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SI ELLOS CALLAN, HASTA LAS PIEDRAS GRITARÁN

Dios nos ha dotado de un cerebro espectacular. Hace un trabajo impresionante durante el día, y por la noche, cuando suponemos que está «descansando», sus neuronas y conexiones neuronales siguen haciendo una labor impresionante.

Provengo de familia de escritores. Mi abuelo paterno, hasta donde sé, mi padre, mis tíos paternos, escribían poesía y prosa. Mis hermanas también salieron escritoras, y yo, la menor de ellas, tengo cierta facilidad, también, para la escritura. Mi padre, mis tíos, mis hermanas, se han levantado de noche a escribir, porque «la musa» que tampoco descansa, ha dejado en ese cerebro insomne, parte de sus artísticos pensamientos. No es la primera vez, por tanto, que ella me despierta, y me susurra al oído, poesías, ideas, pensamientos y frases de las que hacen historia. Cuántas noches ya lo ha hecho……Y creo que esa «musa» no es más que el Espíritu de Dios revoloteando en el silencio nocturno, cuando todos descansan, cuando no hay ruidos externos, cuando se respira paz y Él es libre para hablar al alma. Son momentos especiales, que hay que vivir para comprender…..

Doy fe que el arte también se hereda genéticamente, porque sin apenas cultivarlo, florece. Y como decía nuestra querida santa Teresa de Cepeda y Ahumada, ella sí, escritora sin igual: «la humildad es la verdad». Así lo suscribo, no trato de alardear de este don, porque todo es gracia de Dios en las almas, pues somos inmerecedoras de ningún regalo, pero todo nos lo concede el Señor para hacerlo fructificar en bien nuestro y de las almas.

Pues bien, ésta ha sido una de esas noches «mágicas». Me desperté de repente con una frase en mi «cabecita loca», o como me dice mi estimado director espiritual, en esa mente que parece «una olla exprés, imparable». La frase era la siguiente:

«Prefiero decir la verdad y profesarla, aunque pierda a los «amigos», que callarla y pisoterarla para estar a bien con todos, perdiendo así el don más grande que tengo en la vida: mi amistad con Dios y el regalo inigualable de poseerle en la eternidad». 
 

Hace más de tres años sentí la necesidad de hablar, primero con amigos y familiares, sobre el tema del papado en el momento presente. Muchos me tildaron de loca, de visionaria, de imprudente, de mala católica. Callé por un tiempo, e incluso, por cobardía y por inquietud, dejé mi muro de facebook indefinidamente, porque muchos se habían echado encima mío por haber simplemente insinuado que algo «no andaba fino en la Iglesia». Estuve medio año fuera de juego, no quería saber nada, no quería comunicarme más que con mi Dios en el Sagrario, ese mismo Dios que por otra parte, seguía encendiendo en mi interior el fuego de hablar, y a quien yo acallaba y no dejaba salir……y lógicamente, en ese medio año de ausencia de las redes sociales, de estar horas frente al sagrario, Dios me dio un don del que por mi poquedad yo carecía; el don de fortaleza. Reconozco que antes fui como los discípulos encerrados en el Cenáculo, temían salir a predicar la verdad de la que estaban convencidos, porque «se les comían vivos». Algo así sentía yo, cuando alguno de mis hermanos en la fe me machacaba o me injuriaba. Y por eso permanecía encerrada en mi cómoda situación. Me decía: «Montse, cállate, no escandalices, no digas, no hagas……» Pero cuando Dios quiere algo, no para hasta conseguirlo. Un día sentí fuertemente que Dios sanó mi miedo a hablar, de repente, frente al Santísimo. Dejé de sentirme mal por «el qué dirán», abrí de nuevo mi facebook que estuvo por medio año solitario y olvidado,  y empecé a escribir, empecé a poner al servicio de los demás el don gratuito que Dios en su misericordia me dio en esta vida, el don inmerecido y por otro lado maravilloso de saber plasmar en un papel la fe que llevo en mi corazón grabada a fuego. Después, me sentí movida a escribir de forma más seria artículos de opinión, y aquí me tienen, comentando en mis tiempos disponibles las noticias de la Iglesia a la que amo con todo mi corazón y que nunca me dejan indiferente.

Hace pocos días contactó conmigo una hermosa amiga que tengo en Colombia, concretamente en Villavicencio, y estuve con ella hablando un ratito por teléfono. Luego me dijo: «mi padre espiritual quiere hablar contigo» y me pasó con él, un sacerdote muy valiente, sin pelos en la lengua. Estuvimos hablando del apoyo que ha sentido en páginas como la nuestra y otras similares que denuncian los errores del momento actual que vivimos en nuestra estimada y perseguida Iglesia. En un punto de la conversación me dijo algo que me dejó muy impresionada: «callar en estos momentos es pecado, Montse….».  Y digo que me dejó impresionada y  agradecí mucho sus palabras, porque eso es lo que he venido sintiendo en mi interior desde hace mucho tiempo. Yo sabía que algo interpelaba fuertemente dentro de mi y me decía: «Montse, si te callas todo lo que sabes y has aprendido, si lo usas para tu propio beneficio pero no lo muestras a nadie, estás pecando de omisión y Dios te pedirá cuentas el día del juicio final……»  Como dije más arriba, muchas amistades que saben lo mismo que yo sé, me instaron a callar desde los inicios, pero Dios me concedió la gracia de ser leal a mi conciencia y a esa fuerza misteriosa que me empujaba a denunciar todo el mal que veía y que podía ser la causa de la pérdida de muchas almas.

Después de esta conversación con este sacerdote de Cristo, vino la noticia de la entrevista a monseñor Burke de parte del portal digital «The Remmant».  En ella, nuestro estimado y valiente cardenal se explicaba sobre el tema de la posible pérdida de su capelo cardenalicio del siguiente modo, asegurando que conoce cuál es su deber y que no teme decir la verdad.  En cambio, dice temer estar ante Nuestro Señor en el Juicio Final y tener que decirle: “No, no Te defendí cuando estabas siendo atacado y la verdad que Tú enseñaste estaba siendo traicionada”.

Creo que todas estos acontecimientos vividos esta semana, son los que hicieron esta madrugada «hervir en mi olla exprés» el pensamiento que hoy os he compartido. Desde aquí, me gustaría invitar a todos a hablar, a denunciar, a decir aquellas cosas que sabemos que van en contra de nuestra fe, de nuestra Santa Tradición, del dogma y del Magisterio. Con conocimiento de causa, con datos objetivos en la mano, con citas de catecismo y del Evangelio, con todo lo que tengamos y poseamos de verdad, para poder frenar y acallar la herejía y la apostasía que estamos viviendo como preludio del Triunfo del Inmaculado Corazón de María, que se dará más pronto, en la medida en que nos dediquemos a proclamar la verdad aunque duela, aunque escueza y moleste, aunque perdamos amistades y seres queridos en el camino. Cristo no vino a decirnos que ese camino era ancho, en bajada, cómodo. Cristo nos dijo que era estrecho, pedregoso, escarpado, ascendente. Cristo dijo que tomásemos la cruz de cada día y le siguiéramos. Parte de esa cruz es la incomprensión, el insulto, la persecución de los propios hasta el punto de ser llamados anatemas y cismáticos, como a mi me ha sucedido en alguna ocasión y como probablemente también a alguno de ustedes. Cristo nos dijo:

 «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo». (Juan 16;33)

Por tanto, repito, es momento de hablar, so pena de pecar, como me dijo este buen sacerdote.

Y acabo con la cita de San Pablo en la segunda carta a Timoteo, tan acorde a nuestros días y tan necesaria:

«predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, corrige, exhorta con toda paciencia y con preparación doctrinal».

Si no hacemos caso de esta exhortación, probablemente no solo los hechos y el tiempo hablen. Con toda certeza lo acabarán haciendo hasta las mismas piedras.

Montserrat Sanmartí

 
 

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Como Vara de Almendro

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7 Comments

  • Impresionante la valentía, ojalá aprendamos de ti a decir siempre si a Cristo.
    Aunque nos quedemos solo.
    Al final como decía la Santa .solo Dios basta.

  • Dios y Mamita Maria la bendiga. Que el Espiritu Santo nos ilumine para seguir fieles al Señor hasta dar la vida. No solo a ud. Ha sido atacada por decir la verdad. Uno cumple con dar a conocer lo que no es de Dios.

  • Aunque sin nombrar directamente al principal artífice o causante de la crisis de identidad que sufre la Iglesia en la actualidad y del desmantelamiento doctrinal de la Iglesia, es imposible no advertir que sutilmente se nombra, o sea, indirectamente.
    Su nombre de bautismo comienza por jota y se hace llamar en la actualidad con un nombre que empieza por efe. ¿O me equivoco?

  • Gracias Montserrat, es bien cierto que tenemos que ser claros y hacer frente a tanto disparate. Me apena las represalias, y graves, que ya se han comenzado a tomar por parte de obispos con aquellos sacerdotes que se niegan a seguir las directrices polémicas de AL y sin embargo no se responde a la «dubia». Esto no puede continuar así porque está en peligro la salvación de las almas. Necesitamos pastores valientes que, con el Derecho Canónico, la Ley de Dios y la Tradición de la Iglesia en la mano, den un paso al frente, pero ya. Dios la bendiga.

    • Gracias, Anacoreta. Totalmente de acuerdo con sus palabras. Es momento de ser valientes, y orar mucho para que nuestros pastores tengan el don del Espíritu Santo de fortaleza y cuando sea el momento puedan dar ese paso al frente del que usted habla.
      Mil bendiciones también para ud.

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