Todos los años el Lunes Santo, se proclama el evangelio de la Unción en Betania, Juan 12, 1-11. Y es uno de los textos que me tocan interiormente de una manera especial. Siempre que lo leo, oro y reflexiono me llegan nuevas luces. Es una característica de la Palabra de Dios. El Señor te habla a través de ella siempre aunque los textos los sepas casi de memoria por haberlos escuchado desde niño.
Comienza diciendo: «Seis días antes de la Pascua». Está enmarcado en esa última semana de la vida de Jesús. El Señor se fue a Betania, es decir que la iniciativa fue de Él. Betania era un lugar muy querido por el Señor porque allí vivían sus tres grandes amigos: María, Marta y Lázaro. Seguramente fueron varias las ocasiones en las que los visitó pero el Evangelio nos narra sólo algunas. Recordemos por ejemplo cuando Marta servía y María estaba a los pies del Señor escuchando su Palabra. También la resurrección de Lázaro.
Betania se encuentra a tres kilómetros de Jerusalén por una de las laderas del Monte de los Olivos y aún con toda la grandeza y belleza del Templo, Jesús cuando sube a Jerusalén desde Galilea, prefiere estar en el Monte de los Olivos y en casa de sus amigos.
La visita de este día tiene un sabor diferente. El Señor está allí con sus amigos y sabe que muy cerca están los sufrimientos que le esperan; de hecho ya es Semana de Pasión. Su decisión de ir allí podemos decir que humanamente es buscando un poco de consuelo. Perdón Señor!!! porque nunca podríamos en esta tierra saber todo lo que sentías en el corazón en cada página del Evangelio. Sólo lo sabremos en el Cielo cuando se manifieste lo que seremos, cuando seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es (1 Jn 3,2).
«Allí le prepararon una cena». Trato de pensar en todos los detalles para tan Hermoso Huésped!!!. Cuando llega a nuestra casa alguien que queremos mucho, nos afanamos por tener todo lo más organizado posible. Y si es una cena le preparamos los platos que más le gustan, sacamos la mejor vajilla. Marta siempre sirviendo. Qué hermosos los que sirven con, diligencia con amor, con ternura.
Siempre que escucho Betania pienso en mis amigos y hermanos en la fe y hoy de manera especial en Antonella, Beatrice, Montse, Antonio José, Mónica, Sandra y Pedro, Rubielita, porque en sus casas he pasado momentos de Cielo y sé que todo ese gran amor es porque me reconocen como discípulo del Señor y como pastor de sus almas porque así me ha constituido el Señor.
Betania es el lugar de la amistad, de la intimidad. Lugar para reír, para llorar y desahogar el corazón de tantas penas. Es el lugar donde encuentras corazones como el tuyo enamorados del Amor.
María en Betania toma una libra de nardo puro, muy costoso. Nardo puro como el amor: puro. El amor es más precioso que todo el oro del mundo. Qué privilegio para Maria tocar los pies de Jesús. Señor cuando llegue al Cielo quiero abrazarme a tus pies y quedarme ahí eternamente besándote!!!.
El precio del Nardo que llevaba María costaba el salario de un año. Para Dios lo mejor, por eso los templos, los altares, deben estar espléndidamente para el Señor.
«La casa se llenó del olor del perfume». Si antes en aquella lloraban la muerte de Lázaro y cuando Jesús lo fue a resucitar después de cuatro días, Marta le dice: «Señor, ya hiede». Ya no habrá más olor de muerte sino de vida. El amor de Maria y de todo aquel que ame al Señor se esparcirá como el perfume por todas partes. Todos podrán gozar de su fragancia.
Judás no disfruta del perfume, al contrario como antagonista de Jesús, expresa la opinión del mundo ante un lujo tan desmedido. Escuchamos incluso a creyentes que dicen: «Y por qué la Iglesia no vende todas las propiedades que tiene y da el dinero a los pobres».
El autor del Evangelio deja claro que el que critica este gesto de María es el discípulo que va a entregar a Jesús. Parece que Judas tiene compasión por lo pobres pero es un hipócrita como muchos que hacen de la pobreza su bandera y utilizan el evangelio para legitimar la lucha de clases. El Evangelista lo ha desenmascarado: era un ladrón!!!
«Déjala para que lo guarde para el dia de mi sepultura». Jesús ve en le gesto de María ya un anticipo de lo que sucederá cuando muera en la Cruz y antes de que sea sepultado como se relata en Jn 19.38-41.
Sólo en el Evangelio de Juan se unge al Señor al bajarlo de la Cruz. En los evangelios sinópticos no se puede hacer porque comienza la fiesta de la Pascua y por eso las mujeres irán de madruga el primer día de la Semana pero ya no podrán hacerlo porque el Señor está ya Resucitado y la tumba estará vacía.
«Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis».
«A dónde te escondiste Amado mío,
y me dejaste con gemido,
como el ciervo huiste, habiéndome herido,
salí tras ti, clamando y eras ido»San Juan de la Cruz
«Me levanté y recorrí
la ciudad, calles y plazas;
busqué al amor de mi alma,
lo busqué y no lo encontré»Cantar de los Cantares 3,2
Padre Elías
Me tomo la confianza de reproducir un ensayo de soneto incluido en mi poemario inédito «Tú eres mi copa»:
Lunes Santo. Seis días antes de ir a la Pascua
Jesús va hacia Betania, lugar donde su amado
Lázaro lo invita a comer. Marta, de un lado
al otro de la casa; María, que es un ascua
de amor por su Rabí, con buen perfume de nardo
le ama los pies. María quier la mejor dote:
ungir al Nazareno; mas Judas Iscariote,
sin duda la peor. Reparando así en su fardo:
«Vendería el perfume por trescientos denarios…»
Rabí, ¿te vendería yo también, como Judas,
y a traición, o sería cual María enamorada?
¿Sería Marta y sus quehaceres varios?
¿Las muchedumbres de judíos rudas?
¿Los fariseos de la ley jurada?
Gracias, Alisios. ¡Muy hermoso!
A ustedes por brindarme la oportunidad…Justo en estos días de descanso saco tiempo para corregir los versos de este poemario, con la idea de publicarlo por fin. Son versos que oscilan entre la experiencia del amor humano y el amor divino, escritos hace hace algunos lustros y durmientes en un cajón o en carpetas de ordenador.