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En la fiesta de Santo Tomás Moro, mártir por defender la indisolubilidad del matrimonio

«En mi corazón no encuentro las fuerzas suficientes para hablar de forma distinta a como me dicta mi conciencia.». Santo Tomás Moro
En noviembre de 1534, el Parlamento aprobó el “Acta de Supremacía”, en la que se declaraba que el rey era la “única cabeza suprema sobre la tierra de la Iglesia de Inglaterra”. Siendo ya gran canciller de Inglaterra, Tomás Moro se negó a firmar esta disposición, a pesar de que sabía que ello significaba caer en desgracia ante el rey. La respuesta fue rotunda: “En mi conciencia, este es uno de los puntos en que no me veo constreñido a obedecer a mi príncipe, ya que, a pesar de lo que otros piensen, en mi mente la verdad se inclina a la solución contraria (…) Tenéis que comprender que en todos los asuntos que tocan a la conciencia, todo súbdito bueno y fiel está obligado a estimar más su conciencia y su alma que cualquier otra cosa en el mundo”.
Como señala el autor alemán Peter Berglar en La hora de Tomás Moro: “Con la fuerza de su conciencia, fue capaz de no negar su fe y, con la fuerza de su fe, fue capaz de obedecer a su conciencia hasta la muerte”.
Santo Tomás Moro, inspirado por un auténtico espíritu cristiano que sólo es concedido mediante la devota y constante oración en amor a Cristo, y no mediante decretos propios de un arranque de sentimentalismo mundano, nos guía y nos llena de ánimos para atravesar estos aciagos y calamitosos días:
“Pienso que no andamos equivocados al sospechar que se avecina de nuevo un tiempo en que el Hijo del hombre, Cristo, será entregado en manos de los pecadores, cuando observamos un peligro inminente de que el Cuerpo místico de Cristo, la Iglesia de Cristo, esto es, el pueblo cristiano, es arrastrado a la ruina a manos de hombres perversos e impíos.”
“Si tan amenazado estuviera alguien en el mal que no haya dejado de profesar la verdadera doctrina por miedo, sino que, como Arrio y otros como él, predica falsa doctrina bien por una sórdida ganancia o por una corrupta ambición, ese tal no duerme como Pedro, ni niega como Pedro, sino que permanece bien despierto como el miserable Judas y, como Judas, a Cristo persigue.”
“Cuando la razón se rebela contra la verdadera fe de Cristo y se hace adicta a la herejía, huye de Cristo y se convierte en esclava del hereje al que sigue, descarriada por el diablo y perdida en los vericuetos del error.”
“Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me armo cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía.”
“El que no tiene otra elección que renegar de Dios o afrontar el suplicio puede estar seguro de que ha sido precisamente Dios el que lo ha puesto en ese aprieto.”
«I die being the King’s good servant—but God’s first» («Muero siendo el buen siervo del Rey, pero primero de Dios»). Santo Tomás Moro
“…aedificabo ecclesiam meam et portae inferi non praevalebunt adversum eam” (Mt 16,18)
Fuentes:
http://encuentra.com/santos_clasicos/tomas_moro_algo_mas_de_su_vida_ejemplar10425/

http://www.recursoscatolicos.com.ar/Frases/santotomasmoro.htm

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Como Vara de Almendro

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1 Comment

  • No olvidemos tampoco a San Juan Fisher amigo entrañable de Santo Tomás Moro. Juan Fisher, Obispo de Rochester, creado Cardenal por el Papa Paulo III, y martirizado tal día como hoy 22 de junio ocho días antes de la Fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, así como Santo Tomás Moro lo fué el 6 de julio Octava de los Príncipes de los Apóstoles.
    Admirable el testimonio de ambos Santos que murieron , como San Juan Bautista, por defender la indisolubilidad del Matrimonio. Y además por defender el Primado del Romano Pontífice.
    Qué harían ahora estos grandes Santos viendo a un Papa -si es que lo es de verdad-traicionar la Fe por la que ellos dieron su vida?
    El artículo tiene frases para una profunda meditación cuando habla del peligro inminente de que la Iglesia sea arrastrada a la ruina por hombres perversos e impíos. Y también de que no es Pedro sino Judas Iscariote aquel que predica una falsa doctrina. Porque San Pedro -y sus Sucesores legítimos- pueden dormirse pero tienen la Promesa Divina de que no desfallecerán en la Fe.
    Para meditar.
    Bellísimo artículo.

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