Ayer, a la hora misma hora de la muerte de Jesús en la cruz, justamente, las 3 de la tarde, se perpetraba la profanación en la basílica de San Pedro del Vaticano, tal como informábamos en primicia desde nuestra página. (ver aquí)
Por este motivo, ayer por la tarde, un grupo de católicos, se concentraba en la propia Plaza del Vaticano para rezar el rosario a modo de reparación y desagravio por tan horrendo acto.
Creemos que es momento de actuar. La resistencia se crea de dos maneras: con la acción concreta, hablando la verdad aunque duela o moleste, aconsejando a quienes desconocen lo que está ocurriendo en nuestra Iglesia, leyendo y formándose en las verdades de nuestra fe para detectar los errores, etc.
También creamos resistencia a la entrada del mal en nuestra Iglesia a través de la oración. Y qué mejor oración sino la del Santo Rosario, la oración que siempre es escuchada. La oración que más agrada a nuestra Madre del Cielo. La oración que logró imposibles, como la victoria en Lepanto. ¿No podremos ganar esta dura batalla a través del rezo de esta oración tan estimada de nuestra fe? ¿Acaso podremos ser desconfiados y olvidar aquellas palabras que María dijera a San Juan Diego, y hoy nos repite a cada uno de nosotros, en este momento de angustia y de dolor que estamos viviendo?
«¿Qué temes, hijo mío, acaso no estoy Yo aquí, que soy tu Madre?»
Es momento de actuar. Es momento de orar. Tomar en las manos el santo rosario, ofrecer cada Ave María como una rosa a nuestra Madre, y pedirle por su Iglesia, y por la conversión de quienes profanan a la Esposa de su amado Hijo, Jesucristo. En cada Ave María, consolar a los Corazones de Jesús y de María.
Desde nuestra página les invitamos a rogar esta oración en familia, o en comunidades por todas estas necesidades tan importantes y urgentes en estos momentos.
Nunca se oyó decir que quien acudió a María, quedará defraudado. (San Bernardo de Claraval).