La intervención de Benedicto XVI se configura como «una renuncia de la renuncia» […] está en juego también una marcha atrás del motu proprio Summorum Pontificum, y está en proceso el estudio de una “misa ecuménica”.
Por Riccardo Cascioli, 20 de Mayo de 2017. La Nuova Bussola Quotidiana.
Si alguno podía tener dudas respecto al significado de la posdata de Benedicto XVI al libro sobre el silencio, del cardenal Robert Sarah (ver aquí), uno de los “golpistas” ha pensado en disiparlas. El liturgista Andrea Grillo, docente en el Pontificio Ateneo San Anselmo, considerado con mucho aprecio en Santa Marta, se ha lanzado de hecho con inaudita violencia contra el cardenal Sarah («incompetente» e «inadecuado») y contra Benedicto XVI, siempre nombrado como Ratzinger u obispo emèrito, y causa del “fracaso” (ver aquí).
Grillo es uno de los personajes clave que trabajan a espaldas del prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal Sarah, con el beneplácito del Papa, para realizar cambios que contradicen la “reforma de la reforma” litúrgica, tan querida para Benedicto XVI y perseguida por el propio cardenal Sarah.
Grillo también está entre quienes desempeñan el trabajo de la comisión – que excluye a cardenal Sarah – encargada de llevar a cabo la discutida y discutible revisión de la traducción de los textos litúrgicos, en abierta contraposición a las disposiciones de la instrucción Liturgia Authenticam. Se trata de un asunto crucial que – como hemos explicado (ver aquí y aquí) – corre el riesgo de cambiar los contenidos mismos de la fe. Pero este no es el único expediente abierto: está en juego también una marcha atrás del motu proprio Summorum Pontificum con el que Benedicto XVI liberó diez años atrás el Rito Antiguo, y el estudio de una “misa ecuménica” (ver aquí) para hacer posible la celebración eucarística en común con los luteranos.
Es una especie de testamento espiritual que evidentemente ha hecho saltar los nervios a cuantos tienen prisa en consolidar los principios cimiento de la “nueva Iglesia” y está claro que Grillo no habla sólo a título personal. De esta manera sale al descubierto impunemente y habla del nombramiento del cardenal Sarah al Culto Divino como «un fracaso», una elección hecha por el papa Francisco en 2014 que para el fin, se ha equivocado en escuchar «la opinión de sus predecesores». Pero para Grillo «Sarah ha mostrado, por años, una incongruencia e incompetencia en el ámbito litúrgico. Sus teorías disparatadas y su rigidez impiden a la oficina de la Congregación desarrollar su trabajo ordinario».
En cuanto a Benedicto XVI, su movimiento – según Grillo – se configura como «una renuncia de la renuncia», «una interferencia grave y una alteración de los equilibrios eclesiales». También en esto se admite todo lo que hemos estado escribiendo desde hace tiempo y que hasta ahora siempre se había negado oficialmente: el movimiento de Benedicto XVI de hecho «es incluso más grave si, entre tanto, se está preparando un inevitable y saludable sustitución al encargo de Prefecto. Una especie de “defensa in extremis” de un Prefecto desafortunadamente depuesto».
La salida de Grillo sorprende hasta cierto punto a quien sigue con atención cuanto está sucediendo en el Vaticano, pero los objetivos del ataque y de la violencia del lenguaje utilizado – que ciertamente no le harán perder prestigio en los medios que importan – que muestran el nivel lamentablemente alcanzado por este electo despliegue de vanguardistas y aspirantes revolucionarios. Y ciertamente no se trata de un caso aislado.
Justo en estos días sale un libro entrevista al cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, en el cual, el coordinador del Consejo de los 9 cardenales que ayudan al papa Francisco en la reforma de la Curia, ataca sin medias tintas al Cardenal Raymond Leo Burke (uno de los cuatro fiirmantes de las Dubia sobre Amoris Laetitia), «un hombre desilusionado», que «quería el poder y lo ha perdido» (ver aquí). Una acusación que claramente se extiende a sus compañeros que han expresado reservas sobre algunos pasajes de la Amoris Laetitia. Pero refiriéndose a Burke, Maradiaga afirma que «su manera de pensar no merece mayores comentarios. Son palabras de un pobre hombre».
Aún si lamentablemente nos estamos acostumbrando a declaraciones del cardenal Maradiaga y no sólo, a intenciones de desacreditar a los cardenales que expresan preocupación por una cierta deriva “protestantizante”, ciertos tonos sarcásticos y despectivos son inauditos. Pero, por lo que podemos ver, esto es sólo el principio.
Traducción de Como Vara de Almendro
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