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¿Corruptos y mafiosos a excomunión? ¡Buena idea, pero que la medida afecte a TODOS los mafiosos!

Nunca en mi vida he tenido que sufrir como católica tantas situaciones, harto seguidas, que provocan en mi persona risa y llanto a la vez. Y creo no ser la única, pues muchos como yo me confiesan estar sufriendo este tipo de  situaciones que provocan, tambien en ellos, sentimientos tan encontrados.

Y es que ayer,  mi marido me comentaba la siguiente noticia:  el Vaticano está estudiando una posible excomunión para los mafiosos y corruptos.  Me pregunté si estábamos en el día de los santos Inocentes, con el mayor respeto hacia ellos. O tal vez, el sinónimo de dicha celebración en Francia, el día del «poisson d’ avril», o día de las inocentadas.

Vamos a ver. No es que me parezca mal que se pueda excomulgar a un mafioso o a un corrupto, y puede, aunque extrañamente, que haya alguno que se dé por enterado y cambie de conducta. Pero resulta que existen muchos tipos de mafias de las cuales nunca se habla en la Iglesia, ya que Francisco siempre se focaliza en enfatizar sobre unas cuantas, obviando las otras. Voy a enumerar algunas de estas que nunca se recuerdan, porque me parece extremadamente necesario traerlas a colación, ya que parece que no entrarían en los «parámetros de mafia» para el Papa, porque jamás he tenido ocasión de escucharle pronunciarse sobre ello.

Si bien es verdad que el pecado del aborto conlleva una excomunión letae sentenciae, dado que se trata de asesinar a un no nacido inocente, acción ésta extremadamente grave,  también la lleva quien promueve y ayuda a un aborto y quien se lucra de él. En torno al aborto también existen otros tipos de mafia de las que nadie habla, y  son muchas: las propias clínicas de abortos, quienes se benefician económicamente de la muerte de estos niños y de la venta posterior de muchos de estos bebés a laboratorios específicos que los usan para «estudios médicos y fines terapéuticos» y para la producción artículos de estética, como cremas de belleza. La de la escandalosa la mafia que hay tras ciertos negocios como el tan conocido de Planned Parenthood, en que se ha  descubrierto que detrás de esta red de clínicas para realizarse abortos, se escondía la trata de blancas con el fin de que las muchachas quedasen embarazadas y pudieran continuar con su asqueroso negocio de abortos. El mismo fin que persiguen las mafias de la pornografía, que incitan a tantas personas a tener relaciones indiscriminadamente, llevando a promiscuidades que no hacen más que producir embarazos que luego terminan en abortos. Y las chicas que entran en esta «tela de araña» de la pornografía, difícilmente pueden salir de ella, porque son extorsionadas, en muchos casos drogadas y dependen de ese «trabajo» para costearse su vida y sus adicciones. ¿No son estas unas mafias bien escandalosas aunque no menos encubiertas y que debieran recordarse y ponerse al mismo nivel que cualquiera de las mafias conocidas? ¿No tendrían que ser más vociferadas y perseguidas precisamente porque sus fines son lucrarse de las vidas, en este caso totalmente indefensas, necesitadas de mayor protección? Por todo esto, creo que Francisco se equivocó al decir que no podemos estar constantemente hablando del aborto. ¿Ignora lo que se esconde tras todo este entramado? Creo que antes de hablar de ciertos temas tan sumamente delicados es preciso conocerlos a fondo y prestarles la atención que se merecen y que sus predecesores sí les prestaron. Es muy bonito hablar del planeta tierra y de su conservación, mientras millones de seres humanos viven esclavos y mueren a causa del millonario negocio de sangre. Les recomiendo ver la siguiente película-documental: Dinero de Sangre. En él se puede conocer la mafia y la corrupción que encierra todo este oscuro mundo.Y es que, ciertamente, estas mafias no salen casi nunca en los periódicos, y sin embargo sesgan más vidas y corrompen más personas por dinero  que la propia  mafia como tal . Tal vez fuera bueno que Francisco también enfatizara más frecuentemente sobre la mafia del aborto y recordara que los católicos que se practican uno, lo promueven o se lucran directa o indirectamente, ya viven en situación de excomunión. Sería bueno excomulgar también, por esta misma razón, a quienes ven en la prostitución y la pornografía, un medio de llenar los bolsillos.

¿Qué pensar, también, de la pederastia? Un pecado que juega con el cuerpo y con el alma de los más pequeños e inocentes, niños que quedarán marcados indefectiblemente y serán, en el mejor de los casos, personas con graves problemas de por vida, sino nuevos pederastas? ¿No merecen ser excomulgados quienes abusan de los menores y ser públicamente y severamente condenados por perpetrar estas acciones?

Aparece justamente estos días una noticia en España, concretamente en Elche. El «señor» (por llamarle de alguna forma) Alejandro Díaz,  representante de las Juventudes Socialistas de la localidad, ha sido encarcelado por poseer material pedófilo. Este hombre es un terrorífico pederasta, un verdadero «monstruo de la casa de los horrores» a tenor de lo que denuncia la misma policía. El propio Cuerpo, informaba  que en repetidas ocasiones tuvo que dejar de examinar las fotografías que se han encontrado en el ordenador de este violador de bebés inocentes, porque jamás vieron tanta maldad y perversión como en este caso, y se les hacía insufrible, comentando  haber llorado al ver el material pornográfico dantesco y las aberraciones de este sujeto hacía criaturas muy pequeñas……..El diario El Mundo se hacía eco de ello.  En el Evengelio, Cristo es muy duro con este tipo de actos, cuando condena el pecado del escándalo hacia los más pequeños con la sentencia que todos recordamos:

«1. Dijo a sus discípulos: «Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen! 2. Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños.»
Lucas, 17 – Bíblia Católica Online

Tampoco se habla desde el Vaticano de excomulgar a aquellos que atenten contra la vida de los enfermos, provocando la eutanasia, otro medio para asesinar impunemente a tantas personas que «son una carga para la sociedad, que ya no producen, cobran pensiones que se pueden ahorrar y ocupan camas que pueden aprovechar personas con esperanza de vida». ¡Vergonzoso! ¿No es todo lo dicho hasta aquí un comportamiento corrupto y mafioso?

Leemos en la noticia que el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral concluye que no se puede maltratar, negar o menoscabar la dignidad de las personas. ¿Considerarán Francisco y sus colaboradores parte del «colectivo mafioso»  a quienes comercian y destruyen con los abusos a bebés y niños, y con los asesinatos de bebés en el seno materno y de personas adultas mediante la eutanasia? ¿Pensarán en poder excomulgarlos también a ellos?

 Un tema que me preocupa mucho es el de la sodomía. Sabemos que es un pecado gravísimo, que se ha convertido en una verdadera plaga en nuestra sociedad, plaga que, lejos de ser exterminada, es aplaudida y bienvenida. Nunca se la condena, siquiera verbalmente, más bien al contrario. Ya dentro de la misma Iglesia, el propio Francisco nos sorprendió con la expresión escandalosa del «Quién soy yo para juzgar», que todos hartamente conocemos y en la que ya no quiero entretenerme.  Pues bien, hasta en los círculos eclesiásticos de muchos obispados, comenzando por el de Roma, vemos como se colocan en puestos relevantes a personajes afines a la sodomía, lugares donde estas personas no debieran poner un pie por vivir en contravía de lo que promueven las asociaciones que gobiernan. Uno de los exponentes más conocidos es el caso de Monseñor Vincenzo Paglia, muy posiblemente homosexual. Él ha sido puesto al frente de la Pontificia Academia para la Vida, cuando sabemos que, precisamente, la sodomía es condenada por Dios justamente por ser contraria a la vida y a la procreación. ¿Qué sentido tiene todo esto? Pura paradoja, diría yo.
Me pregunto por qué no se piensa en esta forma de vida como es la sodomía, como un maltrato y menoscabo de la dignidad humana. ¿Podría acaso la comisión, pensar en que las personas que practican la homosexualidad son susceptibles de merecer la excomunión? El libro del Levítico les castiga con la muerte, y San Pablo les augura la condenación. ¿Por qué no recordárselo excomulgándolos? Pienso que podría ser un acto caritativo, en lugar de preferir alentar dichas relaciones, como ya vimos que diertos prelados expresaron en el Sínodo de la Familia. 
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«13. Si un hombre se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, los dos cometen una infamia y serán castigados con la muerte; caiga su sangre sobre ellos.»
Levítico, 20 – Bíblia Católica Online

«¿Es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis; ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los invertidos, (I Corintios 6, 9)»
– Bíblia Católica Online
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Recuerdan a Milagro Sala, sin lugar a dudas. La actualmente «presa política» defendida por Podemos y que visitó hace un tiempo a Francisco en el Vaticano invitada por él mismo, favorable al cambio de sexo en los niños, extorsionadora y malversadora de fondos, causa, ésta última, por la que cumple condena. Pero ¿conocemos a la verdadera Milagro Sala? Pueden profundizar en la vida mafiosa de esta mujer de la Tupak en el siguiente artículo que les dejará helados. Sin embargo, Francisco no solamente la recibe en el Vaticano para vergüenza de tantas personas que la han tenido que sufrir en sus vidas y las de sus familias. Ahora también le escribe una carta fechada el 5 de mayo pasado, donde le dice que espera que todo se solucione pronto. No ha sido tan benévolo con la cristiana Asia Bibi ni con sus familiares que fueron a verle hace un tiempo a Roma y ni siquiera tuvo el detalle de tener una breve audiencia con ellos en las dependencias vaticanas para prodigarles su apoyo y consuelo. ¿Por qué este doble rasero? Juzguen ustedes mismos. Yo lo tengo clarísimo.

También vemos como la herejía campa a sus anchas en la Iglesia,  y precisamente quienes tendrían que defender cual faros de luz en la tempestad las verdades de nuestra fe, sueltan por sus bocas las más grandes herejías pertinazmente,  por las cuales caen en excomunión latae sententiae. Sin embargo, dichas personas, siguen ostentando, «extrañamente» sus cargos, cuando es patente que sus declaraciones deberían ser castigadas con la excomunión. Por el contrario, continúan en sus puestos, ante el mutismo de quien debiera poner coto a estas situaciones escandalosas.

El caso más reciente, nos lo relataba en nuestra página Antonio José Sánchez Sáez en su artículo del padre Arturo Sosa, Prepósito General de los Jesuitas, que nos sorprendía con las siguientes declaraciones al diario «El Mundo»:

“Desde mi punto de vista, el mal forma parte del misterio de la libertad. Si el ser humano es libre, puede elegir entre el bien y el mal. Los cristianos creemos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto Dios es libre, pero Dios siempre elige hacer el bien porque es todo bondad. Hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal. Los condicionamientos sociales también representan esa figura, ya que hay gente que actúa así porque está en un entorno donde es muy difícil hacer lo contrario”.

También la monja dominica, Sor Lucía Caram, públicamente hizo alarde de que la Virgen María no era virgen, es decir, que tenía relaciones maritales con su castísimo esposo San José. Todo ello fue televisado en una entrevista  dirigida por el popular presentador Risto Mejide. En este caso hubo una reacción de llamada de atención por parte del obispado de Vic,  obispado al que pertenece la desventurada religiosa. Pero jamás se dijo que esta herejía que niega la Virginidad de María, la haya hecho merecedora de excomunión, por el contrario, Francisco le dijo que «siga haciendo lío», pues es un gran admirador de ella y de todo lo que la «monja», proabortista y progay promueve. Ninguna llamada de atención o alusiones a una posible excomunión por parte del Papa ante sus contínuas incoherencias evangélicas.

Otro caso es el del padre Ángel, creador de la ONG Mensajeros por la Paz, de la parroquia de San Antón, en el barrio de Chueca de Madrid, quien concedió una entrevista a la revista Shangay, hablando sobre el «matrimonio homosexual» diciendo que «ha dado mucha paz…….» Dicha entrevista la pueden escuchar aquí. Es escandaloso pero, como siempre,

empezando por su superior directo, el cardenal Osoro, nuevamente,  la callada por respuesta. 

Pondría también un poco el acento en que Bergoglio sólo se enoja y castiga los pecados sociales (como la corrupción, dañar el medio ambiente,etc.) pero no los individuales.

Ante todas estas cosas, me pregunto por qué se debería excomulgar a un mafioso desconocido, (que casi con toda seguridad ni esté enterado o interesado en saber de estas cosas) y no se excomulga a personajes públicos de la Iglesia como Sosa o «la monja Caram», que son espejos en los que se miran multitud de personas católicas, causando así graves estragos en la fe de almas inocentes o faltas de sólida formación.

Entiendo que la excomunión pretende ser ese revulsivo que lleve al pecador a un cambio de vida y que marca una diferencia sustancial: hay pecados mortales de diversas gravedades. Cuando alguien es excomulgado se sobreentiende que su pecado es de una gravedad mucho mayor, y por eso, la pena debe ser mayor también.

Pienso, sin duda, que toda esta comisión está muy favorecida por los nuevos vientos de «cambio» que promueve Francisco. Ciertos pecados parece ser que dejan de ser tan importantes para él, cuando apenas los nombra o lo hace muy por encima. Por el contrario, otros los tiene siempre en su boca. El tema de la mafia o del medio ambiente se han vuelto temas muy asiduos en su hablar cotidiano. De hecho, dedicó su segunda encílcica, la Laudato Si, al tema del respeto por la tierra, hablando de reciclar, de no malgastar energías y apostar por las renovables, del calentamiento global, etc. Sin duda tiene una fuerte creencia de que se cometen graves pecados en estos temas e insta a que nos concienciemos sobre ellos. Estamos ciertos que hemos de respetar y cuidar el planeta que Dios nos ha dado para vivir. Es bueno que procuremos, en la medida de nuestras posibilidades, velar por un mundo más limpio y más sano. De eso no tienen duda ni los más pequeños de la casa, porque las propias escuelas se encargan de enseñarles a reciclar, por ejemplo. Pero eso no significa que pequemos cuando no echamos una caja de cartón en el contenedor azul. Creo que es mucho más importante enfatizar en pecados como el aborto o la pederastia, cosa que añoramos ver en él, tanto en sus palabras como, sobretodo, en sus hechos.

Antes de concluir mi artículo, quisiera reseñar también que creo sería una muy deseable medida, el volver a instaurar la pena de excomunión para los católicos que se asocien a la masonería, ya que desde la última reforma del Código de Derecho Canónico es sólo de pecado mortal. Conociendo bien los fines que dicha Sociedad Secreta persigue, pensamos que es algo que, ineludiblemente, debieran replantearse durante las reuniones en este consistorio.

Ojalá que esta comisión que estudia excomulgar a ciertos fieles corruptos o pertenecientes a algunos colectivos mafiosos, se acuerde de los gravísimos pecados que aquí hemos enumerado y considere también la posiblidad de que quienes los cometan sean dignos de merecer, de modo idéntico que en los casos de la mafia y la camorra,  la propia excomunión.

Montse Sanmartí

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