Nuestra Señora de la Cristiandad, el sueño de un París-Chartres pero en Argentina

Son las 5 de la mañana de un frío domingo de agosto, y la música llama a reanudar la marcha rumbo al Santuario nacional de Nuestra Señora de Luján, en Argentina. Maravillaba ver a 1200 jóvenes provenientes de diferentes provincias de nuestro país, quienes al ritmo de cantos, oraciones y portando en alto sus estandartes soportaron el barro, la lluvia y el frío con una con una fe y alegría a prueba de todo.

En el año 2009 un puñado de muchachos con el ideal de recrear la famosa peregrinación París – Chartres en nuestro país, partieron desde Rawson en la provincia de Buenos Aires recorriendo casi 100 km durante 3 días de peregrinación hasta Luján. Desde entonces, año tras año, la peregrinación ha continuado sin parar de crecer, siendo esto un signo del llamado que el Señor nos hace.

El objetivo de dicha Peregrinación es la santificación del alma a través de las gracias pedidas a Nuestro Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, ofreciéndole las oraciones, sacrificios y mortificaciones durante los tres días y buscando contribuir a la restauración del espíritu de la Cristiandad depositando nuestra confianza en el fundamento de la vida cristiana: el Santo Sacrificio de la Misa y que ha dado a la Iglesia y al mundo tantos santos, héroes y defensores de la Fe. Nos referimos al Orden Social Cristiano, el cual no es posible sino comprometiéndonos en la restauración de todo en Cristo, comenzando por quienes peregrinamos, por nuestras familias, y por los diversos ámbitos de la sociedad en que nos movemos.

En esta ocasión la peregrinación se ofreció de modo particular por el triunfo de la Vida en nuestro país, en Hispanoamérica y el mundo entero.

Pertenezco a un pequeño capítulo recién formado y al que quisimos llamar San Miguel Arcángel. Nuestro propósito era hacer la experiencia de peregrinar este año para tantear la posibilidad de acudir en los próximos junto a nuestros hijos. ¡Fue una experiencia sin igual!

¡Que emoción tan grande ver de lejos las cúpulas de la basílica, luego de las ampollas y dolores ofrecidos! Al llegar y contemplarlas, recordé lo que tanto hemos escuchado de nuestros hermanos en la fe de otros países, “Si cae Argentina, caerán también nuestros países rendidos a la cultura de la muerte”. Tantas oraciones no fueron en vano porque en esta batalla, la primera de tantas, Nuestra Madre impidió en nuestro país que las madres asesinaran a sus hijos en sus vientres.

El promedio de edad de los participantes fue de 22 años. Así mismo, tuvimos el placer de compartir estos maravillosos días con hermanos en la fe de Paraguay y Brasil.

El padre Olivera Ravasi, con motivo de la peregrinación del pasado año 2017 y refiriéndose a la riqueza de la Misa tradicional comentó lo siguiente:

Un grupo de jóvenes laicos que, desde la promulgación del Motu proprio “Summorum pontificum“ aman la liturgia celebrada de esta manera. No se trata de ninguna dialéctica entre vetus y novus ordo; “ni de ideología religiosa», como dicen algunos, sino simplemente de una opción absolutamente lícita y recomendable, para quien desea acercarse a este «tesoro escondido” como la llamaba San Leonardo de Porto Mauricio en su tiempo.

Y yo añado que para quienes nunca habíamos asistido a una Misa tridentina en nuestras vidas, es decir, para los nacidos luego del Concilio Vaticano II, después de tanta búsqueda sentimos que habíamos llegado a casa…

Sebastián Gamba
Peregrino desde la ciudad de Bell Ville.