Pensamientos para el alma

PENSAMIENTOS PARA EL ALMA EN TIEMPOS DE SOLEDAD

 

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

 

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y caigo en la cuenta de que, también esto, me lo enseñaste Tú viviendo, obediente al Padre, durante treinta años en la casa de Nazaret esperando la gran misión.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y en la carpintería de José, tu custodio y el mío, aprendo a trabajar, a obedecer, para lijar las asperezas de mi vida y preparar una obra de arte para Ti.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y sé que no estoy solo porque María, como cada madre, está ahí detrás haciendo las tareas de casa y preparando la comida para nosotros, todos familia de Dios.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y responsablemente lo hago por mi bien, por la salud de mi ciudad, de mis seres queridos, y por el bien de mi hermano, el que Tú has puesto a mi lado pidiéndome que vele por él en el jardín de la vida.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y, en el silencio de Nazaret, trato de orar, de leer, de estudiar, de meditar, y ser útil con pequeños trabajos para hacer más bella y acogedora nuestra casa.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y por la mañana Te doy gracias por el nuevo día que me concedes, tratando de no estropearlo, de acogerlo con asombro como un regalo y una sorpresa de Pascua.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y a mediodía recibiré de nuevo el saludo del Ángel, me haré siervo por amor, en comunión Contigo que te hiciste carne para habitar en medio de nosotros; y, cansado por el viaje, Te encontraré sediento junto al pozo de Jacob, y ávido de amor sobre la Cruz.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y si al atardecer me atenaz aun poco de melancolía, te invocaré como los discípulos de Emaús: Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y en la noche, en comunión orante con tantos enfermos y personas solas, esperaré la aurora para volver a cantar tu misericordia y decir a todos que, en las tempestades, Tú eres mi refugio.

¡YO ME QUEDO EN CASA, SEÑOR!

Y no me siento solo y abandonado, porque Tú me dijiste: Yo estoy con vosotros todos los días. Sí, y sobre todo en estos días de desamparo, Señor, en los que, si mi presencia no será necesaria, alcanzaré a todos con las únicas alas de la plegaria. Amén.

+ Giuseppe, Obispo (Nocera Inferiore –Sarno, ITALIA)

Como Vara de Almendro

info@comovaradealmendro.es .

Compartir
Publicado por
Como Vara de Almendro

Entradas recientes

EN LA MUERTE DE JORGE MARIO BERGOGLIO

“Vanitas vanitatum et omnia vanitas” («Vanidad de vanidades, todo es vanidad», Ecl. 1:2) He dejado…

3 meses hace

DILEMA

Sostienen tanto los modernistas como muchos de recta doctrina, que hacen públicas sus tesis, que…

6 meses hace

LA LUZ BRILLA EN LAS TINIEBLAS. DISCERNIMIENTO SOBRE QUIÉN ESTÁ SENTADO EN LA SILLA DE PEDRO

Es la luz de la Palabra del Señor la que, en modo inequívoco, nos ilumina…

6 meses hace

«¿Qué más necesitáis?» Importante Carta de Monseñor Strickland

Queridos hermanos en la fe, publicamos a continuación traducida al español la magnífica carta que…

9 meses hace

Negando la verdad: «Sólo es el hijo de María»

Negando la verdad. Dice Mateo 13, 53-56: "Cuando hubo terminado Jesús estas parábolas, se alejó…

10 meses hace

EL AVISO, SEGUNDO PENTECOSTÉS

Queridos hermanos en la fe, Sabemos que desde el pasado 31 de diciembre de 2022,…

10 meses hace