Ya sabemos, lo han firmado Tucho y Prevost: Es “siempre inoportuno”, es decir, se mire por donde se mire, resulta «inconveniente» hablar de la Corredención de la Virgen. Sí, la Virgen, la nueva Eva, es inconveniente, como lo es el misterio de la redención, evidentemente, que implica que los hombres necesitamos ser redimidos porque el hombre en su pecado va camino de la condenación eterna (terrible verdad, y parece que muy inconveniente). Cristo no apareció en el mundo en edad adulta, sino que quiso nacer de la Virgen Inmaculada. Y quiso que la Mujer estuviese al pie de la cruz cuando Él obraba la redención el mundo, para que ella, la primera redimida, colaborase especialísimamente con ese sublime sacrificio, ofreciendo ella también a su Hijo al Padre, convirtiéndose en Madre de la fe y Madre de la Iglesia. Los que ven en esto verdades inconvenientes no reflejan precisamente una naturaleza de hijos de la fe ni hijos de la Iglesia. Más bien de “enemigos de la cruz de  Cristo, cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra” (Flp 3,18-19).

Entre los que van camino de esa condenación eterna están los sodomitas. Pero debe ser muy inconveniente recordarlo en Roma últimamente, especialmente en ese Estado Vaticano, el más pequeño del mundo pero que también debe ser el de mayor concentración de sodomitas por hectómetro cuadrado de todo el mundo, hasta el extremo de que a los homosexuales activos se les promueve y da visibilidad en Roma, como ocurrió en el llamado «jubileo LGTB». Deducimos que para Roma hoy la condena de la Sagrada Escritura de la práctica de la homosexualidad es otra verdad «inconveniente».

También es inconveniente el «Credo». Por ejemplo, esa parte que en varias ocasiones Prevost se ha saltado directamente: el «filioque«. Y es que le debe parecer inconveniente mencionar que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. No así a los católicos de todos los tiempos desde que confirmaron con esta declaración de fe lo que siempre habían creído, que el Hijo es Dios como el Padre, escapando de la trampa mortal del arrianismo.

Y la presencia real y sustancial de Cristo en la Eucaristía debe ser extremadamente inconveniente, al punto de que ya las palabras de la consagración se han cambiado nuevamente para no decir el preceptivo “pro multis” que ordenó Benedicto poniendo orden, pasando en la liturgia tutti frutti a aquel “per tutti” con que la sodomita conferencia episcopal italiana de Zuppi y Savino, con Prevost en ristre alineado con los tutti frutti, acometen contra los misterios más sagrados de la Iglesia.

El mismo Prevost del “per tutti”, pero sin “filioque”, ha vuelto a demostrar sus olvidos y sus añadidos “convenientes” en Turquía recientemente, donde además, no ha faltado a un homenaje a Ataturk, ominoso agravio contra los cientos de miles de cristianos masacrados por aquel masón islamista, por aquel anticristo. La carencia, nuevamente, clamorosa: Nos falta el filioque y el respeto a los mártires de la fe. Claro, si no hay fe católica, los que dieron su vida por ella son también “muy inconvenientes”. Pero Prevost no tiene inconveniente en que se le vean sus vergüenzas, su “plumero al aire”.

Pero que no se lleven a engaño Prevost, Tucho, Zuppi y todos esos enemigos de lo “inconveniente” para el mundo y para el diablo.

No les será suficiente negar la corredención para no molestar «inconvenientemente» a los protestantes.

No  les será suficiente negar el «filioque» para no molestar «inconvenientemente» a los ortodoxos.

No  les será suficiente negar el «pro multis» para no molestar «inconvenientemente» a los modernistas.

No  les será suficiente negar el genocidio armenio para no molestar «inconvenientemente» a los musulmanes.

No les será suficiente negar la condena del pecado que clama al cielo de la sodomía para no molestar «inconvenientemente» a los LGBTX.

No, no  es suficiente, porque la fe católica siempre será inconveniente… porque es la verdadera, y por eso es la fe católica la que «convenientemente» quieren hacer desaparecer.

La que es inconveniente es la Iglesia. Y está sentenciada a muerte, como su Cabeza en aquel juicio «conveniente» para los intereses de unos y otros… Igual que flagelaron y maltrataron al Señor, para luego crucificarlo pretendiendo acabar con Él, hoy la Iglesia está siendo traicionada, profanada, desfigurada,… pero no nos quepa duda de que lo que pretenden es hacerla desaparecer. Y lo están haciendo, manteniendo su estructura, pero cambiando la bandera. El cambiazo había que darlo en Roma, y allí se dirigieron los lobos. Éstos ahora se visten de pastores bajo solideos de todos los colores: negro, violeta, rojo o blanco. Y reclaman sumisión y obediencia, unidad y confianza en ellos. Pero a las ovejas estos pastores les huelen a lobo. Y además asoman la patita muchas veces. Pero con su natural voz ronca que intentan aclarar impostadamente reclaman nuevamente unidad y obediencia, unidad en el rebaño en torno a un falso pastor, y obediencia a una voz que es contraria a la del verdadero Pastor.

El Maestro dijo que sus ovejas serían reconocibles entre otras cosas porque no seguirían a un extraño, puesto que están acostumbradas a la voz de su Pastor y no reconocen la voz del extraño (cf. Jn 10,5), y en consecuencia no escuchan a los extraños (cf. v.8), que son ladrones y salteadores (cf. v.8) que vienen a robar, matar y destruir (v.10).

Lo que está pasando en Roma con la permisión de Dios no es más que una oportunidad para que las verdaderas ovejas del Señor se definan como ovejas suyas. De los borregos y de las cabras no hablamos.

Los enemigos de la Iglesia y los lobos que quieren devorar a las ovejas de Cristo se van a topar con la inconveniente Iglesia fiel del Señor, ésa que tiene la promesa de su Señor de que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Es la Iglesia de los mártires (como los armenios), de los confesores de la fe (como los que combatieron a los arrianos), de los que viven la verdadera unidad (como los antiguos ortodoxos o anglicanos convertidos y hechos católicos), la Iglesia de los santos, es decir, de los convertidos que se negaron a sí mismos (como tantos homosexuales y otros grandes pecadores que abandonaron su vida de pecado), la Iglesia que ora y cree como se ha orado y creído por todos, siempre y en todas partes (uniéndose en la sublime celebración del misterio eucarístico que se ofrece incesantemente pro multis), la Iglesia que pisa las serpientes y escorpiones del infierno junto con la Mujer que ha vencido primero, la Corredentora y destructora de todas las herejías.

Hasta ahora, la Iglesia era una, santa, católica y apostólica. Ahora acaba de ser definida por sus enemigos, además, como inconveniente. Siempre lo fue, pero nunca tanto como hoy. Cuanto más una, más santa, más católica y más apostólica, más inconveniente será para aquellos que quisieran borrarla de la faz de la tierra, dejando en su lugar un espantajo, un sucedáneo insípido sin color ni sabor, una insulsa falsificación que ya no da luz, sino tinieblas. Pero que no lo duden: Se van a encontrar enfrente a la Iglesia verdadera, la inconveniente. Nuestra sola presencia es un grandísimo dolor de cabeza para ellos, como la presencia de San Esteban fue más de lo que los judíos podían soportar, cuando “sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él” (Hch 7,54).

Donde está Pedro, allí está la Iglesia, la santa, la luminosa, la inconveniente. Donde están los lobos no está la Iglesia, sino la confusión, el error, las tinieblas, la persecución, la blasfemia, la iniquidad.

Pero cuando no hay Pedro, no desaparece la Iglesia, porque su cabeza, Cristo, la sostiene y porque las ovejas fieles esperan a que resuene nuevamente la voz de su Pastor.

El Señor oró para que fuésemos uno (cf. Jn 17,11), pero añadió “como nosotros” (como el Padre y el Hijo son uno). Es decir, la unidad no es humana, sino divina. Y todavía añadió: “Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (v.21). Por tanto, esa unidad que quiere el Señor se basa en que vivamos lo que el Señor nos mandó primero: “Permaneced en mí” (Jn 15,4), que implica que vivamos lo que Él vivió, que no es precisamente pretender llevarse bien con todos: “por eso os odia el mundo” (Jn 15,1).

Buscar la unidad falsa de la falsa iglesia difusa bergoglio-prevostiana del “todos, todos, todos”, no significa más que separarse de la verdadera Iglesia, la de Cristo, la católica, en la que somos uno en Él. Si quitamos la verdad de la ecuación, el resultado es un disparate, pero un disparate de consecuencias trágicas.

Frente a esa falsa iglesia sinodal, permanece en Cristo, la Roca, la Iglesia inconveniente, la santa, la que es Una, porque está enraizada en la Verdad, que es Cristo, cuyo reino es eterno. El mismo que dijo:

“Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. […] ¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el que ame y practique la mentira! […] Dice el que da testimonio de todo esto: Sí, vengo pronto” (Ap 22,12-13.15.20).

Y esa Iglesia por más pruebas que atraviese, tiene asegurada la victoria. Ya falta menos.

Padre Bonifacio

Sacerdote español misionero, superviviente de no pocas batallas por la gracia de Dios, con humor para reírse de sí mismo y celo por todas las almas.

Entradas recientes

EL PADRE YASUDA, SOR MARÍA JESÚS DE ÁGREDA Y LA CORREDENCIÓN DE MARÍA

En este artículo me gustaría llamar la atención sobre lo que la propia Virgen ha…

2 semanas hace

MARÍA, PESE A QUIEN PESE, ES CORREDENTORA Y MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS. EL ENIGMA LEÓN

De todos es sabido el carácter herético del titular del Dicasterio para la Doctrina de…

4 semanas hace

LA POSIBLE VÁLIDA ELECCIÓN DE LEÓN COMO PAPA DE LA IGLESIA: UN ANÁLISIS JURÍDICO CANÓNICO Y PROFÉTICO

“El Señor ama la Justicia y el Derecho” (Ps. 33:5) LA_POSIBLE_VÁLIDA_ELECCIÓN_DE_LEÓN_COMO_PAPA_DE_LA_IGLESIA (para leer documento en…

2 meses hace

EN LA MUERTE DE JORGE MARIO BERGOGLIO

“Vanitas vanitatum et omnia vanitas” («Vanidad de vanidades, todo es vanidad», Ecl. 1:2) He dejado…

7 meses hace

DILEMA

Sostienen tanto los modernistas como muchos de recta doctrina, que hacen públicas sus tesis, que…

9 meses hace

LA LUZ BRILLA EN LAS TINIEBLAS. DISCERNIMIENTO SOBRE QUIÉN ESTÁ SENTADO EN LA SILLA DE PEDRO

Es la luz de la Palabra del Señor la que, en modo inequívoco, nos ilumina…

10 meses hace