El Arzobispo emérito de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, que se emite los sábados por canal 9, se detuvo en algunas “desmesuras” que se vieron en torno al “debate” por la ley de aborto. Y concluyó que “gracias a Dios la mayoría de los senadores no cayó en la desmesura”.
Partió de la palabra del Presidente de la Nación que “manifestó su satisfacción por haber habilitado sobre el aborto un debate histórico propio de la democracia… El decir del Presidente de “dirimir las diferencias con respeto” podría traducirse así: “¿lo matamos al niño por nacer o defendemos las dos vidas y salvamos al bebé que está en el seno de esa mujer?”.
Explicó que “desmesura quiere decir falta de medida” y luego se refirió a algunas de esas “desmesuras” indicando que la primera “es la cantidad de cifras que circularon, cifras absolutamente incomprobables… Se ha comprobado que todo eso es falso”. La siguiente que mencionó fue “la cantidad de millones de dólares que vinieron de los grandes centros universales del poder… Han llegado aquí cientos de miles de dólares, millones de dólares, para bancar la campaña abortista”.
También se detuvo en la participación del Ministro de Salud Pública de la Nación, el Dr. Rubinstein: “Lo peor de todo es lo que el Dr. Rubinstein dijo. Es Ministro de Salud de la Nación y presentó el aborto como un caso de salud pública. Yo le diría con respeto: perdón Sr. Ministro: ¿por qué no atiende los problemas de la salud pública que son su oficio? Recorra los hospitales, y lo digo porque conozco los hospitales de esta región, y los de otros lugares, recoja las quejas de los médicos y de las enfermeras que hacen con una generosidad extraordinaria y patriótica todo lo que pueden, pero el Ministerio de Salud Pública de la Nación, no funciona porque es evidente que la salud pública de la Argentina es un desastre. Por eso Sr. Ministro, usted tiene mucho trabajo por hacer antes que ocuparse del aborto. De paso: acuérdese de la salud del niño por nacer, al cual Usted propone liquidar”.
Observó, asimismo, la que denominó “la frutilla sobre la torta de crema, un disparate” mencionando un video que circula en las redes donde mujeres salteñas, con pañuelos verdes, profanaron el Himno Nacional Argentino “cambiando nuestro Himno, algo así: “feministas del mundo responden, a la amiga abortera ¡salud! Sean eternos los abortos que sabemos realizar, esas ganas de orgasmos vivamos oh juremos iglesias quemar”. Escucharon bien: dicen “juremos iglesias quemar” y tengo la impresión de que esas personas, pobrecitas, ignoran la historia argentina, y cuando han dicho eso pegaron un traspié fenomenal”.
https://www.youtube.com/watch?v=yE-K353hppQ
Ante ello recordó “esa promesa de “quemar iglesias” tiene un antecedente histórico comprobado. En el segundo gobierno del General Perón, desde la tarde del 16 hasta la mañana del 17 de junio de 1955 ardieron las iglesias históricas del centro de Buenos Aires: Santo Domingo y su convento, San Francisco, San Ignacio, la Curia Eclesiástica en la cual se perdió un archivo valiosísimo de siglos y siglos, San Nicolás de Bari, la Merced, etc. ¿Por qué ocurrió eso? Los “muchachos peronistas” se animaron. El General dijo: van a hacer “algunas cositas” y hay quienes sostienen que él pensaba que iban a quemar el Barrio Norte, donde vivían los oligarcas, como se los llamaba en aquella época. Pues no; salieron a quemar iglesias. ¿Por qué? Miren: ese segundo gobierno del General Perón, es penoso decirlo, estaba copado por la masonería”.
“Recordando eso ¿cómo se puede decir hoy día “oh juremos iglesias quemar”? ¿Se atreverán a hacerlo después del resultado? ¿Este es el debate democrático del cual se ufanaba el Presidente?”. Gracias a Dios la mayoría de los senadores no cayó en la desmesura. Hay que revisar qué entendemos por democracia”, concluyó.