Stilum Curiae 14 junio 2017
Marco Tosatti
La Pontificia Academia para la Vida, cuenta desde ayer con 45 nuevos miembros ordinarios. La cosa extraordinaria es que uno de ellos, el profesor Nigel Biggar, está a favor del aborto. Según las informaciones aportadas por Catholic Herald, enseña en Oxford, donde es Regius Professor of Moral and Pastoral Theology. En un diálogo con el filósofo Peter Singer, en el 2011, según lo que escribió la revista Standpoint, Biggar dijo: «Soy propenso a trazar una línea para el aborto a las 18 semanas despues de la concepción, que es, más o menos, el primer período en el cual hay evidencia de actividad cerebral, y por tanto de conciencia. En lo tocante a mantener un fuerte compromiso social para conservar la vida humana de forma limitada y para no ser demasiado informales por lo que respecta a la vida humana, tenemos necesidad de trazar una linea de manera muy conservadora.»
Para justificar lo que sin embargo parece una palpable contradicción, entre defender la vida humana y decidir eliminarla, Biggar dijo: «No es claro que un feto humano sea el mismo tipo de cosa que un adulto o un ser humano maduro y, por tanto, que merezca el mismo tratamiento. Entonces aparece un problema de por dónde trazar la línea, y no hay razón de peso alguna que impida trazarla en un lugar o en otro.»
Personalmente creo que para tratarse de alguien que enseña en Oxford estas declaraciones no son un espectáculo excepcional ni de simple lógica, ni de ciencia. Pero cada cual es libre de no ser consecuente con lo que dice o hace.
No se entiende, sin embargo, qué hace en la Pontificia Academia para la Vida una persona que propone el aborto en la decimo octava semana, que corresponde al quinto mes de gestación; estedes pueden encontrar algunos detalles del desarrollo del ser humano en el quinto mes de vida en esta página web que no es precisamente un sitio provida, sino uno de sólidas informaciones generales frecuentado por quienes están esperando un bebé.
Biggar es sinceramente una opción que plantea problemas, sobretodo, una vez más, como suele ocurrir en este ámbito, en cuestiones tan importantes. ¡¿Quién ha aconsejado su nominación?! ¿Por qué el responsable de la nominación, Monseñor Paglia, lo ha preferido a otros, si estaba al corriente de sus posiciones? ¿El Papa ha sido informado de todo esto?
Marco Tosatti
Traducido para Como Vara de Almendro
un anglicano promotor del aborto y la eutanasia, una apostata feminista, pro gay y un musulmán se encuentran entre los nuevos miembro de la nueva Pontificia Academia para la muerte.
Pues casi que solo falta que nombren para esa Academia Pontificia para la Vida al escritor colombiano nacionalizado mexicano Fernando Vallejo.
Implacable ateo, bisexual y animalista, novelista genial, el compatriota del Nobel Gabriel García Márquez pero radicado en México desde hace casi 50 años, en su obra «La Puta de Babilonia» (en este ensayo, Vallejo llama siempre a la Iglesia «la Puta», «la Puta de Babilonia», y la considera la institución más nociva y malvada de cuantas ha habido en la historia de la humanidad) sustituye a Dios por la Vida, así con mayúsculas. Una Vida que nos pide proteger a los animales (defensa del vegetarianismo) aun al precio de aceptar la promiscuidad sexual, la homosexualidad y el aborto.
De manera que si en esa nueva Academia Pontifica para la Vida hay abortistas, hay un anglicano y figura un musulmán, ¿por qué no incluir a un divulgador científico tan controvertido y polémico como Fernando Vallejo, magistral novelista y ensayista de «La Puta de Babilonia», en la que afirma, contra el consenso de la casi totalidad de la comunidad científica, que el judío Jesús no existió y que Cristo es un invento de «la Puta» a partir de los ejemplos de dioses de las religiones paganas y mistéricas de culto solar.
Si en esa academia hay toda esa gente tan poco católica, ¿por qué no incluir a un autor que en su «La Puta de Babilonia» llama al «mito» de Cristo -que por tanto no existió ni siquiera como Jesús histórico, al ser un montaje todo de «la Puta»- Cristoloco el rabioso, y asimismo se cisca en la memoria de todos los santos y Santos Padres de la Iglesia y en la práctica totalidad de sus Papas?
Si para Fernando Vallejo la Iglesia es la institución más criminal de cuantas ha habido en la historia de la humanidad, el que este autor pudiera estar integrado en esa Academia Pontifica para la Vida bien podría ofrecer a la Iglesia la posibilidad de diálogo en profundidad con un descomunal intelectual que considera que Dios, Cristo y la Iglesia son noticias muy perniciosas para la humanidad porque los tres son instancias que han negado precisamente la pasión del hombre por la vida. Entonces, de ser así las cosas, de boca del propio Vallejo los de esa academia vaticana podrían escuchar por qué Vallejo considera que el 99% de los Papas han sido personajes infames, al igual que el 99% de los santos y santas de Dios.
Total, integrado Vallejo en esa nueva Academia Pontificia para la Vida, merced a todos los diálogos nutricios con el resto de expertos católicos, estos últimos podrían decidirse a escribir un ensayo que fuese algo así como una impugnación de la diatriba contra Dios, Cristo y la Iglesia del colombiano-mexicano Fernando Vallejo en su «La Puta de Babilonia». Porque la tesitura no puede ser más grave: o el deslumbrante escritor latinoamericano dice la verdad, o la verdad es Cristo y su Iglesia, no hay medias tintas, puntos medios, apaños posibles.
Y desde luego, lo que plantea en su ensayo el escritor colombiano es tan demoledor contra Dios, Cristo y la Iglesia, que esta última se «juega» mucho, y así, haría bien en articular una respuesta rigurosa al implacable puñetazo que en toda su bimilenaria cara le propina el autor de novelas tan celebradas como «La virgen de los sicarios».