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NUESTRA LUCHA ES CONTRA LAS POTESTADES INFERNALES

El pasado 27 de marzo lanzamos un artículo en esta página titulado: «¡¡¡Católicos, atentos!!! Boicot masivo a la Jornada Mundial de las Familias, promotora de la homosexualidad.» En dicho artículo, asistíamos pasmados a las declaraciones de Mons. Brendan Leahy, obispo de Limerick, quien declaraba  que «el Encuentro Mundial de las Familias sería una oportunidad perdida si la Iglesia no abrazara a la familia en toda su variedad. «Mientras que la Iglesia defiende el ideal del matrimonio como un compromiso permanente entre un hombre y una mujer, existen otras uniones que brindan apoyo mutuo a la pareja. El Papa Francisco nos anima a no excluir sino a acompañar a estas parejas también, con amor, cuidado y apoyo». «Vivimos en tiempos cambiantes y la familia también está cambiando»»

Pues bien. Han pasado escasamente cinco meses desde que les invitábamos a boicotear y denunciar el evento, y hoy, si cabe, la alarma es mucho más acuciante. Como saben, entre los organizadores del acto se encuentra el jesuita prohomosexual James Martín, autor del libro «Building a Bridge», «Construyendo un puente», quien sostiene  que la Iglesia Católica debería ser más «acogedora» para los católicos que se identifican como LGBT.

Así mismo afirma que las relaciones homosexuales no son pecaminosas, a pesar de que la Iglesia Católica enseña que son intrínsecamente desordenadas y que todas las personas están llamadas a la castidad. Él afirma todo lo contrario diciendo que los homosexuales no están llamados a ser castos. Martin también afirma que «el lenguaje sobre la homosexualidad en el Catecismo de la Iglesia debería cambiarse porque es «demasiado duro»» e insiste en que es atacado simplemente por decir que la Iglesia debería ser más «acogedora». Así mismo afirmó que «Debemos acoger a quienes se han sentido apestados dentro de la Iglesia». “Estoy tremendamente agradecido por la invitación a este Encuentro de Dublín y espero que la comunidad LGTBI la vea como una señal inequívoca de bienvenida». Cabe recordar que la invitación de Martin al Encuentro proviene  del Vaticano.

Ante tanta desvergüenza y descaro por parte de los organizadores y ponentes, era de esperar que las últimas llamadas al evento fueran en la misma línea de indecencia, algo que hemos corroborado en el último cartel de la Jornada que vamos seguidamente a comentar.

Por si alguien tenía alguna duda de si Francisco está enterado de todo, sepan que la visita de  Bergoglio a Dublín está anunciada. Por lo tanto, si Francisco va a estar presente en el evento es porque lo apoya y bendice todo su contenido. Sería estúpido pensar lo contrario.

Hablábamos del último cartel promocional para acudir a la Jornada Mundial de «Familias». Lo pueden ver en portada y creemos que merece un pormenorizado análisis, pues no tiene desperdicio:

A un lado del puente vemos la bandera multicolor de los homosexuales y una mano infantil avanzando hacia el otro lado del puente. Al lado contrario del puente, preside la bandera Vaticana y la mano de un adulto avanza a encontrarse con la del niño. ¿Qué significa esto, señores? Ni más, ni menos que la «normalización» por parte del sector jerárquico de la Iglesia sobre el tema de la homosexualidad. Exactamente lo que dice Martin sobre la «apertura» de la Iglesia hacia este colectivo.

Pero hay quienes han visto algo mucho más inquietante y horrendo en esta imagen y de ello se están haciendo eco ya en diversos lugares en internet. Por supuesto que no quisiera pasarlo por alto, como madre que soy y por la preocupación e inmenso dolor que me produce el mero hecho de pensar en dicha posibilidad. Y, precisamente, no lo quiero pasar por alto para hacer un llamamiento a estar bien vigilantes, porque si hace tiempo nos parecía del todo absurdo el mero hecho de imaginar que la homosexualidad sería bendecida desde el propio Vaticano y hoy vemos que de absurdo, nada de nada, no es una locura presuponer que la imagen en cuestión es una invitación implícita a la pedofilia. Y no es que seamos exagerados, estimados hermanos.

Cuando hacemos un análisis de los cinco años y medio que llevamos con Francisco como jefe supremo de la Iglesia, nos damos cuenta de que «de aquellos polvos vienen estos lodos». Era previsible lo que hoy vemos con nuestros ojos y el daño que Francisco estaba causando con muchas de sus afirmaciones: «Si uno es gay y busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo»?, » Para ser buen católico no hay tener hijos como conejos», «Doctores católicos, debatan sobre «la interrupción del embarazo, el final de la vida y la medicina genética», «No podemos seguir insistiendo siempre en el aborto, el matrimonio homosexual o los anticonceptivos». Tampoco podemos olvidar que el propio Francisco es promotor desencubierto de la homosexualidad y el transgénero, algo que ha quedado bien patente a los ojos de cualquiera a través de múltiples gestos públicos, como el del lavatorio de pies a un hombre transformado en mujer, la invitación de una mujer y su pareja transgénero al Vaticano,o la recepción de su amigo y su pareja homosexual en su visita a EEUU.

Así las cosas, ¿podríamos extrañarnos si siguen en aumento las locuras y aberraciones que nos llegan a diario desde Roma? La pelota de nieve no para de rodar y hacerse mayor. ¿Cuándo parará?

Sabemos que los gobiernos tratan de meternos por activa y por pasiva, a través de los colegios, de las televisiones y medios de comunicación toda la porquería que ellos desean inculcar a la sociedad. Lo que nunca hubiéramos imaginado ni en estado de «delirium tremens» es la barbarie que nos están tratando de inocular desde el propio Vaticano. Es hora de reaccionar. ¿A qué estamos esperando? ¿Quiénes de nuestros líderes religiosos con voz y con autoridad están dispuestos a alzar la voz y decir ¡basta ya!?

Solo recordar que el evento se dará en Dublín, la capital de Irlanda, otrora una nación católica como pocas. Hace escasos días veíamos como en dicho país se aprobaba la terrible ley en pro del aborto. Como sucede con España, nuestra querida patria, toda la podredumbre es vertida en estos países de fuerte raigambre católica. También, de un modo paralelo, toda esa misma podredumbre la han metido dentro del Vaticano, para destruir todo vestigio de verdadero catolicismo y para terminar con la Iglesia. Es bien claro que el Demonio sabe dónde dinamitar y lo hace donde más daño puede hacer. Lo que hay que recordarle al Demonio es que nunca vencerá a pesar de que parezca que sí lo ha hecho y que pronto será encadenado a los abismos infernales. Esperemos que sea pronto, para que no arrastre con él a tantas almas.  Mientras tanto clamamos a Dios que tenga misericordia de su pueblo y venga en nuestra ayuda, porque si no lo hace probablemente cuando regrese no encontrará fe en la tierra.

Montse Sanmartí.

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Como Vara de Almendro

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8 Comments

  • Montse, ese (lamentable) cartel es de una serie de conferencias en Lincoln, Inglaterra, no en Dublin, aunque el ponente sea el mismo Martin. Si se fija en las fechas, ya ha tenido lugar, mientras que el Encuentro de las Familias aún no ha comenzado.

  • Muy buen artículo, Montse. El problema es que si cortamos sin una herejía personal suya, clara y explícita, se queda con el grueso de la Iglesia. Y es demasiado astuto para cometerla. Por lo menos hasta que lo tenga todo bien amarrado…

  • Não por acaso Roma, como Sodoma e Gomorra, será destruída, conforme a profecia em La Salette. Petrus Romanus estará em Fátima, encabeçando a vedadeira Igreja Católica.

  • Siempre me he preguntado cuando leía Ap. 3,15-16 respecto del porqué Jesús había elegido la frase «te vomitaré de mi boca» en su mensaje a la iglesia de Laodicea. Viendo lo que está ocurriendo ahora con lo que debería ser SU Iglesia y sus ministros, creo que debió ser porque el Señor sentía «asco» y la expulsaba de sí. Y digo esto porque realmente asquean las declaraciones de Leahy y de Martin; estas personas no creen en Dios ni en Cristo. Y aunque sabemos que todo esto ha sido profetizado y tiene que pasar, no deja de causar dolor e indignación. Y lo más triste es que lo peor todavía no ha llegado.

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