de la Pasión, Muerte y Resurrección gloriosa, que sigue con su Ascensión y el Pentecostés del Espíritu Santo para su Iglesia.