Por P. Paolo M. Siano (FI). Corrispondenza Romana. 31 de enero de 2018.
Hace unos días, el 21 de enero, ha tenido lugar un aniversario importante para la historia de nosotros, Franciscanos de la Inmaculada (FI). En aquel día de hace 6 años (2012) en nuestro convento en Roma en la calle Boccea, se llevó a cabo el encuentro entre el entonces Consejo General de Franciscanos de la Inmaculada y 5 frailes (dos americanos y tres italianos) críticos de la persona y del gobierno del padre Stefano Manelli, fundador y Ministro general.
El suscrito, junto con otros docentes del entonces Seminario de los Franciscanos de la Inmaculada (FI), y responsables de la formación, fuimos invitados por el P. Manelli a participar en el evento. El encuentro, duró una jornada entera dividida en dos sesiones, y fue impactante por lo abundante y por la vehemencia de las venenosas acusaciones en contra el padre Manelli.
En retrospectiva, es claro que esas acusaciones, después, fueron desplegadas y desarrolladas gradualmente en la investigación y en la guerra eclesiástica, mediática y judicial, conducida contra el Padre Manelli, una guerra promovida y/o avalada por algunos eclesiásticos (incluso del Vaticano), frailes, laicos, y un sacerdote diocesano algo “tridentino”… En estos 6 años he asistido: a la devastación objetiva de mi Familia Religiosa (Frailes, Hermanas, Laicos), a la persecución (aún en curso) del Padre Fundador y de nuestro carisma FI auténtico, aprobado por el Papa san Juan Pablo II.
El futuro vocacional, el mío y de mis otros hermanos, quienes como yo, defendemos a los Fundadores y su línea, es incierto. A la luz de varios hechos, estoy convencido de que al menos mientras dure este Pontificado, estamos sujetos a monitoreo, obstrucción, persecución, donde sea que vayamos y lo que sea que hagamos o lleguemos a ser. En aquel encuentro del 21 de enero de 2012, aquellos tres frailes italianos nos dijeron, en sustancia, así (soy testigo): «Si no eliminan el latín del Seminario [de aquel entonces, el Seminario Teológico de la Inmaculada Mediadora – STIM] los denunciaremos ante la Congregación (CIVCSVA) [para los Institutos de Vida Consagrada] donde saben que son «modernistas» [o «progresistas»] que os harán ser intervenidos». Y justo así sucedió. No nos plegamos a la amenaza, y vino la visita y la intervención.
Ahora, uno de esos tres padres italianos (mientras tanto, uno de los dos americanos había vuelto a los Menores Conventuales) es el curador principal del «Calendario 2018 de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada» (¿por qué no fue enviado aquí a Ferrara [Italia]?) En cierto sentido es un texto oficial en cuanto a que se especifica que ha sido editado por los Frailes Franciscanos de la Inmaculada «con la bendición y supervisión del Comisario Apostólico, Padre Sabino Ardito, SDB».
Resulta curioso notar que sobre aquel Calendario FI, la carta del Papa Francisco a los Jóvenes (13-enero-2017) va acompañada de una foto de algunos jóvenes en compañía de… ¡Papa Juan Pablo II! Como sea, son muy bellas las fotos y las citas textuales de San Maximiliano Kolbe, del beato Paulo VI y de san Juan Pablo II.
Sin embargo no podemos callar la perplejidad que nos ha causado el artículo del Curador, “Jóvenes, familias, San Maximiliano y los Frailes Franciscanos de la Inmaculada”. Debemos subrayar nuestro cumplimiento del ideal mariano-franciscano del P. Kolbe. Sin embargo, resulta gravísima y sintomática la omisión en contra de nuestros Padres Fundadores, Manelli y Pelletieri, que de hecho no son mencionados. Esto es, ciertamente, indicativo de la damnatio memoriae [condena de la memoria][1] que se quiere implantar entre los nuevos frailes Franciscanos de la Inmaculada (el Curador es uno de los 5 acusadores y críticos de Manelli en el encuentro del 21 de enero de 2012) con el aval y/o bajo la dirección de personajes de la Curia…
En efecto, aquello que era y debería ser nuestro “Voto Mariano de consagración ilimitada a la Inmaculada”, como primer voto constitutivo de los Franciscanos de la Inmaculada, resultó en cambio reducido por el Curador (y por los superiores) a un «cuarto voto (medios masivos de comunicación y misionariedad…)». No se entiende qué significan los puntos suspensivos. Todo eso confirma el programa impuesto desde “arriba”: re-hacernos, o manipularnos, a nosotros FI (carisma, historia, formación, pensamiento y conciencia).
El plan en acción que ya era perceptible en cierto modo en la infame y calumniosa entrevista (Kolbe, no Lefebvre) publicada sobre el número de marzo de 2014 de la revista de Vida Consagrada Testimonios (EDB) que ciertamente no se destaca por un aprecio hacia las realidades “tradicionales” de la vida religiosa …
En resumen, el plan de algunos podía intuirse ya desde hacía tiempo: calumniar, destruir al P. Manelli “identificándolo” ahora con Mons. Lefebvre, con el P. Maciel Degollado, con el Fraile Elías da Cortona… Luego desconectar a los FI de su enfangado Fundador, y vincularlos al P. Kolbe; tratar a los Fundadores de infieles a la Iglesia y al carisma de los Franciscanos de la Inmaculada; negar su carismático aporte (Voto Mariano y pobreza franciscana); conformar nuevos “fundadores” y reprogramar a los Franciscanos de la Inmaculada, tal vez haciéndoles deslizarse lentamente hacia un probable “retorno” a los Conventuales o a otros hermanos Menores.
No olviden que entre las grandes Familias Franciscanas hay en obra un proyecto de unificación (Ver aquí: El Franciscanismo del futuro anunciado por Radio Vaticana). El Curador del Calendario parece incluso muy optimista, convencido de que los Franciscanos de la Inmaculada conservarán, al término de la intervención, sus características fundamentales…
Pero no será así: el Voto Mariano ya fue eliminado, y su naturaleza mariana fue reducida a un, digamos, “ambiente”, a un acto de consagración, pero ya no más como un Voto público y constitutivo. Por no hablar después de la verdadera pobreza franciscana y de la guerra contra las Asociaciones… En resumen, a la luz de estos últimos 6 años, se deduce que ya desde el principio, algunos tenían la intención de destruirnos.
La resistencia, incluso jurídica y judicial, ha hecho más lento el plan, que sin embargo continua. Otro punto doloroso por parte del Curador es, resaltar que la intervención está realizando entre nosotros (FI) una «clarificación doctrinal». Quienes conocen de estos trabajos, saben bien que él es uno de quienes nos han acusado y calumniado de deriva lefebvriana y de traición a la Iglesia y al carisma… En verdad, con honestidad y en conciencia, vemos ahora una deriva y, ciertamente, no en sentido tradicionalista. Por ejemplo, sería interesante sondear la posición de los frailes y de los superiores de los Franciscanos de la Inmaculada ante el caso de la Comunión concedida a los divorciados vueltos a casar que viven “more uxorio”… Quien esto escribe, comparte en cambio los “dubia” de los 4 (ahora 2) Cardenales y de tantos otros Pastores y sacerdotes más o menos conocidos.
En efecto, tememos que quienes han hecho y están haciendo todavía un “discernimiento” sobre nosotros FI, es decir aquellos que quieren “reprogramarnos”, estén de hecho influenciados por al menos alguno de esos principios que constituyeron el implante común del tomismo trascendental de Karl Rahner[2] y de la Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez (1971). Eclesiásticos y operadores eclesiales formados en una mentalidad progresista tal que no pueden sino auspiciar y provocar nuestra destrucción (Ver: «Teología de la Liberación » año 1971. P. Paolo M. Siano). Mientras sean influyentes en la Iglesia, no tenemos salida.
Apelar a los Dicasterios vaticanos parecería inútil. Nuestras Hermanas Franciscanas de la Inmaculada apelaron a la Signatura Apostólica contra la CIVCSVA [Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica] y probablemente les habrían dado la razón y hecho justicia. Pero alguien desde arriba, en vez de respetar el justo curso legal, tal vez solicitando la sentencia de la Signatura, ha bloqueado todo prácticamente. [La Signatura] Ha aceptado la “petición” de la Congregación [CIVCSVA] y ha decretado una nueva Intervención…
Con honestidad y en conciencia ante el Divino Juez, el Dios de Israel, no podemos seguir callando ni asistir mudos y pasivos al triunfo de injusticias y falsedades que verdaderamente claman venganza a Dios. Dios y María Santísima Corredentora, la nueva Ester, nos ayuden a saber sufrir por el bien de la Iglesia. No sabemos qué será de nuestro futuro: ¿Franciscanos de la Inmaculada? ¿Sacerdotes diocesanos? ¿Reducidos al estado laical? Sólo una intervención extraordinaria de la Gracia puede salvarnos. De lo contrario “moriremos” en cuanto a vocaciones, pero con honor, no como traidores. ¡Amén!
P. Paolo M. Siano
[Traducción de Dominus Est. Artículo original]
[1] Damnatio memoriae es una locución latina que significa literalmente «condena de la memoria». Era una práctica de la antigua Roma consistente en, como su propio nombre indica, condenar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte. Cuando el Senado romano decretaba oficialmente la damnatio memoriae, se procedía a eliminar todo cuanto recordara al condenado: imágenes, monumentos, inscripciones, e incluso se llegaba a la prohibición de usar su nombre. Muchos emperadores también se vieron afectados por esta práctica.
[2] Karl Rahner S.J. (Friburgo de Brisgovia, Imperio Alemán, 5 de marzo de 1904 – Innsbruck, Austria, 30 de marzo de 1984) fue uno de los teólogos católicos más conocidos del siglo XX. Su teología influyó al Segundo Concilio Vaticano.1 Su obra Fundamentos de la fe cristiana (Grundkurs des Glaubens), escrita hacia el final de su vida, es su trabajo más desarrollado y sistemático, la mayor parte del cual fue publicado en forma de ensayos teológicos. Rahner había trabajado junto a Yves Congar, Henri de Lubac y Marie-Dominique Chenu, teólogos asociados a una escuela de pensamiento emergente denominada Nouvelle Théologie [Nueva Teología], los elementos de que se había criticado en la encíclica Humani Generis del Papa Pío XII.