- INTRODUCCIÓN: LA ENTREVISTA DE SCALFARI A FRANCISCO DEL 7 DE NOVIEMBRE DE 2016
El pasado 7 de noviembre, 99º aniversario de la Revolución bolchevique en Rusia, Francisco fue entrevistado por el Director del Periódico italiano “La Repubblica”, Eugenio Scalfari. La Repubblica es el periódico laico y de izquierdas por excelencia en Italia.
En el curso de esa entrevista se produjo el siguiente diálogo:
“(Eugenio Scalfari). “Usted me dijo hace algún tiempo que el precepto “Ama a tu prójimo como a ti mismo” debía cambiar, a la vista de los tiempos que estamos atravesando, por “más que a ti mismo”. Usted, además, anhela una sociedad dominada por la igualdad. Esto, como Ud. sabe, es el programa del socialismo marxista, y por tanto del comunismo. ¿Usted está pensando, por tanto, en una sociedad de tipo marxista?”
(Francisco) Muchas veces se ha dicho, y mi respuesta ha sido siempre, que son los comunistas los que piensan como los cristianos. Cristo habló de una sociedad donde fueran los pobres, los débiles, los excluidos los que decidieran. No los demagogos, ni los Barrabás, sino el pueblo, los pobres, que tienen fe en el Dios trascendente o quizás no, son ellos a los que debemos ayudar para obtener la igualdad y la libertad[1]”.
Golpean el corazón estas declaraciones donde Francisco hace una temeraria equiparación del comunismo con el cristianismo. Aunque las comentaremos más abajo con mayor detalle, viene a decir, en resumidas cuentas, que el comunismo es similar a la doctrina social de la Iglesia. Inaudito. La doctrina comunista, la más deleznable, aviesa y satánica ideología salida de cabeza humana, donde todo odio, resentimiento, violencia, mentira y esclavitud tienen asiento igualada a las palabras de Cristo. ¿Cabe mayor blasfemia? Es algo realmente trágico, que marca un hito, un antes y un después en las ya de por sí confusas, cuando heréticas, declaraciones de Francisco en estos tres años y medio. Con ellas, Francisco ha cruzado claramente el Rubicón, posicionándose en el lado opuesto al de la Iglesia. Son unas declaraciones que sólo podría hacer un ignorante supino de lo que es el comunismo. Pero, tristemente, no es el caso. Francisco conoce muy bien el comunismo porque lo ha tratado y vivido en Argentina y porque, como buen jesuita, debería ser buen conocedor, por activa y por pasiva, del daño inmenso que la teología de la liberación produjo en la Iglesia y en el pueblo hasta hace bien poco. Otras teologías que le son gratas, como la teología del pueblo[2], tienen igualmente raíz marxista.
- OTRAS SORPRENDENTES DECLARACIONES DE FRANCISCO A EUGENIO SCALFARI
Pero aparquemos por un momento esas escandalosas declaraciones y pongámoslas en su contexto. No es la primera vez que Francisco y Eugenio Scalfari se encuentran. En una anterior entrevista Francisco nos dejó muchas opiniones que, como poco, son muy controvertidas, y que, en una interpretación normal, parecen situarse fuera del Magisterio de la Iglesia. Veamos algunos ejemplos, que comentamos brevemente:
– “Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser”[3].
Tremendas estas declaraciones, donde, indirectamente, parece negar la divinidad de Cristo, adjudicándosela sólo al Padre.
– “Dios es luz que ilumina las tinieblas y que aunque no las disuelva hay una chispa de esa luz divina dentro de nosotros. En la carta que le escribí recuerdo haberle dicho que aunque nuestra especie termine, no terminará la luz de Dios que en ese punto invadirá todas las almas y será todo en todos”[4].
¿Qué Dios no disuelve las tinieblas? No es eso lo que dice el Génesis[5] y San Juan[6]. ¿Qué nuestra “especie” (nótese cómo usa la terminología atea de Darwin, como si fuéramos puramente animales sin espíritu) se extinguirá? ¿No sabe Francisco que Cristo tiene que venir en su Parusía a rescatar a la Iglesia fiel, y que no habrá un fin físico del hombre? ¿Qué es eso de que la luz de Dios lo invadirá todo? ¿No es acaso la condenada idea teilhardiana del Cristo cósmico?[7]
– “Todo ser humano posee su propia visión del bien y del mal. Nuestra tarea reside en incitarlo a seguir el camino que el considere bueno (…) No dudo en repetirlo: cada uno tiene su propia concepción del bien y del mal, y cada uno debe escoger seguir el bien y combatir el mal según su propia idea. Bastaría eso para cambiar el mundo”[8].
Parece claro aquí que, para Francisco, el bien y el mal son relativos y no verdades absolutas. Además, no considera necesario recordar que la conciencia, para ser norma válida de conducta personal, debe estar correctamente formada, conforme al magisterio de la Iglesia.
– Le dijo al propio Scalfari que no se convirtiese al cristianismo porque si no, ¿con qué persona no creyente hablaría en el futuro? Encontrar a otro sería muy fatigoso[9]. Lo mismo les había dicho años antes a los obispos anglicano y evangélico Gregory Venables y Tony Palmer, respondiéndole al primero de ellos que “el ordinariato era algo totalmente superfluo y que la Iglesia nos necesita como anglicanos”, y al segundo porque le necesitaba como enlace para el ecumenismo “por amor de la misión, esta misión de unidad‘, y le aconsejó que “abandonase la idea de ‘convertirse en católico”[10].
No comment. Y abunda en ese sentido con estas otras declaraciones:
– “El proselitismo es una solemne necedad, no tiene sentido”[11].
En defensa de estas palabras, alguno podría decir que hay dos formas de interpretar el proselitismo: una mala, según la cual no se le puede imponer a nadie las creencias propias, usando engaños y trampas para convertirlas al catolicismo, al estilo de las que hacen algunos protestantes con los católicos; y otra buena, que permite y exige exhortar, explicar y sacar de su error a los que no son católicos para que se conviertan a la fe de la única Iglesia creada por Cristo, la católica, apostólica y romana. Por otras declaraciones recientes de Francisco sabemos que él rechaza incluso el proselitismo bueno[12].
– “Los males más graves que afligen al mundo hoy son el desempleo de los jóvenes y la soledad en la que son abandonados los ancianos”.
Para Francisco los males sociales son más graves que el pecado y la apostasía del mundo moderno[13].
– “Tuve una profesora de la que aprendí el respeto y la amistad, era una comunista ferviente. A menudo me leía o me daba a leer textos del Partido Comunista. Así conocí también esa concepción tan materialista. Recuerdo que me dio el comunicado de los comunistas americanos en defensa de los Rosenberg que fueron condenados a muerte. La mujer de la que le hablo fue después arrestada, torturada y asesinada por el régimen dictatorial que entonces gobernaba en Argentina.”. -¿El comunismo le sedujo (pregunta Scalfari)? – Responde Francisco: “Su materialismo no tuvo ninguna influencia sobre mí. Pero conocerlo, a través de una persona valiente y honesta me fue útil, entendí algunas cosas, un aspecto de lo social, que después encontré en la Doctrina Social de la Iglesia (¡!)”[14].
Aquí Francisco anticipa sus declaraciones del pasado 7 de noviembre, arriba citadas, confundiendo de manera gravísima la doctrina comunista con el magisterio social de la Iglesia. Por cierto, es bien sabido que el comunismo es una doctrina inspirada por la Siganoga de Satanás, la masonería de los que se dicen judíos sin serlo (Apoc 3, 9). Por eso resulta más preocupante, si cabe, la siguiente afirmación de Francisco, en esa misma línea:
«La lucha social que trajeron esos judíos socialistas hizo mucho bien, removió la conciencia social argentina» (Sobre el cielo y la tierra, cap. 26, p. 10[15]). Con semejantes simpatías por el judaísmo socialista o ateo, se explican las amistades de Bergoglio en argentina con judíos kabalistas como Sergio Bergman o los hermanos Avruj.
En el excelente libro “Marx and Satan” el pastor luterano Richard Wurmbrand, que sufrió en sus carnes las torturas del comunismo en Rumanía hasta el borde de la muerte, tras investigar a fondo la vida de Karl Marx, obtuvo pruebas irrefutables de su judaísmo talmúdico, kabalístico y satánico[16].
III. LAS INCLINACIONES COMUNISTAS DE FRANCISCO
Recordemos que ya al comienzo de su Pontificado Francisco dejó helados a muchos cuando, en septiembre de 2013, innecesariamente, se postuló como simpatizante de la izquierda, cuando dijo:
“Nunca he sido de derechas[17]”
Esta declaración de intenciones, superflua, es realmente chocante. Los católicos no debemos ser ni de derechas ni de izquierdas. Los católicos no tenemos ideología, sino fe, la del Evangelio. La ideología condiciona la pureza del mensaje de Cristo y la conduce por filtros y condicionantes que manchan de pensamientos y leyes humanas la Palabra de Dios.
Aparte de las declaraciones referidas, Francisco ha dado sobradas muestras de sus peligrosas simpatías con el comunismo: recordemos con qué cara risueña recibió, de manos del Presidente de Bolivia Evo Morales, el obsequio de aquel crucifijo blasfemo realizado por el jesuita marxista Luis Espinar, inscrito en una hoz y un martillo comunistas.
Además, en 2014, 2015 y 2016 ha celebrado reuniones en el Vaticano con los llamados “Movimientos populares”, integrados por conspicuos comunistas de toda laya, como Evo Morales, Pepe Mújica, Claudio Avruj, Juan Grabois y otros muchos, todos ellos abortistas, partidarios de la ideología de género y furibundos atacantes de la Iglesia.
En los tres Encuentros Francisco ha mostrado sutilmente una clara alineación con las teorías comunistas de la lucha de clases, la revolución y el cambio de estructuras, en discursos que han sido más políticos que propios de un pontífice, de profundo corte materialista e inmanentista, sin trascendencia ni apenas alusiones a Dios o a Cristo. Animamos a los lectores a leer, si es que pueden aguantar el hipo, sus tres intervenciones en los tres Encuentros ya acaecidos. Recordemos sólo como ejemplo alguna de sus frases en el Encuentro de 2014, aunque tampoco tienen desperdicio sus alegatos en los de 2015 en Bolivia[18] ó 2016 en Roma[19]:
“No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales: Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un mundo mejor. Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Ese es mi deseo.[20]”
Cuando se encontró con los Movimientos Populares en su viaje a Bolivia les arengó con este discurso, digno de un camarada correligionario:
“Dios permite que hoy nos veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir mi voz a la de ustedes: las famosas “tres T”: tierra, techo y trabajo, para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados (¡!). Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra. […] Si esto es así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra (¡!), como decía san Francisco. Queremos un cambio en nuestras vidas, en nuestros barrios, en el pago chico, en nuestra realidad más cercana; también un cambio que toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere respuestas globales a los problemas locales. La globalización de la esperanza, que nace de los Pueblos[21] y crece entre los pobres, debe sustituir a esta globalización de la exclusión y de la indiferencia…
¿Qué puedo hacer yo, cartonero, catadora, pepenador, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para comer? ¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante, transportista, trabajador excluido, si ni siquiera tengo derechos laborales? ¿Qué puedo hacer yo, campesina, indígena, pescador, que apenas puedo resistir el avasallamiento de las grandes corporaciones? ¿Qué puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi población, mi rancherío, cuando soy diariamente discriminado y marginado? ¿Qué puede hacer ese estudiante, ese joven, ese militante, ese misionero que patea las barriadas y los parajes con el corazón lleno de sueños pero casi sin ninguna solución para sus problemas? Pueden hacer mucho. Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de las “tres T”. ¿De acuerdo? Trabajo, techo y tierra. Y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!”.
[…] no es tan fácil definir el contenido del cambio –podría decirse–, el programa social que refleje este proyecto de fraternidad y justicia que esperamos; no es fácil de definirlo. En ese sentido, no esperen de este Papa una receta. Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón. […] una economía donde el ser humano, en armonía con la naturaleza, estructura todo el sistema de producción y distribución para que las capacidades y las necesidades de cada uno encuentren un cauce adecuado en el ser social. Ustedes, y también otros pueblos, resumen este anhelo de una manera simple y bella: “vivir bien[22]” […]. Esta economía no es sólo deseable y necesaria sino también es posible.
Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas (¡!) sean respetados. Ningún poder fáctico o constituido tiene derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas formas de colonialismo que afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia, porque ‘‘la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en los derechos de los pueblos particularmente el derecho a la independencia[23]’’ […] Digamos “no”, entonces, a las viejas y nuevas formas de colonialismo. Digamos “sí” al encuentro entre pueblos y culturas. Felices los que trabajan por la paz[24]”.
Recordemos también cómo Francisco insistió en reunirse con Fidel Castro en su viaje a Cuba, pero negándose a hacer lo propio con los movimientos políticos de la oposición (supuestamente, por falta de tiempo), cómo ha amparado las conversaciones entre la guerrilla de las FARC y la República de Colombia en el “territorio neutral” de Cuba, cómo ha apadrinado de manera vergonzante el perverso acuerdo de falsa paz en Colombia y cómo ha promocionado la distensión entre Cuba y USA. Incluso, en la reciente campaña para las elecciones del Presidente de los USA ha atacado al candidato provida Donald Trump, lo que ayudaba claramente, para escándalo de los católicos estadounidenses, a la abortista y homosexualista Hillary Clinton, quien, por cierto, terminó su campaña electoral citando a Francisco[25].
- GRAVEDAD DE LAS DECLARACIONES DE FRANCISCO EN LA ENTREVISTA REALIZADA POR EUGENIO SCALFARI EL PASADO 7 DE NOVIEMBRE
No vamos a tratar en estas reflexiones las muchas y contundentes condenas que el Magisterio de la Iglesia ha hecho del comunismo. Es asunto bien conocido que el comunismo ha perseguido, asesinado y torturado a millones de cristianos en medio mundo, desde su nacimiento. Queremos hacer hincapié, no obstante, en las gravísimas palabras de Francisco pronunciadas en la entrevista que le hizo el periodista italiano Eugenio Scalfari el pasado 7 de noviembre. Eugenio Scalfari, ateo confeso, militó en su juventud en el fascismo y luego llegó al comunismo, del que se desencantó pronto cuando vio sus falacias y atrocidades. Actualmente milita en posiciones de la izquierda socialista. En la pregunta que le hace a Francisco se nota un cierto reproche:
“Usted, además, anhela una sociedad dominada por la igualdad. Esto, como Ud. sabe, es el programa del socialismo marxista, y por tanto del comunismo. ¿Usted está pensando, por tanto, en una sociedad de tipo marxista?”
Francisco, a continuación, no niega la mayor. No le reprueba a Scalfari que él no quiera una sociedad basada en la igualdad, como es propio del marxismo, no del cristianismo. Y es que Dios creó el mundo, las cosas y las personas desiguales, con una maravillosa armonía de matices y diferencias. A cada persona la agració con capacidades y talentos distintos. Y a todos nos dotó de libertad, para usarla bien o mal, de forma que inteligencias muy capaces pero poco constantes pueden llevar a una persona a metas peores que las que puede conseguir de una persona menos dotada pero más perseverante. La oración, la fe, el esfuerzo, el mérito conseguido correspondiendo con duro trabajo propio a la gracia pedida, etc. hacen que los hombres sean distintos, como distintos sus méritos ante Dios y los hombres.
A esta pregunta Francisco responde de una forma que sorprende: “que son los comunistas los que piensan como los cristianos”. Es una respuesta parabólica, a las que es muy aficionado[26], igualando dos términos de comparación de manera indirecta. Viene a decir, con ello, que la teoría comunista es semejante a la doctrina de Cristo. ¿Es esto posible tamaña comparación? Y sigue:
“Cristo habló de una sociedad donde fueran los pobres, los débiles, los excluidos los que decidieran”.
No cabe una tergiversación más burda y grave de las palabras de Cristo. Para empezar, Cristo no dio una “doctrina social” o un método o ideología sobre cómo organizar el mundo. Cristo habló de la necesidad de la fe y de las obras para salvar el alma y llegar al Cielo. En ningún lugar de los Evangelios se dice nada en relación a una especie de pauperocracia, es decir, una sociedad donde los pobres y los excluidos gobernaran la sociedad. La pobreza, la exclusión, la miseria son consecuencias del pecado y, por tanto, sus causas son espirituales, y se transmiten, obviamente, a la sociedad. La dictadura del proletariado como meta final del comunismo, la demagogia, es netamente anticristiana porque Cristo es el único Rey, del Cielo y de la Tierra. El comunismo, en cambio, niega los méritos y capacidades humanas, aplastando su libertad e iniciativa, para poner a los hombres bajo el yugo del Demonio, que no otro inspira esta ideología que odia a los seres humanos y su dignidad divina.
Al no corregir a Scalfari, Francisco viene a decir que esa sociedad marxista de la que abomina el propio entrevistador es su propio ideal, por considerarla igual al ideal cristiano.
Y apostilla:
“No los demagogos, ni los Barrabás, sino el pueblo, los pobres, que tienen fe en el Dios trascendente o quizás no, son ellos a los que debemos ayudar para obtener la igualdad y la libertad”.
Late en el fondo de estas palabras una demolatría, una idolatría del pueblo como centro de la acción humana, muy propia del marxismo. Una Iglesia “descentrada” de Dios que pone al hombre en el centro, pero no en su misión esencial de salvar su alma, sino de proveer a mero su bienestar material (a su igualdad y libertad, termina diciendo). Y como prueba de ese inmanentismo o materialismo concluye que no es necesario que ese pueblo crea en Dios, pues seguirá siendo el elemento subjetivo llamado a decidir… No sabemos, ciertamente, quiénes son los demagogos o los Barrabás a los que rechaza Francisco, pero, sin duda, conociendo su aversión a la sana doctrina, mucho nos tememos que sean los católicos fieles al Magisterio y a la Tradición de la Iglesia, a los que reserva todo tipo de calificativos, siendo el más repetido el de “fariseos”.
- LA ÚLTIMA HEREJÍA DE LA IGLESIA: EL INMANENTISMO. EL REINO DE CRISTO SIN PARUSÍA
Tras escuchar las palabras de Francisco saltó en mí una alarma. Vengo detectando desde hace años que la Iglesia está cediendo sutil pero dramáticamente a una gran herejía, ocasionada, en esta vez, por omisión. Se trata de predicar al mundo sólo lo que éste quiere oír: que la Iglesia ayuda a los pobres, que les da de comer, que les busca techo y trabajo, que ayuda a los desfavorecidos, etc. Todo esto está muy bien y es muy evangélico, puro catolicismo, cierto. Pero cuando la Iglesia se limita a predicar estas cosas inmanentes – precisamente lo que el mundo alaba de la Iglesia – pero omite, para no ser perseguida ni denostada, la predicación del pecado mortal, del Infierno, del Demonio y de la necesidad de vivir y morir en gracia de Dios para salvar el alma, entonces deja de ser la Ciudad de Dios para convertirse en la ciudad del hombre.
Este materialismo eclesial, este inmanentismo, este quitarse la Cruz de decir la Verdad completa para proclamar exclusivamente las bondades de la Iglesia servicial la constituyen en una falsa Iglesia, en una Iglesia que quiere construir el Reino de Cristo en la Tierra mediante el progreso, la técnica y la evolución social. Cae así en el milenarismo que prohíbe el n. 676 del Catecismo: el de los comunistas o capitalistas, el de aquéllos que quieren construir el Reino omitiendo la Parusía, que, ésa sí, traerá por fin el Reino espiritual de Cristo en los nuevos cielos y nueva tierra prometidos.
“Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico”
Al actuar así, la Iglesia queda demudada: apostata de la Verdad de Cristo y se pone al servicio del reinado del Anticristo, que ha de servir sólo a las necesidades materiales de los hombres, al precio de la apostasía, olvidando deliberadamente su misión divina. No por casualidad la Bestia Roja del Apocalipsis es el ateísmo materialista, una de cuyas cabezas, la que estaba herida, revivió, en clara alusión al comunismo, que parecía muerto en 1989 y que ahora vuelve a resurgir con fuerza en todo el mundo. No sólo el comunismo tradicional de países como Corea del Norte o Venezuela sino el que ha abrazado el capitalismo, su hermano de sangre (China, Ecuador, Argentina, Bolivia, Chile, etc.) e incluso el comunismo espiritual y cultural que practica el mundo occidental (USA, Europa), promotor del mismo materialismo ateo, aunque disfrazado de democracia.
Esa falsa Iglesia, la Gran Prostituta, Babilonia[27], asentada sobre siete colinas (Roma tras su apostasía) que se embriaga con la sangre de los mártires de la verdadera Iglesia, por lo que se asombraba el propio San Juan, que viste de rojo y púrpura (como los cardenales y obispos que apostatarán, o, peor, que ya lo están haciendo), la Mujer del Apocalipsis XVII, está montada sobre la Bestia roja, el comunismo, lo que describe perfectamente la alianza que ambos están comenzando a fraguar y que se consumará en el fin de los últimos tiempos para perseguir a la Iglesia fiel, desde dentro y desde fuera. Esa Iglesia fiel que es representada en el Apocalipsis como la Mujer vestida de Sol, que huye al desierto, siendo protegida por Dios los 3 años y medio de la segunda mitad de la semana que ha de reinar el Anticristo.
El comunismo y el cristianismo son ciertamente opuestos, pero, paradójicamente, semejantes en apariencia, ya que el comunismo aparenta preocuparse de los hombres, aparenta ser filantrópico y pacífico, de forma que cualquier incauto pudiera tener la tentación de compararlos y hermanarlos. Nada más lejos de la realidad. Y es que el trigo y la cizaña sólo se parecen por fuera, pero por dentro divergen en lo esencial: el trigo tiene un grano dorado y prieto, mientras que la cizaña es sólo cáscara con una magra semilla sin alimento. Uno se transformará en pan de vida y el otro en paja para el Infierno. Pero la siega es inminente y la prueba es que el trigo y la cizaña se están ya separando en el campo de Dios.
Quiera Dios que muchos se estén dando cuenta de esta transformación de nuestra amada Iglesia católica, que Francisco se convierta y no acabe siendo el falso profeta con los dos cuernos (la mitra), que habla como serpiente. Recemos sinceramente por él. Y que María Santísima proteja al resto fiel, a los que, por pura gracia y bajo su manto, no ha de doblar la rodilla ante el Demonio y sus acólitos.
Juan Suárez Falcó
Para descargar: PDF Francisco y el Comunismo
[1]http://www.repubblica.it/vaticano/2016/11/11/news/intervista_del_papa_a_repubblica_abbattere_i_muri_che_dividono_bisogna_costruire_ponti_-151774646/?ref=HREA-1
[2] Ver referencias de los vínculos de Francisco con la teología del pueblo en https://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_del_pueblo
[3] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica.
[4] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica. https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
[5] Génesis 1, 3-4: “3. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. 4 Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad”
[6] Juan 1, 1-5:” 1En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 Ella estaba en el principio con Dios. 3 Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. 4 En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, 5 y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”.
[7] Teilhard de Chardin, el heresiarca jesuita que ha impulsado como nadie hacia el modernismo a la otrora gloriosa Compañía de Jesús, negaba la Parusía, la redención de Cristo, la presencia real en la eucaristía o el pecado original, al tiempo que aceptaba como dogma el evolucionismo darwiniano. En su obra “Himno del Universo” llega a decir que “Cristo es el término de la evolución, incluso de la natural, de los seres. La evolución es santa”.
[8] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica – cf. p. 2: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
[9] http://video.repubblica.it/dossier/i-40-di-repubblica/rep40-scalfari-papa-francesco-mi-ha-chiesto-di-non-convertirmi/224941/224205
[10] http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350982?sp=y
[11] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
[12] En el Encuentro con los luteranos del pasado 13 de octubre, en el Aula Pablo VI, ante una estatua de Lutero color roja entronizada para la ocasión, Francisco dijo: «No es lícito convencerlo de tu fe. El proselitismo es el veneno más potente contra el camino ecuménico» (Apleusos). Debes dar testimonio de tu vida cristiana. El testimonio en el que entra el corazón. Eso es preparar la tierra para que el Espíritu Santo, que es el que trabaja los corazones, haga el camino”. Como se ve, Francisco considera que a los protestantes u ortodoxos (como sabemos por otras declaraciones) no hay que convencerles para que se hagan católicos, esto es, explicarles, exhortarles o ayudarles con razones y argumentos de que están equivocados (para que libremente decidan luego abrazar la fe católica o no), ya que cree que sólo es válido el testimonio de vida. Pero esto contradice el Magisterio de la Iglesia y el testimonio de multitud de santos católicos, martirizados por intentar convencer a protestantes u ortodoxos de sus herejías. Dejar en el error a los cristianos no católicos no es misericordioso pues se pueden condenar si persisten en error vencible. Además, cuando Francisco dice que es el Espíritu Santo el que debe hacer la tarea de esa conversión al catolicismo, no nosotros, se contradice y desmiente a sí mismo pues sabemos que el obispo evangélico Tony Palmer, amigo suyo, quiso pasarse a la Iglesia católica y él le aconsejó que no lo hiciera (¡!).http://infovaticana.com/blogs/cristo-era-sabio/papa-coloca-una-estatua-lutero-vaticano-dice-no-licito-convencer-fe/
[13] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
[14] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013, publicado el 1 de octubre en La Repubblica: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
[15] http://fr.calameo.com/read/002080055a8b71b163859
[16] No sólo Karl Marx (Kisel Mordechay, su nombre real) era de origen judío askhenazi. También otros muchos dirigentes del bolchevismo como Trotski (Leiba Davidovich Bronstein), Lenin, Stalin, Lassalle, Zinoviev (Apfelman), etc. Eran judíos jázaros, ateos, la mayoría luciferinos, cabalísticos, no auténticos judíos. Otros compañeros de revolución eran también satanistas, como Bakunin o Néchayev. Dostoievski cuenta en una de sus novelas (Los Endemoniados, 1872), la mezcla de satanismo y comunismo que ya existía en la Rusia prebolchevique y en la Alemania de finales del s. XIX. De todos es sabido, además, que la revolución bolchevique fue financiada por los banqueros sionistas, como los Rothschild, Schiff y los Warburg, desde USA, Francia y Alemania, para acabar con la cristianísima sociedad rural de los zares.
[17]http://www.europapress.es/sociedad/noticia-papa-francisco-jamas-he-sido-derechas-20130919174126.html
[18]http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/july/documents/papa-francesco_20150709_bolivia-movimenti-popolari.html
[19]http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/november/documents/papa-francesco_20161105_movimenti-popolari.html
[20]http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/october/documents/papa-francesco_20141028_incontro-mondiale-movimenti-popolari.html
[21] ¿¡No nace de Cristo!?
[22] De nuevo el inmanentismo: nada de aspiraciones al Cielo o a salvar el alma, sólo cuestiones materiales y del más acá.
[23] ¿Respeto a las tradiciones religiosas de los pueblos? ¿De los sacrificios humanos y del canibalismo precolombinos en América? ¿La paz de los pueblos se funda en los derechos del hombre o en el conocimiento y seguimiento de Cristo? Lamentablemente, son discursos que podrían pasar por los de un agitador social, un agitador indigenista (por ende, anticristiano), el presidente de una ONG o un líder sindical.
[24]https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/july/documents/papa-francesco_20150709_bolivia-movimenti-popolari.html
[25] http://www.elespanol.com/mundo/america/eeuu/20161108/169233124_0.html
[26] Hace poco, alabando a Lutero, dijo que los grandes santos son los que reforman la Iglesia. Antes había dicho que Lutero fue un reformador. https://www.aciprensa.com/noticias/que-dijo-el-papa-francisco-sobre-lutero-y-la-corrupcion-en-la-iglesia-18302/
[27] El mismo San Pedro llamó a Roma “Babilonia” (1 Pedro 5, 13).
Una cosa es reconocer que en efecto ha habido y aún hay personas más o menos adscritas a la ideología marxista y que han sido notablemente honestas y brillantes en diversos campos de la cultura (música, literatura, cine, teatro, filosofía…), y otra es toda concesión a la exaltación de las maravillas de la ideología marxista.
“Desde el exilio”, que suele decir para encabezar sus comentarios sobre la rabiosa actualidad el polígrafo escritor, periodista e historiador César Vidal -y cristiano protestante, sobre todo protestante-, escucho vía Internet la emisora canaria Radio San Borondón…
Ayer 20 de noviembre, Francisco Franco cumplía 41 años de fallecido. Mas estos izquierdistas inagotables, estos neomarxistas indómitos al desaliento, estos multiculturalistas secularistas a tope siempre tan guevaristas, bolivarianos y marxistas leninistas y de Las Hespérides, no pierden ocasión: “Franco fue un asesino genocida, un guerracivilista, un asqueroso criminal, un hipócrita dictador, un fascista embrutecedor, el conculcador de la idílica legalidad de la II República española”…
Ahora defienden a Podemos, ¡a Podemos!, conectando en directo con una conferencia (¿?) de Pablo Echenique, o Pablo Echeminga, como lo rebautiza el inimitable Jiménez Losantos; inimitable incluso cuando uno cree discrepar de algunas de sus siempre contrastadas opiniones. Pablo Echenique, sí, el mismo que, siendo argentino, pide la independencia de Aragón del resto de España.
Esto es, se alinean con las banderas del comunismo, el separatismo, el laicismo, el odio a Cristo y a su Iglesia, el terrorismo siempre que sea de inspiración marxista, la eutanasia, la lucha de clases, el libertinaje sexual, el aborto, la ideología de género, el feminismo radical, la homosexualidad, la mentalidad antinatalista…
Miles de horas de mi vida habré invertido en escuchar sus programas, y jamás de los jamases los he escuchado pedir perdón por los 100.000.000 de asesinados por el comunismo en menos de un siglo en el mundo entero. De manera que acaso siendo el marxismo llevado a la práctica de gobierno la ideología más criminal de la historia de la humanidad, o al menos una de las más sanguinarias, siguen empeñados en insultar a Francisco Franco, en culparlo de todos los males de la España actual, hasta de la subida del gas en la España de 2016, ¡y no permiten ni una palabra crítica contra el Che Guevara, por ejemplo, ateo y marxista despiadado y sediento de sangre y de odio al enemigo!
No hace falta confesar que no soy franquista, pero desde luego, este izquierdismo desbordado, sectario, manipulador, inmisericorde con Cristo y su Iglesia… Ahora ensalzan al papa Francisco, para lo cual convocan a la Teología de la Liberación: en 10 minutos, la habrán nombrado por lo menos 25 veces. ¡Francisco un gran Papa, el que justamente necesita este mundo, frente a “fachas” como Benedicto XVI y Juan Pablo II!, repiten una y otra vez.
Me cuesta creerme que se puedan creer lo que cacarean. En definitiva: estos enemigos de Cristo y de su Iglesia, estos ateos y marxistas recalcitrantes, partidarios del ignominioso crimen del aborto, estos indocumentados que no tienen ni pajolera idea de la Iglesia como misterio de salvación -es más, es que la odian-, ¡alabando al papa Francisco!
Y tan panchos se quedan, nunca mejor dicho, por lo de Francisco. Mas insisten: la Iglesia es una estructura de poder de 2.000 años y el papa Francisco está coadyuvando a derribarla, esclarecerla, iluminarla…
Hay un clamor en Internet contra el nefasto pontificado de Jorge Mario Bergoglio en bitácoras como “Rambla Libre”, “Libertad Digital” y “Alerta Digital” (las tres, de información general, laicas, no confesionales católicas), y en “Adelante la Fe”, “Nacionalismo Católico San Juan Bautista”, “En Cristo y María”, “Infovaticana”, “Comovaradealmendro”, “Wanderer”, “Enraizadosencristo” , todas estas de información y formación católicas (hay al menos una docena de bitácoras más, alarmadas día a día “in crescendo” con este pontificado demoledor), y resulta que los comunistas e izquierdistas de Radio San Borondón alaban al papa Francisco, ¡celebrándolo como un gran Papa anticapitalista superior a los “fachas” Juan Pablo II y Benedicto XVI!
¡Ellos y ellas ultraizquierdistas y por ende secularistas radicales, que pasan olímpicamente de la doctrina de la fe de la Iglesia, defienden la grandeza del papa Francisco! ¡La defienden precisamente los correligionarios de una ideología causante de 100.000.000 de muertos en apenas un siglo y que jamás de los jamases piden perdón por ello, ni por la persecución contra la Iglesia que siempre, invariablemente desde que han llegado al poder, los regímenes comunistas han causado a la llamada Esposa de Cristo por «odium fidei»!
Desde esas ondas radiofónicas atlánticas se defiende (repitamos la lista) el aborto, el divorcio, la ideología de género, la eutanasia, el odio a Cristo y a su Iglesia, la lucha de clases, el libertinaje sexual, los nuevos modelos de familia, la sectaria y zapateril memoria histórica, el comunismo (genocida, valga la redundancia), el laicismo, la homosexualidad, la ideología de género, el feminismo radical, la mentalidad antinatalista, ¡y resulta que defienden la grandeza del papa Francisco!
Alucinante. Como si de una película de terror de la serie B o de una comedia bufa…
Estimado amigo, concluyo con usted en sus palabras, y sí, es muy para pensar esto que comenta. Medios que nada tienen que ver con la Iglesia Católica, que han puesto a la altura del betún a Benedicto XVI o a Juan Pablo II por carcas o desfasados, ahora se encargan de «elevar a la santidad» a Francisco. Es algo realmente muy a tener en cuenta, porque ya lo dijo Cristo: ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas»(Lc 6,26). Y así seguimos; hay católicos que no ven nada, los católicos que apenas leen las andanzas de Bergoglio, los que le excusan todas las cosas contrarias que dice contra nuestra fe, contra la revelación, las herejías más o menos explícitas, aquellos que se quedaron con la frase de San Agustín dicha para un momento concreto en la historia pero que ellos la usan a todas horas: «Roma locuta, causa finita» y con eso acallan sus conciencias, porque claro «como lo ha dicho el Papa……»
Verdaderamente, es alucinante. Los sabios de este mundo, por su maldad, y los católicos bobos por su necedad. Veremos lo que tardan unos y otros en caer del guindo, si es que caen, claro.
Saludos cordiales, como siempre, amigo. Dios le bendiga.
A usted también, Montserrat. Y concluyamos repitiendo con el sabio cardenal John Henry Newman, ya beato, converso del anglicanismo y padre conciliar en el Vaticano I: «Brindo por la fidelidad debida al Papa, pero antes brindo por la fidelidad a mi propia conciencia formada y adulta de católico».
Hermosísima cita del cardenal Newman. Voy a quedarme con ella, porque se que seguiré siendo atacada, precisamente por ser fiel a mi propia conciencia, formada y adulta como católica.
Gracias y bendiciones.