Queridos Hermanos:
Dentro de todas las cosas que se pueden decir de San Alfonso María de Ligorio, una es su gran amor por Jesús en el Santísimo Sacramento. Tiene un librito con 31 visitas al Santísimo, que cuando yo era niño las hacía con mucha devoción en mi colegio.
Sabemos que cuando se celebra la memoria de un santo, las lecturas son las del día. Hoy la primera lectura del libro del Éxodo nos relata la relación de Moisés con Dios en la Tienda del Encuentro. El Señor acompañó al pueblo de Israel en su travesía por el desierto.
En la Iglesia es el Señor nos ha dejado el Sacramento de la Eucaristía y tenemos la gracia inmensa de poderlo adorar en el Tabernáculo de cada parroquia y capilla.
Hoy vemos con dolor la manera como se trata al Señor en el Santísimo. He celebrado Eucaristías donde encuentro en el Altar, las partículas consagradas de los que han celebrado anteriormente y que ni se preocupan por recogerlas. Y en otros casos más graves aún, las he visto por el suelo porque no tienen la precaución de acercarse más sobre el Altar en el momento de comulgar. Y comenzando por el jefe, ya saben a quién me refiero que nunca se arrodilla ante el Santísimo. Muchos lo justifican porque está viejo, pero San Juan Pablo II era más enfermo y anciano y lo hacía. Además el argentino del que estamos hablando sí se arrodilla antes los musulmanes, pastores evangélicos, chamanes y ante los poderes del mundo: abortistas, promotores de la ideología de género, y comunistas. Sólo ante el Rey de reyes no lo hace.
En 1768 San Alfonso es atacado por una fiebre misteriosa, y dolores fuertísimos se propagan por sus articulaciones, obligándolo a curvar la cabeza hasta recostar el mentón en el pecho. En aquel cuerpo deshecho ardía siempre el corazón del apóstol. El fuego del celo se volvía día a día más ardiente. Seguramente con todas estas dificultades siempre buscaría la forma de estar de rodillas ante el Señor.
Es patrono de confesores y moralistas y tiene tanto que decirnos cuando al interior de la Iglesia vemos con dolor toda la inmoralidad de muchos miembros del clero y de tantos religiosos. Con tantas novedades teológicas han tergiversado las Sagradas Escrituras. Han forzado los textos y sostienen que lo que ahí está escrito era para otras épocas y que ahora tenemos que adaptar nuestros lenguajes a lo que pide el mundo.
Hemos llegado a tal grado de perversión que en días pasados en un canal de televisión irlandesa, el padre P. Richard Geoghegan de la Diócesis de Wateford & Lismore, participó actuando como travesti y sosteniendo que Dios le ha dado un talento para el travestismo y que no lo puede esconder como lo dice la parábola del Evangelio. También confiesa que tiene una colección de tacones altos y pelucas. Aquí pueden ver la noticia original. Ya se podrán imaginar que tipo de confesor es este individuo.
Y miren este otro caso de un sacerdote que siempre lleva preservativo en su billetera porque dice ser muy inquieto. Viendo estas noticias me dan ganas de llorar ante tanta ofensa a Nuestro Señor.
Nos está matando tanta ambigüedad. El pecado ya no es un realidad objetiva sino que cada uno puede pensar lo que quiera. Un penitente puede buscar el sacramento de la Confesión y escuchar una cosa de un sacerdote pero si cruza la calle, se encontrará otro sacerdote de otra parroquia que le dirá una cosa totalmente diferente. Lo que es pecado en una parroquia, en la otra no es pecado. Así estamos!!!
En el Evangelio de hoy el Señor explica la parábola de la Cizaña. El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, es decir Jesús. La cizaña son los partidarios del Maligno.
Constatamos con dolor que los que están sembrando la cizaña no son solo los enemigos sino supuestamente los amigos del Señor, sus discípulos. Tantos sacerdotes, religiosos y hasta laicos que están sembrando confusión. Si estos son los amigos!!!
Padre Elías
Conozco ese librito, Visitas al Santísimo, un verdadero regalo que nunca se agota al releerlo una y ota vez ante el Señor Sacramentado. San Alfonso tuvo el acierto, entre otros, de dejarnos este sencillo devocionario, completado con una oración a María Santísima y luego a San Jose. Ahí, en el Sagrario, está el Médico, el Psicólogo, el Abogado, el Consejero, el Maestro, el Amigo y por supuesto EL SEÑOR…todo gratis total, basta con creerlo y acercarse, al cabo de un tiempo ya no puedes dejar de ir y te cuesta despegarte. Sin palabras, sin prisas ni equívocos, poco a poco te descubre su Misterio y te regala junto a su Presencia la Sabiduría, algo tan ignorado por los hombres de hoy día, que no comprenden que el comienzo es «arrodillarse» y el final no levantarse, sino permanecer siempre humillados en el corazón y apenados por tanto cómo le hemos despreciado. Esto el Jefe argentino, cómo bien le llamas, ni lo sabe, ni lo entiende, ni lo pretende, de hay su imposibilidad para arrodillarse y su facilidad para arrodillar a otros ante sí. Que Dios le perdone, para que comprenda según la JUSTICIA.
Un saludo.
Gracias José por su aporte a nuestra página.
Buenos días desde Colombia, Dios los bendiga por su labor, una labor de enseñarnos las verdades de nuestra maltratada iglesia. Una iglesia donde el miedo, el silencio, el destierro, las amenazas para el que ose hablar de la verdad, verdad que es nuestro Señor Jesucristo. Me siento cómplice de la mentira por callar, por miedo al que dirán, por no estar preparado biblicamente, en el magisterio de la iglesia y el catecismo, la ignorancia nos impide defender nuestra Fe católica. Difícil llegar a la salvación de nuestra alma, sobre todo en estos tiempos de apostasía, relativismo y ambigüedad, pero con Dios todo lo podemos y haciendo su santa voluntad llegaremos un día a estar cara a cara con EL.