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LA "GALA" DEL METROPOLITANO O LA BURLA DEL METROPOLITANO

Por Mauricio Acosta Rojas

El diseñador Alessandro Michele, la cantante Lana Del Rey y el actor Jared Leto. ¿Es esto un piadoso homenaje a Jesús y al Doloroso Corazón de María o una descarada burla? (Getty images)

Es triste, pero la mayoría de los católicos nos hemos acostumbrado a que los no-creyentes, e incluso algunos que se dicen creyentes, hagan uso indiscriminado de los símbolos y objetos que para nosotros son sagrados y por los cuales se tendría que mostrar a lo menos respeto, si no veneración: ya hace rato se volvió común, por ejemplo, que la cruz y el rosario se utilicen como accesorios de moda o que en camisetas y tatuajes se exhiba la imagen de Jesús o de María, en evidentes contextos profanos, sin que ninguno de los millones de fieles que tiene la Iglesia levante su voz de protesta, ni siquiera desde el clero que es de donde primero deberían salir las justas reclamaciones.

El colmo de ese abuso se presentó el pasado lunes 7 de mayo en el evento que todos los años organiza el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que se conoce como la Met Gala, y que convoca a la crema y nata de la farándula internacional. Cada año, el museo propone un tema a partir del cual los diseñadores de modas (y de moda) se encargan de elaborar el vestuario que lucirán las estrellas, por lo que resulta en algo así como un desfile de disfraces, que los medios se encargan de promover y ensalazar.  Este año el tema fue Cuerpos Celestiales: La Moda y la Imaginación Católica y para sus atuendos las celebridades se inspiraron en la ofensiva exhibición del mismo nombre que está en el museo.

Algunos de los cuerpos celestiales exhibidos en el museo. (Dan Howarth – Dezeen magazine) El curador de la exhibición, Andrew Bolton, dijo que los vestuarios referenciarán las jerarquías y las distinciones de género de la Iglesia Católica, asi como el culto a la Virgen María.

Ya de entrada el título de la gala resulta ofensivo para quienes amamos en realidad el catolicismo. Pero para muchos, como aquellos que, por ejemplo, no tienen inconveniente en conversar o consultar el celular en el templo (incluso durante la santa misa), puede parecer una especie de homenaje que el inofensivo mundo del espectáculo le hace a nuestras creencias, al fin de cuentas ¿qué hay de terrible en que lo más selecto de la farándula quiera utilizar nuestros símbolos sagrados en un evento nada más y nada menos que organizado por uno de los museos más prestigiosos del mundo? Antes, deberíamos sentirnos honrados, ¿cierto?

¡No! ¡Un rotundo no! ¡¿Qué puede tener en común el vanal mundo de la moda y la farándula con las profundidades del catolicismo?!

Los organizadores de la gala justificaron su elección alegando que las vestimentas litúrgicas y sagradas han influenciado el mundo de la moda, lo cual es falso: más bien, los diseñadores se apropiaron de ellas para desacralizarlas. A lo largo de la historia de la Iglesia, todos los religiosos han usado su vestuario para identificar su condición (cosa que parece preocuparle poco a muchos sacerdotes de ahora) y atestiguar las virtudes que profesan: castidad, humildad, pobreza, modestia (cosa que parece preocuparles menos); es decir, todo lo opuesto a lo que pregona el mundo de la moda: sensualidad, ostentación, descaro. Y cuando se trata de las ropas litúrgicas, el asunto es todavía más serio, ya que ellas son parte del culto católico y se utilizan con un sentido y un fin espécificos y sagrados: el sacerdote no se reviste para la santa misa porque quiera estar a la moda o lanzar una nueva tendencia.

No es este el espacio para hablar de todos los aspectos satánicos inherentes al mundo del espectáculo, pero casi todos los atuendos de la infame gala nos dan una idea del lodazal en el que a estas pobres almas están hundidas.

Sin embargo, de todo lo que se vio en esa extravagante velada, el que algunas mujeres se hayan vestido de prelados o santos de la Iglesia resulta casi una nimiedad, al lado de la inmensa ofensa que recibió nuestra Santísima Madre. Y no fue una, fueron varias las celebridades que sin la más mínima vergüenza se sintieron dignas de emular diferentes advocaciones de María.

 
 
 
 
 

No crean que este acto blasfemo, indigno e insultante tomó desprevenido al alto clero católico sin darle tiempo de reaccionar y manifestarse oponiéndose con contundencia a su realización. Todo lo contrario: la exhibición se pudo montar porque el Vaticano prestó casi cincuenta piezas históricas de ornamentos y vestuario, sacadas de la sacristía de la Capilla Sixtina. Y sabía perefectamente para qué se iban a utilizar, pues por varios años Anna Wintour, la editora de la revista de modas Vogue y la principal artífice de la muestra, se reunió con el arzobispo Georg Ganswein, Prefecto de la Casa Pontificia, de la Santa Sede — es decir bastante cercano a Francisco —, y con el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura y de la Pontificia Comisión de Arqueología Sagrada, con el fin de obtener la ayuda necesaria por parte de la Sante Sede.

Para hacer más profunda la herida, no bastó con que el Vaticano prestara sus tesoros, el clero se hizo presente en la gala (y no precisamente para sentar su protesta), en la nefasta persona del arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan. Sí, el mismo que aceptó con beneplácito la presencia de homosexuales en el tradicional desfile de san Patricio, el mismo que pidió a los sacerdotes de su diócesis que celebraran menos misas pero que pidieran más limosnas, el mismo que defiende y protege a reconocidos sacerdotes homosexuales y pervertidos, el mismo que aboga por la aceptación de los homosexuales practicantes dentro de la Iglesia… en fin, ese mismo.

Acompañó a monseñor Dolan el controversial y farandulero sacerdote James Martin, un jesuita nombrado por Francisco como consultor del Dicasterio para las Comunicaciones del Vaticano. Martin es un declarado homosexual bastante apreciado por el movimiento LGBT en Estados Unidos y a quien le encanta aparecer en televisión. Precisamente, cuando en una entrevista le preguntaron si se sintió personalmente ofendido por alguno de los atuendos escogidos para la gala, él contestó: No hubo nada que fuera repugnante o de mal gusto. Cualquiera podría pensar que asisitió a una gala diferente.

En la rueda de prensa de apertura de la gala, Dolan dijo sentirse honrado de estar allí y justificó la presencia de la Iglesia (representada por él y por Martin) con estas palabras:

¿Qué está haciendo la Iglesia aquí?

¿Qué está haciendo aquí el cardenal-arzobispo de Nueva York?

Pues bien, porque la Iglesia y “la Imaginación Católica” son todo acerca de la verdad, la bondad y la belleza…

Es por eso que tenemos grandes escuelas… para enseñar la verdad;

Es por eso que amamos y servimos a los pobres –para hacer el bien;

Es por eso que nos involucramos en el arte, la poesía, la música, la liturgia y, sí, incluso en la moda… para darle gracias a Dios por la belleza;

En la “imaginación católica” la Verdad, el Bien, y la Belleza tienen un nombre: Jesucristo, quien se reveló a sí mismo como “el Camino, la Verdad y la Vida”.

En la “imaginación católica”  la verdad, la bondad, y la belleza de Dios se refleja por todas partes… incluso en la moda. El mundo es atravesado con Su gloria.

De acuerdo con monseñor Dolan, aquí también se ven reflejadas la verdad, la bondad y la belleza. ¿De dónde saca el cardenal que la Iglesia se involucra en la moda? Y, peor aún ¿que a través de ella le damos gracias Dios por la belleza? Cuando es evidente que la moda le rinde homenaje al Enemigo. (Fotografías tomadas de diferentes revistas de moda)

Algunos medios sin ninguna afiliación católica fueron capaces de ver lo que ni Dolan ni Martin pudieron detectar. Por ejemplo, el portal Vigilant Citizen, dedicado principalmente a develar lo que se esconde tras el simbolismo de la cultura popular, afirma sobre la gala: …docenas de cómplices de la industria [del entretenimiento] desfilaron en atuendos que trivializaban, sexualizaban e injuriaban el simbolismo católico y cristiano. Y más adelante agrega: Todo lo relacionado con la gala del Met recordó el concepto de misa negra: un ritual satánico basado en la inversión y desacralización de los símbolos y rituales católicos. La revista canadiense Vice, fundada por un musulmán, en su portal de Internet Noisey, parece reafirmar esta idea con el titular de su artículo: Este año los atuendos de la Gala del Met fueron condenadamente satánicos.

Pero que esto pase, y las cosas más graves aún que pasarán, no es solo responsabilidad de los malos pastores, a los que la Virgen en La Salette llamó cloacas de impureza, es también de los millones de fieles que permanecen inconmovibles ante una Iglesia que se derrumba, perdidos en su propia ignorancia de la que no han querido salir porque se atienen a lo que su mal pastor les indica. Esos fieles que hace rato perdieron todo respeto hacia lo sagrado. Michael Voris, periodista católico, presidente de Saint Michael’s Media, y quien a través del portal Church Militant ejerce una admirable labor en defensa de la fe, dice acertadamente: El arzobispo Sheen, cuyo cuerpo Dolan se rehúsa a liberar y ha ido a la corte para retenerlo, dijo hace años que cuando la Iglesia tira Sus bienes, el mundo los recoje. Aunque no hace ni de cerca nada mejor que lo que la Iglesia hacía con ellos: nos deshicimos del incienso, y tiendas de incienso abrieron en todas partes; nos deshicimos de las velas y de inmediato floreció toda una industria de velas. Bien, aquí el clero arrojó la verdad, la belleza y la bondad, y el mundo, fiel a la costumbre, las recogió y las rebajó.

Por último, un detalle que tal vez ninguno ha notado: los Cuerpos Celestiales que menciona el título de la gala, nada tienen que ver con ángeles o santos o seres del cielo, no. El asunto es bastante más mundano. Se refiere al ideal de cuerpo que buscan todas y cada una de las celebridades que desfilaron en la alfombra roja del museo. Hay que reconocer que quien se haya ideado el título de la gala fue bastante astuto… como Satanás.

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Como Vara de Almendro

info@comovaradealmendro.es

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5 Comments

  • Q tristeza ver estas pobres almas,ofendiendo a nuestro Señor,digamos como el «perdonalis porque no saben lo que hacen,aunque estos SI que saben licq hacen,oremos.Donde o como podemos nosotros catolicos levantar nuestea viz de protesta?Un abrazo en nuestro amadisimo Señor y Rey verdadero Jesucristo y en nuestra Madre Maria.

  • Patética falta de respeto a signos externos, ornamentos litúrgicos e incluso a sacramentales de la Iglesia, propio todo de una cultura ya pasada de rosca laicista más que blasfema, aunque también, yo diría que ramplona y superficial. Ahora ha tenido lugar en Nueva York ese irreverente pase de modelos, pero pasado mañana habrá otro en Madrid, y dentro de una semana un tercero en cualquier otra ciudad de este Occidente desnortado, descristianizado.
    O sea, sin tragedia, sin drama. Porque cuando nada menos que ese filósofo a un bigote pegado llamado F. Nietzsche proclamaba la muerte de Dios, la proclamaba para que asumiéramos las consecuencias con todo lo que el deicidio implicaba de seriedad y «gravedad» en el proyecto de construir un mundo sin Dios.
    Pero es más: es que hay formas y formas de ejercer de agnósticos, ateos, librepensadores y hasta de anticlericales. Pienso por ejemplo en el ejemplo de vida y magisterio filosófico del ateo «católico» Gustavo Bueno, fallecido no hace tanto, y tal vez el filósofo español más importante de los últimos 50 años. O en alguien como el argentino Jorge Luis Borges. Borges tiene escritos en poesía y prosa críticos con la dogmática cristiana, Borges se declaró admirador nada menos que de A. Schopenhauer (sin duda uno de los filósofos padre de la postmodernidad, crítico radical del cristianismo, inspirador incluso en la distancia del moderno animalismo), pero hoy sabemos que el mismísimo Borges, que desde luego no iba a misa, firmó una petición enviada al papa Pablo VI petitoria de no suprimir la misa en rito tridentino a finales de los sesenta. Esa misiva la firmaba también una escritora como Agatha Christi.
    Total, nuestro tiempo es irremediablemente superficial, nihilista (sin tragedia vital),decadente, vano: un pensamiento líquido y débil parece inundarlo todo.

  • Ellos no me sorprenden, me sorprende tanto IDIOTA que funje como Obispo, Sacerdote, Cardenal y tantas y tantas jerarquías que simplemente se hacen mas ESTUPIDOS permitiendo estas BABOSADAS; como son ASALARIADOS no son Pastores. Que el Señor los reprenda.

  • Ganswein, Ravasi, Dolan y Martin al parecer pertenecen a la falsa iglesia es mi modesta opinión.

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