Comentando a Marco Tosatti en relación a la Vida Humana, el aborto y la anticoncepción a la luz de algunos de sus artículos recientes. Es asombroso como en estos pocos últimos años en este pontificado nos han querido manipular y cambiar la doctrina. Creo que de seguir así vamos a la autodestrucción total.
«La mayor amenaza para la paz en el mundo es el aborto». (Santa Teresa de Calcuta).
Montse Sanmartí
Hace pocos meses, concretamente en septiembre de 2017, compartimos en Como Vara de Almendro la noticia que Tosatti escribió para la Nuova Bussola Quotidiana. Recordarán que el periódico de la Conferencia Espiscopal Italiana, Avvenire, hablaba de una posible comisión de estudio sobre la Humanae Vitae, para ver si era posible actualizarla. Pues bien. A escasos 4 meses ya tenemos aquí la noticia, y es que «cuando el río suena, agua lleva». Pueden leer el estado gravísimo de las cosas aquí y aquí.
(Quiero recordar que la gran mayoría de anticonceptivos tanto farmacológicos como mecánicos (DIU) que se usan a día de hoy son abortivos, porque impiden la implantación del cigoto en el útero materno en caso de embarazo, siendo este expulsado el día 28 del ciclo.)
Hoy mismo leo en el blog de Marco, Stillum Curiae, la terrible noticia de la que se hace eco. Trato de resumirla en las siguientes líneas:
Lilianne Ploumen, ex ministra holandesa de comercio y cooperación para el desarrollo, ha sido honrada por la Santa Sede con la Medalla de San Gregorio. Este hecho no sería remarcable ni debiera asustarnos si la persona premiada con dicha condecoración estuviera en la línea de pensamiento del magisterio. Pero he ahí lo terrible del caso: Lilianne Ploumen es particularmete activa en la difusión mundial del aborto y de los derechos de las asociaciones LGTB. ¡Como lo leen! En el vídeo afirma que la medalla es «una gran distinción del Vaticano, del Papa!
Curiosamente, hace aproximadamente un año, Donald Trum decidió suspender los fondos para organizaciones que promovieran el aborto en el extranjero. Fue en aquellos días que «la Ploumen» crea la ONG «Ella decide», recaudando más de 300 millones de dólares para la causa del aborto. También en el mes de octubre escribía estas palabras en «The Financial Times»:
«La política regresiva de los Estados Unidos sobre el aborto es una calamidad para los derechos de las mujeres y las niñas y el resto del mundo debe oponerse». (Lilianne Ploumen)
La Orden Ecuestre de San Gregorio fue establecida en septiembre de 1831, sirviendo a la Santa Sede y a la Iglesia Católica Romana. Desde aquí nos preguntamos qué merecimiento hizo «la Ploumen» en favor de la Santa Sede y de la Iglesia Católica Romana a la hora de recibir esta medalla.
Ante estos hechos y otros muchos, como la admisión a la Pontificia Academia para la Vida fundada por Juan Pablo II de personajes que aprueban el aborto, la anticoncepción y la ideología de género entre otras muchas barbaridades, obviando prestar el juramento de defensa de la vida humana querido por Juan Pablo II y el Dr. Jerôme Lejeune, quiero preguntarte, Marco: ¿Qué está pasando con la vida humana? ¿Qué está pasando con el magisterio? ¿Qué está pasando en la Iglesia? ¿Dónde quedaron las palabras de Juan Pablo II y de sus encíclicas en pro de la vida humana? ¿Dónde ha cambiado la moral sexual matrimonial que tan profundamente dejo redactada Pablo VI en la Humanae Vitae, que tantos disgustos le costara y que por fin pudo ver la luz? ¿Qué pensaremos los padres y madres que hemos sido fieles a Dios y hemos tenido los hijos que Dios ha querido enviarnos, estando abiertos a cualquier posibilidad de vida y siendo fieles al magisterio? ¿Cristo no es el mismo ayer, hoy y siempre? ¿Puede Cristo mentir, engañarnos al «permitir» estos giros copernicanos de 180º y a través de «sus ministros» cambiar la doctrina y el magisterio y «donde dije digo, digo Diego»?
Corrígeme, Marco, pero si esto es así, una de dos: o hemos sido engañados desde siempre, o quienes ostentan cargos de relevancia en el Vaticano son unos infiltrados y destructores de la fe y de la Iglesia de Cristo. Entonces estaremos a un paso de ver aprobada dentro de la «Iglesia» la eutanasia, la fecundación in vitro, la homosexualidad, el «matrimonio homosexual» y cualquier depravación que se quiera, porque el «efecto dominó» es una regla física. Si cae una ficha, caen todas, una detrás de la otra.
«Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas». (Salmos 127; 1)
Montse Sanmartí, compartiendo sus pensamientos con Marco Tosatti
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