Stilum Curiae -1 septiembre 2017- Marco Tosatti
El cardenal Müller, previamente prefecto de la Congregación para la Fe y despedido por el Pontífice reinante al término de su primer mandato quinquenal, no estimaba positivamente la comisión de estudio sobre el diaconado femenino, y se negó a ser su representante. Por este encargo ha sido escogido en su lugar el jesuita Ladaria, secretario de la Congregación y sucesor de Müller como Prefecto. La revelación parece confiable: aparece en una entrevista que el sitio austriaco Kath.net ha realizado al prof. Thomas Schirrmacher, un famoso teólogo protestante, secretario general de la Alianza Evangélica Mundial. Es amigo de Müller desde hace mucho tiempo, tiene múltiples contactos en el Vaticano, conoce y ha frecuentado con al Pontífice, además de haber escrito un libro sobre sus visitas al Papa. Ver la información en ingles con sus respectivos comentarios en OnePeterFive.
Es una entrevista interesante, porque enriquece el background de informaciones relativas al gesto extraordinario realizado por el Pontífice con respecto de Müller, y también arroja destellos sobre la compleja personalidad y comportamiento del ex prefecto de la Fe. Schirrmacher cuenta que Ladaria Ferrer S.J., empezó a ayudar al Pontífice desde el 2013 como consejero teológico «el principal consejero teológico del Papa». Por tanto, «es solamente una consecuencia» que Ladaria haya sido elegido como Prefecto. Ladaria y Bergoglio han estudiado juntos, por un cierto período, en Francoforte y Sankt Georgen (el período alemán de Bergoglio, que concluyó sin que consiguiera el doctorado, ni escribiera su tesis).
Schirrmacher explica así mismo, que fue Müller quien rechazó dirigir la comisión de estudio sobre el diaconado femenino. » Müller se negó: lo consideraba como una puerta de ingreso para argumentar las ordenaciones femeninas». Schirrmacher durante el transcurso de la entrevista ha repetido que «el cardenal Müller ha rehusado la comisión sobre el diaconado femenino».
Según Schirrmacher, quien lo culpa, Müller tiene un concepto demasiado alto de la autoridad papal. Esto habría llevado al purpurado alemán a asumir una posición de compromiso sobre el tema de los divorciados vueltos a casar en el interior del grupo lingüístico alemán, del cual el teólogo protestante formaba parte. Y esto ha sucedido por amor de la unidad. «El cardenal Müller era ciertamente muy cuidadoso respecto a la dignidad del oficio papal y a la unidad de la Iglesia y ha estado involucrado-y he tenido en parte experiencia personal de ello- en evitar una escisión en el sínodo. A pesar de las grandes preocupaciones, ha llegado a un compromiso».
En el grupo lingüístico alemán se abrió la fisura que permite al Pontífice el formular de manera ambigua en las notas, la posibilidad para los divorciados vueltos a casar con el primer vínculo aún válido, a acceder a los sacramentos, caso por caso, después de un recorrido. Fue Müller, según fuentes alemanas, quien admitió en el grupo alemán que puedan existir «casos extremos individuales», y consecuentemente la existencia de un recorrido penitencial. Una oposición más clara podría tal vez haber evitado esta laguna. Según Schirrmacher, no obstante, Müller tiene «una concepción muy alta del oficio papal». No olvidemos, sin embargo, que Schirrmacher es un teólogo protestante.
Marco Tosatti
Artículo oroginal Stilum Curiae
Traducido por Montse Sanmartí para Como Vara de Almendro