Estimados lectores; ayer me escribía por el interno de messenger un hermano en la fe que me preguntaba en qué nos basamos para pensar que el 31 de octubre pueda suceder lo que muchos estamos viendo venir: la supresión de la Eucaristía. Me decía que se había perdido seguramente algún capítulo por el camino, porque no había encontrado ninguna página o comentario a este respecto. Y me exhortaba diciéndome que ahora es tiempo de orar, ayunar y «callar». Porque «la Iglesia saldrá vencedora de todas las batallas», me dijo. Quienes me leen saben que ni de mi boca, ni de mi pluma, se desprende que yo haya dicho lo contrario. Por el contrario. He hablado mucho sobre el Triunfo del Inmaculado Corazón de María, que no es otro que el Triunfo de la Esposa de Jesucristo, su amada Iglesia.
Le dije a mi contertulio que es obvio que la Iglesia no perecerá aunque pueda dar la sensación de que esto va a suceder, pues sé y confío en las palabras del Señor. Pero le recordé al mismo tiempo que en el propio catecismo se nos habla en el numeral 675 de la gran crisis que antes de ese triunfo va a tener que soportar. Ante esto, me respondió muy contento que lo importante es el punto 677. Ahí me quedó clarísimo algo. Que de 4 años y medio a esta parte, los católicos «avestruz» han proliferado y siguen proliferando como las setas. Y es que claro, es mucho más cómodo mirar para otro lado. Es mucho más bonito quedarnos con las cosas que nos gustan de los textos evangélicos y del catecismo y dejar atrás los más «fuertes». Yo soy madre. He parido 9 hijos, y sé que el momento de dar a luz no es grato. Pero para que las madres tengamos el gozo del que nos habla Jesús en el Evangelio, de llenarnos de amor y ternura cuando nos entregan al hijo recién nacido sobre nuestro pecho, primero tenemos que pasar los dolores de parto que como dice Cristo angustian por el dolor. Pero, como ven, es patente que nadie quiere recordarlo. Pues bueno, señores, aquí, Como Vara de Almendro viene a ser la piedra en el zapato para esos católicos que prefieren el caramelo a la medicina. Yo me quiero quedar con la medicina, porque soy pecadora, y me interesa más que me recuerden la verdad a vivir de sueños y de ilusiones vanas.
Ahora les pondré un ejemplo gráfico y muy cercano en el tiempo. El sábado pasado estuve presente en la misa de la tarde. Presidían el celebrante y un concelebrante. Éste último leyó el relato evangélico de la Parábola del rey que invita a las bodas del hijo y cuyos invitados, por las más diversas y variopintas excusas, eluden dicha invitación y no asisten. Durante la celebración yo estaba sentada en primera fila y vi perfectamente como por unos instantes el sacerdote se quedó leyendo en silencio la parte final texto y de repente, sin mediar palabra, haciendo un brusco parón que omitía esa última parte, dijo: «Palabra del Señor»….. Yo me quedé unos momentos pensando en el «corte de mangas», pensando para mis adentros que había mutilado el texto, hecho que viene ocurriéndome en algunas ocasiones al escuchar cambios o recortes del Evangelio, según convenga al sacerdote que proclama la Palabra de Dios. Pues bien. El padre que presidía la Eucaristía y que era quien preparó la homilía del día, no tuvo pelos en la lengua para, con toda caridad, exhortar a su hermano sacerdote a no cercenar la Palabra, recortando aquello que no nos guste, buscando «maquillar» el Evangelio. Y es que justamente ese trozo que faltaba era el del invitado mal ataviado para la ocasión, aquel invitado indigno de entrar a la mesa de la boda y tomar el rico manjar prometido. A él se le echa fuera, a las tinieblas, donde será el llanto y el crujir de dientes. Eso es algo que, en general, no gusta escuchar. Y no gusta porque nos recuerda que Dios es justo, además de misericordioso. Preferimos obviar que nos puede castigar si al final de nuestros días llegamos con un «traje»sucio, con harapos, malolientes, sin asearnos y despeinados. Lo que es a la parábola, llegar en pecado y caer al fuego eterno. El otro sacerdote no sé lo que pensó al escuchar esta exhortación del padre que presidía la Eucaristía, ni lo que pensaron el resto de feligreses asistentes a la Misa. A mi me gustó mucho la valentía de ese sacerdote que, pese al qué dirán, habló la verdad sin tapujos. Le felicité por ello y me alegré de que haya sacerdotes valientes, de que haya sacerdotes coherentes. Porque quedarnos solamente con la parte del banquete, es un engañabobos.
Todo esto que les cuento, viene también muy al caso para comentar una noticia que he sabido hoy y que me ha dejado estupefacta: Bergoglio va a hacer una revisión del catecismo de Juan Pablo II. ¡Como lo oyen!
El 11 de octubre de 2017 (55 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II), en una conferencia que promovía la “Nueva Evangelización”, el Papa Francisco hizo conocer su voluntad de que el Catecismo de la Iglesia Católica se revisara para Condenar la pena de muerte como «absolutamente inmoral» en principio. Declaró que la pena de muerte era “en sí misma contraria al Evangelio».
Dice Francisco:
“Aquí no estamos en presencia de ningún tipo de contradicción con la enseñanza del pasado, porque la defensa de la dignidad de la vida humana desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural siempre ha encontrado su voz coherente y autoritaria en la enseñanza de la Iglesia. El desarrollo armonioso de la doctrina, sin embargo, requiere que dejemos de defender argumentos que ahora parecen decisivamente contrarios a la nueva comprensión de la verdad cristiana “.
Yo me pregunto ante este hecho, qué podemos pensar de lo poco que se ha referido a la dignidad humana del niño recién concebido, y que es condenado a la «pena capital» por sus progenitores, por las leyes horrendas, por los gobernantes que las auspician y por el mismo pontífice que pone en la Pontificia Academia para la Vida a personajes inicuos y promotores de este crimen, y recibe con honores a la presidenta Bachelet tras aprobar en su país la penosa y dolorosa ley del aborto. Contrariamente, Juan Pablo II se pasó todo el pontificado hablando de la dignidad del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural.
También vemos que se quiere dulcificar y mudar la enseñanza de la Humanae Vitae, tal y como ya comentamos también en un artículo.
No podemos pasar por alto el tema de los adúlteros y la comunión. Hemos hablado mucho de ello y de la famosa Exhortación Amoris Laetitia, y vemos con profunda tristeza como no se ha respondido ni se responderá a las Dubia ni a la Correctio Filialis. Es decir, que prefieren hacernos creer que la Comunión es para todos, especialmente para quienes están viviendo «situaciones irregulares», pues según Francisco, «la Comunión no es un premio para los para los perfectos sino un generoso. remedio y un alimento para los débiles». (Evangelii Gaudium 51).
El año de la Misericordia fue también un año de eludir la palabra justicia de todos los púlpitos, atriles, encuentros y conferencias y simposios. Edulcorar la doctrina es hoy día un tema tremendamente serio y preocupante, y lo peor es que viene de parte de quienes debieran guardar el depósito de la fe y ya no lo guardan, lo destruyen, lo diluyen y permiten obrar como lo hace el protestantismo, que interpreta como gusta cualquier texto.
Con estupor vemos que ya se aceptan como válidas y sin rubor cosas tan horrendas como «la familia de dos personas del mismo sexo», la comunión a los divorciados more uxorio, la «intercomunión luterano-católica», y tantas cosas a las que estamos asistiendo en estos últimos meses de forma realmente precipitada. Pareciera que se haya destapado la Caja de Pandora definitivamente y ya no hay quien pare este tren descarrilado hacia el precipicio. Vean, sino, el siguiente artículo que hace referencia al próximo Encuentro Mundial de Familias 2018 y que me dejó desgarrada el alma.
Pues bien. Es momento de decir con claridad a todos los amigos y hermanos en la fe como el que ha generado la idea de escribir estas líneas, que sí. Que tienen mucha razón en dos cosas: hay que orar y ayunar. Pero que no compartimos en absoluto la postura cómoda y buenista del callar. Callar en este momento es un pecado muy grave. Cada uno sabe cómo y cuándo debe hablar. Ahí yo no me meteré, y Dios me libre. Pero si usted es un católico con un poco de discernimiento sabe de sobras que no vale «mirar hacia otro lado». Cuando tantos católicos de a pie mandan callar a sus hermanos en la fe que alzan la voz, y no por gusto, precisamente, quizás debieran preguntarse por qué les molesta que estos últimos hablen alto y claro. ¿No será un requerimiento que ellos también sienten en sus conciencias? ¿No será que saben que «callar ahora es pecado grave»? ¿No será que la conciencia les exige poner su parte en este momento crítico y acallando a quienes hablan claro tienen una vía de escape para tranquilizarla? Lo dejo a su análisis y a su examen, ese examen de conciencia, precisamente, ese pararse y consultar en la soledad del Sagrario, en la intimidad de mi lecho, ese lecho en el que como dice el salmista, nos acordamos de Él, velando meditamos en Él. ¿Callando hago lo correcto? ¿Tapando lo duro y mostrando solamente lo bello, contribuyo a que las almas se salven? Personalmente, yo no puedo traicionar a mi conciencia que me hace escribir lo que conozco y lo que estoy cierta es la verdad. Ni puedo, ni quiero traicionar a Dios.
Respondiendo, pues, a la pregunta de mi interlocutor sobre si este 31 de octubre tenemos o no la certeza de que se quiera poner fin a la Eucaristía y se lleve adelante la «Santa Memoria», donde ya no estará el Señor porque se habrán cambiado las palabras consagratorias, decirle que nada es seguro, amigo. Pero lo que sí tengo muy claro es que todo lo que se ha convocado para este 500 aniversario de la Reforma Luterana, no es otra cosa que ponerse manos a la obra para cocinar ese pastel nauseabundo y maloliente, bañado, eso sí, en una apetecible capa de chocolate negro y brillante donde muchas moscas imprudentes pondrán sus patitas. Esas moscas imprudentes no son más que los católicos reblandecidos de falsas misericordias y de engaños de «felicidades imperecederas» en este mundo. Éstos viven sin darse cuenta de que en esa «Santa Memoria» ya no estará Cristo. Y si nos quitan a Cristo de la Eucaristía, nos quitan el todo. Nos quitan la fuerza, nos quitan la salud espiritual, nos quitan la belleza de este mundo, nos quitan la presencia del Amor, la del único y verdadero Amor.
¡Despierten, por amor de Dios!
Montse Sanmartí.
Gracias queridos hermanos en la fe, por sus mensajes , y aunque nos causan tristeza y desconcierto , prenden las alarmas de nuestra alma para no tragar entero. Por acá nuestros sacerdotes al respecto nada dicen. Y entonces se pregunta uno a donde iremos si llega la fatalidad contra la sagrada eucaristía. Dios Santo jamás imagine esta terrible situación
Señor Jesús ten compasión del mundo entero.
Valiente y amorosa mujer, Dios te guarde
Saludos cordiales Monserrat,
Sigo tus artículos y comentarios con asiduidad aunque nunca comento. Pero leyendo este en su parte final no dejo de esbozar en mi rostro una sonrisa un tanto irónica en virtud de tu exhortación al despertar de nuestros hermanos. Llevo cinco años con la misma prédica tanto en mi parroquia, en mis grupos de apostolado y en foros católicos. Hasta ahora en cierta medida algunas respuestas se asemejan a las de tu amigo: hacer la del avestruz. Sin embargo, en su mayoría he recibido desplantes, silencio reprobatorio, reprobaciones abiertas y condenatorias por «infiel», «desobediente», «soberbio», «falto de humildad» y un largo etcétera. Aún así seguiré con mi prédica en contra de la apostasía y la herejía generalizada que ha permeado todos los estamentos de nuestra Iglesia. Siempre me viene a la mente el capítulo 8 de Daniel!!!
•JESUCRISTO:
«Por tanto, el que me reconozca abiertamente delante de los hombres, yo lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.
Pero el que me niegue delante de los hombres, yo lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.»
(Ev. San Mateo 10, 32-33)
•SANTA CATALINA DE SIENA, DOCTORA DE LA IGLESIA:
«Gritad con cien mil lenguas, que por haber callado, el mundo está corrompido.»
Hasta qué extremo llega la irreverencia por la Eucaristía, también más comúnmente llamada Misa (adrede con mayúsculas ambas), es un hecho cada día más constatable en nuestras parroquias y lo intentaré ilustrar con un testimonio personal, o sea, verídico.
La pequeña iglesia a la que a veces acudo los domingos a misa, ha habido domingos en que no ha congregado para la Santa Misa ni a 30 personas; en su mayoría, mujeres ya mayores, algunas muy viejas, algunos pocos hombres ya maduros o hasta igualmente viejos, y algún que otro joven que se cuenta con los dedos de la mano y sobran dedos. No obstante, hace un par de domingos me sorprendió que poco antes de iniciarse la celebración dominical y eucarística, riadas de jóvenes, casi todos eran jóvenes, fueran acercándose al templo. Yo, que no soy tonto del todo, al «olerme» el pastel entré antes de que entraran todos los que se arremolinaban a las puertas del templo, y me situé al fondo de la iglesia, en un lateral. Y acto seguido, ¡zas!, esto es, enseguida comenzaron a entrar; acabaron llenando el templo.
Pues bien: ni uno de los que entraron, literalmente ni uno (al ser pequeña la iglesia, no es tan difícil echar un vistazo a prácticamente todos los fieles que la puedan ocasionalmente llenar) entró manifestando el más mínimo decoro, respeto, sensibilidad religiosa o litúrgica. Nada, absolutamente nada, irreverencia total. Algunos incluso entraron de forma tan irreverente o irrespetuosa que a mí se me ocurrió pensar en el acto que de forma tan indecorosa no se les ocurriría entrar a una discoteca, a cualquier sala de fiesta. Recuerdo, así por ejemplo, a un muchacho joven que entró, ya comenzada la celebración, mascando chicle y gritando el nombre de no sé quién que debía estar en el templo. ¡Gritando, a grito pelado! Dios sabe que no exagero.
Mujeres con trajes descubiertos a la espalda que mostraban que iban casi que con los pechos al aire, o sea, sin sujetador. Yo calculo que por lo menos el 90 por ciento, si no más, estuvieron durante toda la Santa Misa dándole a la sin hueso y, por supuesto, sin hacer ningún tipo de rúbrica reverente. Nada de nada. Estaban allí congregados porque se celebraban dos bautizos; la madre de uno de los bautizados, también ataviada con un muy fresquito traje totalmente descubierto por la espalda: su portadora, sin sujetador.
Todo lo que vieron mis ojos y escucharon mis oídos, que ver tiene con la ignorancia, sin duda, pero sobre todo tiene que ver con la aplastante y contagiosa apostasía que hoy día estamos viviendo en la sociedad y en la Iglesia. Y que nos está llevando a un derrumbe moral sin precedentes. La crisis de valores es brutal: el «procés» catalán es fruto podrido de la Gran Apostasía; la malcriadez y la indisciplina en las aulas de Secundaria, no solo es futro de la inmadurez propia de la adolescencia, es fruto de la espantosa crisis de valores que nos enferma y asola: fruto del alejamiento de Dios; el desvergonzado espectáculo que dieron en la pequeña iglesia de mi pueblo docenas y docenas de «invitados» a, sin duda, un mero acto social en forma de bautizos, lo mismo; la indiferencia y el materialismo actual que nos conducen al salvaje «sálvese el que pueda», también. Y así podríamos citar con dolor pero también con esperanza docenas y docenas de realidades actuales.
Con todo, ahora más que nunca es tiempo de creer en Dios, es tiempo de esperanza en Cristo que salva.
*LA PALABRA DE DIOS SIEMPRE SE CUMPLE
SAN JUAN, 10
EL BUEN PASTOR Y EL FALSO PASTOR
1 «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; 2 pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
3 A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.
4 Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5 Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
6 Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
9 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo.
18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente.Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.»
19 Se produjo otra vez una disensión entre los judíos por estas palabras.
20 Muchos de ellos decían: «Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le escucháis?»
21 Pero otros decían: «Esas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?»
22 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno.
23 Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón.
24 Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.»
25 Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas.
27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.
28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.
30 Yo y el Padre somos uno.»
31 Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.
32 Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»
33 Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»
34 Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?
35 Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios y no puede fallar la Escritura
36 a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: «Yo soy Hijo de Dios»?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; 38 pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
39 Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.
40 Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí.
41 Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.»
42 Y muchos allí creyeron en él.
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Daniel 9,27: Y por una semana confirmará el pacto con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
2ª Tesalonicenses:
7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Hechos 5,29:Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Según la doctrina católica, incluso si un supuesto papa, se atreviera a contradecir a Dios, NO hay que obedecerle.
Todo verdadero católico ama a la Iglesia, por ello no debemos permitir que sea vapuleada como vemos que sucede. ¿Acaso alguien va a permitir que unos bandidos maltraten a su madre y la despojen de sus ropas dejándola desnuda y repleta de heridas? Creo que quien permita tal abominación no merece la Vida Eterna.
Pues la Iglesia es para Dios mas importante que nuestra madre terrena, por lo tanto quien ahora calla, se merece la Condenación Eterna, por tibio y cobarde.
Si ahora que no nos jugamos la vida tenemos miedo a defender la doctrina, ¿que será cuando reine el anticristo?
La mayoría le besarán los pies por miedo a ser encarcelados o asesinados. Pero la consecuencia será la CONDENACIÓN ETERNA.
Gracias, hermano. Justamente su conclusión es la que muchas veces he pensado. Si ahora que estamos en los dolores de parto, callamos, ¿qué no haremos cuando se nos pida dar la vida? Muchas gracias.
Un fuerte abrazo Montserrat con todo el cariño en Jesucristo y la Santísima Virgen María en la defensa de la Tradición, el Magisterio de la Iglesia, el Depósito de la Fe y la Doctrina Católica como el Señor nos entregó a través de San Pedro y sus legítimos Sucesores Apostólicos y Pontificios para la salvación eterna de las almas. Es obligación ineludible e inexcusable de todo católico el DEFENDER A JESUCRISTO SIEMPRE, MÁS AÚN, EN ESTA HORA DE SU PASIÓN EN SU CUERPO MÍSTICO, «hora del poder de las tinieblas» como dijo El Señor ante Su Pasión, cuando más que nunca en la historia de la Iglesia está en juego la salvación eterna de las almas, para poder permanecer fieles al Señor en esta prueba dispuesta por Dios y anunciada en las Sagradas Escrituras y por medio de Su Santísima Madre la Virgen María en Sus Apariciones y de los Santos a través de los siglos; en Su infinito Amor, Justicia y Sabiduría para la purificación de Su Iglesia y separación del trigo de la cizaña necesaria para poder recibir a Cristo en su próxima Parusía como Esposa Inmaculada del Cordero Inmaculado que viene a su Encuentro.
•JESUCRISTO:
“Por tanto, el que me reconozca abiertamente delante de los hombres, yo lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.
Pero el que me niegue delante de los hombres, yo lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.”
(Ev. San Mateo 10, 32-33)
•SANTA CATALINA DE SIENA, DOCTORA DE LA IGLESIA:
“Gritad con cien mil lenguas, que por haber callado, el mundo está corrompido.”
¡VEN SEÑOR JESÚS!
-Monseñor Schneider: Los Católicos deben estar preparados para ser Mártires por su Fe | DOMINUS EST
Fuente Artículo-Leer:
https://dominusestblog.wordpress.com/2017/10/21/mons-schneider-los-catolicos-deben-estar-preparados-para-ser-martires-por-su-fe/
LOS CATÓLICOS NUNCA DEBEN CAMBIAR LA OBEDIENCIA A DIOS POR LA CONVENIENCIA DE LOS HOMBRES NI POR NINGUNA OTRA COSA, SI QUIEREN ALCANZAR LA SALVACIÓN ETERNA DE SUS ALMAS
– EL SEÑOR (El Escorial):
«Me están crucificando diariamente por su falta de amor a los demás. Por su impiedad, Dios va a castigar sin piedad».- «Llamo a los que han sido humillados, calumniados por mi causa. Hijos míos, estoy en vosotros ¿a quién podéis tener miedo?». -«Tenéis que ser fuertes. Yo estoy con todos los que tienen buena voluntad. Y, estando Yo, nada temáis».
– LA SANTÍSIMA VIRGEN (El Escorial):
«Sí, hijos míos, Jesús murió en la cruz para salvar a la humanidad; pero vosotros sois cobardes, no sois capaces de dar la vida por Cristo. Mi Hijo quiere cirineos para que le ayuden a llevar la cruz, pero la desprecian, la pisotean, ultrajan su Divino Cuerpo; Jesús muere por redimir el mundo, y las almas le corresponden con pecados y crímenes, no sois capaces, hijos míos, de dar la vida por Jesús; Él dio la vida por sus ovejas, pero vosotros no sois capaces de dar la vida por Él. Todo el que niegue a Cristo en la tierra, los ángeles le negarán ante el Padre. No seáis fariseos, hijos míos, no neguéis a Cristo, no os avergoncéis de hablar de Cristo, Él no se avergonzó muriendo en una cruz por salvaros a todos, hijos míos; por eso os pido que le ayudéis a mi Hijo a llevar la cruz, y si es preciso, dad la vida por Él, hijos míos».
– SAN JUSTINO, MÁRTIR:
«Poder decir la verdad y callarla es provocar la cólera divina».
– S.S. LEÓN XIII (1810-1903), SANTO PAPA, GRANDE DE LA IGLESIA CATÓLICA:
“Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan.
La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del Bien Común, y provechosas únicamente para los enemigos del cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos. El cristiano ha nacido para la lucha”.
– SANTA TERESA DE JESÚS (1515-1582), DOCTORA DE LA IGLESIA CATÓLICA:
“Prefiero la verdad en soledad al error en compañía”.
*SOBRE LA VIRTUD DE LA OBEDIENCIA:
LA OBEDIENCIA A LA HEREJÍA ES BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO.
– SAN BERNARDO DE CLARAVAL (1090-1153), DOCTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA:
“EL QUE, POR OBEDIENCIA, SE SOMETE AL MAL, ESTÁ ADHERIDO A LA REBELIÓN CONTRA DIOS Y NO A LA SUMISIÓN DEBIDA A ÉL”.
– S.S. LEÓN XIII (1810-1903), SANTO PAPA, GRANDE DE LA IGLESIA CATÓLICA:
¿CUÁNDO LA DESOBEDIENCIA SE CONVIERTE EN UN DEBER Y EN UNA VIRTUD?
“Una sola razón tienen los hombres para no obedecer, y es cuando se les pide algo que repugne abiertamente al derecho natural o divino; pues todas aquellas cosas en que se viola la ley natural o la voluntad de Dios es una iniquidad tanto el mandarlas como el hacerlas en cumplimiento de lo mandado…(hay que) a ejemplo de los Apóstoles responder animosamente: «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5:29).”
[S.S. LEÓN XIII, Encíclica Diuturnum].
– SAN AGUSTÍN (354-430), DOCTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA:
“No siempre el que es indulgente con nosotros es nuestro amigo, ni el que castiga es nuestro enemigo. Mejor las heridas del amigo que los besos tramposos del enemigo. Mejor amar con severidad que engañar con dulzura”.
– SANTA(ZA) ANA CATALINA EMMERICK (1774-1824), MONJA AGUSTINA, ESTIGMATIZADA:
“Aunque sólo quedara en el mundo un único católico fiel a Jesucristo, éste representaría la verdadera Iglesia Católica”.
“¡Ustedes, sacerdotes, no se mueven! ¡Dormís y la granja arde por todos los lados! ¡no hacéis nada! ¡cómo lloraréis por eso un día!” (AA.III.184).
…“Y un espeso silencio culpable lo invadía todo”.
(Revelaciones de N.S. Jesucristo a Santa Ana Catalina Emmerick: “La Iglesia Católica en el Fin de los Tiempos”).
– SAN ATANASIO (OBISPO, PADRE Y DOCTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA):
«Ellos PRETENDEN representar a LA IGLESIA pero en realidad, ellos mismos se han salido de ella y se pierden. Aunque los CATÓLICOS fieles a la TRADICIÓN se reduzcan a un puñado, ellos son la VERDADERA IGLESIA DE JESUCRISTO».
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Es momento de gritar y profetizar, como dijeron ya algunos ha un siglo y más viendo la que se venia romana… y si callan, hablarán las piedras, que ya hablan. THE END.
LA PALABRA DE DIOS SIEMPRE SE CUMPLE
2 SAN PABLO A TIMOTEO 4
2 Timoteo 4
1 Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: 2 Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; 4 apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas.
5 Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio.
6 Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.
7 He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe.
8 Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación.
9 Apresúrate a venir a mí cuanto antes, 10 porque me ha abandonado Demás por amor a este mundo y se ha marchado a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia.
11 El único que está conmigo es Lucas. Toma a Marcos y tráele contigo, pues me es muy útil para el ministerio.
12 A Tíquico le he mandado a Éfeso.
13 Cuando vengas, tráeme el abrigo que me dejé en Tróada, en casa de Carpo, y los libros, en especial los pergaminos.
14 Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho mal. El Señor le retribuirá según sus obras.
15 Tú también guárdate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación.
16 En mi primera defensa nadie me asistió, antes bien todos me desampararon. Que no se les tome en cuenta.
17 Pero el Señor me asistió y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todos los gentiles. Y fui librado de la boca del león.
18 El Señor me librará de toda obra mala y me salvará guardándome para su Reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
19 Saluda a Prisca y Aquila y a la familia de Onesíforo.
20 Erasto se quedó en Corinto; a Trófimo le dejé enfermo en Mileto.
21 Date prisa en venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
22 El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.
¡QUIÉN ES COMO DIOS! NADIE ES COMO DIOS.
NON NOBIS
AD MAIOREM DEI GLORIAM
¡VEN SEÑOR JESÚS!