Nuestro muy estimado hermano en la fe Dr. José Galat:
¡Que la paz de Cristo Resucitado esté siempre en su corazón!
Recibí ayer en mi correo su cariñosa carta y quiero decirle desde ya, que me siento honrada por tenerle entre el círculo de mis amigos. Si alguien, en las redes sociales, esperaba un enfrentamiento o una desavenencia, sepa de antemano, que nada más lejos de mí ni de los que conformamos el equipo de Como Vara de Almendro. Usted sabe más que nadie, mi entrañable don José, lo que lo apreciamos y el agradecimiento que tenemos hacia su programa de Un Café con Galat y hacia su trabajo y el de su equipo en pro de la verdad. También sé que usted nos quiere y eso se nota cuando escribe con tanta caridad y tanto respeto.
Me centraré ahora en contestar su misiva, y creo que la respuesta va a ser bastante esclarecedora. Lo hago en nombre de Don Antonio José Sánchez Sáez, autor del artículo que al parecer ha creado alguna duda, y en nombre del padre Elías y mío propio, pues somos los fundadores de la web y todo lo que en ella se publica siempre pasa por la aprobación de los tres. Yo no soy la directora, somos los tres en bloque.
Comenta usted en su carta:
«Considero muy atinadas varias expresiones a lo largo del artículo, menos cuando su autor afirma: «Por tanto, no son tiempos de seguir a videntes ni de caer en la curiosidad. Todo está en la revelación pública…», de hecho esa parte no la publiqué en mi programa por su inconveniencia y peligrosidad».
Me gustaría aquí remarcar en negritas la parte de «no son tiempos de seguir a videntes» «caer en la curiosidad», porque me consta que eso es algo común en estos momentos, y a eso, claramente, se refiere nuestro querido Antonio. Muchas personas, por el prurito de saber sobre los acontecimientos futuros, van de flor en flor, «siguiendo» indiscriminadamente, inspeccionando todas las revelaciones o supuestas revelaciones privadas, sin discernimiento alguno o sin tener un criterio realmente católico. Me consta que eso es así y lo he visto y vivido en personas muy cercanas. Estas personas se centran en fechas, en eventos predichos, en catástrofes y peligros que acechan a la humanidad, pero tal vez, y digo, tal vez, más que por amor a Dios, por temor a lo que pueda suceder. Más que por reparar las ofensas que pueden causar tantos desastres, se centran en los propios desastres para huir con tiempo y descuidan lo primordial que es estar con las lámparas encendidas, velando y orando, preparando sus vidas para lo que Dios quiera enviarnos, alimentando más el espíritu que la carne. Es decir, descuidan la oración en este tiempo, se dedican en whatsapp a compartir toda clase de revelaciones o supuestas revelaciones, sin discernimiento alguno. Yo he tenido que presenciar personalmente ciertas tensiones en grupos por este motivo. Un vidente o supuesto vidente dice blanco, otro dice negro y otro dice verde. Unos posicionados de un lado, otros posicionados de otro, y otros haciendo elucubraciones varias sobre fechas y sobre si éste o aquel son válidos o falsos. ¿Éste es el espíritu que debe movernos ahora? ¿No es mejor que todos estemos unidos en un mismo pensar y un mismo sentir, cuando sabemos sobradamente, porque de eso no tenemos duda alguna, que Cristo está a las puertas? Creo que esto explica las palabras, tal vez malinterpretadas de Antonio José.
Estoy en total acuerdo con usted cuando nos habla de la revelación privada ya aprobada, La Salette, Lourdes, Fátima, Akita, Kibeho, etc. Todas estas revelaciones han sido y son el complemento a la Revelación Pública y nos han ayudado y nos siguen ayudando a ver con claridad los signos de los tiempos, indudablemente. No obstante, recordemos que para salvarnos ni siquiera la Iglesia nos obliga a creer en dichas apariciones aprobadas, porque no son dogmas de fe. Desde luego, nosotros tres creemos firmemente en ellas, pero cabe recordar aquí que ni tan siquiera la Iglesia obliga a que creamos en ellas para salvarnos, tal y como usted sabe perfectamente. Otra cosa es que uno pueda discernir a la luz del Evangelio y del Magisterio si una cierta revelación pueda o no ser verdadera. Evidentemente que nosotros no pretendemos sofocar la obra del Espíritu Santo, Dios nos libre de ello. Por el contrario, sabemos que el Espíritu de Dios sopla dónde y cómo quiere y no nos toca a nosotros personalmente decir si algún instrumento es o no verdadero. En lo que queremos incidir sobre todo, es en que no usemos de estos instrumentos a la manera de «acertijo cumplido» o de «poner mis espaldas a buen resguardo» sin pensar en lo más importante, que es en vivir en permanente estado de gracia santificante y llevar una vida de santidad para encontrar al Señor cuando Él venga en nuestra búsqueda.
En cuanto a los falsos videntes, le puedo comentar sobre este tema, porque lo he vivido de cerca con bastantes personas. Concretamente me quiero centrar en el caso de Marga, quien parece ser que en sus dos primeros libros tenía una directriz muy clara y cuyos mensajes parecían verdaderos. Después, al redactar el tercer libro, se creó un terrible caos y ha habido posiciones encontradas. Concretamente, en lo que a mí respecta, conozco el caso de un buen sacerdote que estaba en total acuerdo con la visión de los últimos tiempos que compartimos ustedes y nosotros y que, tras leer el último tomo de Marga, cambió por completo y llegó a decirme que no abandonara la Iglesia, que no me fuera, cuando todos bien sabemos que nosotros no la estamos abandonando, sino que quienes lo hacen son los que impugnan el dogma, el Magisterio y la Tradición.
El peligro que podemos correr si seguimos a un vidente a pies juntillas y acríticamente es que si éste, durante el tiempo que duran las supuestas revelaciones, incurre en alguna herejía, en fallos en sus vaticinios o en errores doctrinales, podamos perder el norte, o lo que es peor, la fe. Peor sería incluso que ése vidente fuera falso. El daño ocasionado a las almas sería inconmensurable (tanto más teniendo en cuenta la difusión que pueden tener sus mensajes si se hacen públicos por los mass media) pues serían muchas personas de fe sencilla las que acabarían desencantadas y descreídas cuando las fechas dadas por el vidente de turno no se cumplen. Por supuesto que sabemos que hay videntes auténticos que dieron o dan fechas de castigos y de sucesos que finalmente no ocurrieron porque la penitencia y la reparación de muchos hijos de Dios ha atrasado los sucesos… Pero también hemos comprobado cómo hay videntes no auténticos que basan sus escritos sólo en fechas, sin tener en cuenta el kairós y atendiendo sólo al tempus, lo que suele ser indicio de falsedad. Lo más acertado, en nuestra opinión, es discernir los sucesos, tener los ojos bien abiertos a las pistas que Dios nos da sobre la proximidad o no de determinados eventos. A eso se refiere Antonio con su escrito. No ataca directamente a ningún vidente o instrumento, más bien alerta de los peligros que podemos correr si apoyamos públicamente a videntes que luego caen en errores o en contradicciones. La prudencia es una virtud muy necesaria siempre en el cristiano, pero mucho más si cabe en este fin de los tiempos. Porque si me fío a ciegas de uno de ellos y éste va a la perdición, muy probablemente pueda yo caer en sus errores y arrastrar conmigo a otros muchos, aparte del escándalo para las almas sencillas no formadas en la fe. No sería el primer caso.
Querido Dr. Galat. Nosotros también hemos estudiado a fondo las profecías y revelaciones privadas. Es más, nos hemos apoyado en ellas para entender mejor el crítico momento de apostasía general que está viviendo la Iglesia, que está entrando en el fin de los tiempos, en su Pasión final. Hemos leído los libros de Rafael Arango donde recopila estas profecías del fin y nos parecen fundamentales para saber ubicarse y actuar en los momentos presentes. Así, Ana Catalina Emmerick, San Juan Bosco, Ana María Taigi, padre Stefano Gobbi, San Vicente Ferrer, San Maximiliano Kolbe, Martha Robin, Bruno Cornacchiola, Antonio Ruffini, Santa Hildegarda, Isabel Canori Mora, Madame Royer, María Julia Jahenny, Berta Petit, Helena Aiello, Teresa Musco, Padre Pío, y tantos y tantos hombres y mujeres que recibieron el don de profecía deben ser consultados y leídos siempre. Nosotros lo hemos hecho y nos han ayudado muchísimo. Pero nos parece tan peligroso el momento actual que nos sentimos en el deber de llamar a la prudencia respecto a los videntes actuales: Cristo mismo nos advirtió de que en el fin de los tiempos se levantarían muchos falsos profetas. Y basta un paseo por Internet para ver la inflación de videntes por todos sitios, lo que demuestra que esa advertencia de Cristo se está cumpliendo. Es mucho más comprometido y complejo, pues, en este momento final de la historia, discernir correctamente la revelación privada. Las personas con mucho discernimiento y formación pueden hacerlo, invocando al Espíritu Santo y confrontando siempre sus mensajes con la Escritura y el Magisterio de la Iglesia. Pero, ¡cuántas almas sencillas, por este morbo o curiosidad de conocer no distinguen entre un vidente auténtico y uno falso, como Conchiglia o Bongiovanni! De ahí el llamamiento al cuidado que hacía nuestro hermano Antonio. O se tiene mucho discernimiento o mejor no prestarles atención a estos videntes que pululan por Internet, que, además, suelen llevar una vida alejada de toda discreción…
Por supuesto, apoyamos todas las apariciones marianas auténticas (muchas declaradas por la Iglesia y otras aún no, como Garabandal, Prado Nuevo, Unbe, etc.), ya que estamos consagrados a la Virgen María y nadie mejor que Ella, como buena Madre, para advertirnos, como viene haciendo desde hace casi 200 años, de la gran apostasía, del ataque a la Eucaristía, del Anticristo o del falso profeta. Es esencial conocer estos mensajes marianos para saber lo que está ocurriendo ahora mismo en la Iglesia, y sello del católico fiel.
Nosotros no tenemos temor alguno a ser juzgados por el mundo. Le hablo en primera persona, porque lo he vivido. Hace algunos meses, por todo lo que escribo en esta página, fui echada de la parroquia de la Medalla Milagrosa en Barcelona, donde dirigía el Museo de la Vida. El párroco me dijo que si no retiraba todos mis escritos de la web, hiciera el favor de no volver más porque estaba fuera de la Iglesia, porque, según él, yo era una hereje y una cismática. Evidentemente que no los retiré y no he vuelto a pisar esta parroquia. Se están cumpliendo en nosotros ya las palabras de Cristo: os echaran de las sinagogas…..
Me habla de Agustín del Divino Corazón. Hasta donde sé, todos sus escritos están avalados por obispos tanto de Manizales como de Perú, pues no contienen nada contrario a la fe ni al dogma. Yo tengo muchos de sus libros, precisamente por dichas aprobaciones. Justamente, Agustín cita mucho una frase que viene bien traer aquí: «No busquéis novedades de aquí para allá por el prurito de saber. La novedad está en el sagrario».
Creo haber contestado a sus dudas. Reitero mi cariño hacia usted, tanto por su sabiduría, como por la edad, ya que ambas son un grado que yo no poseo. Desde mi pequeñez he tratado de resolver este mal entendido, que en ningún caso creo que tenga que ver en nada con la labor que tan maravillosamente siempre desarrolla Un Café con Galat y Rafael Arango, quienes nos son tan queridos, a los que tanto seguimos desde hace años, y cuya voz profética ha sido guía espiritual para nosotros en este fin de los tiempos que gran parte de la Iglesia no quiere ver. Su labor es totalmente encomiable en estos momentos, siendo luz en las tinieblas y la apoyamos completamente. Sé de sobras que su carta está escrita con el celo por Dios del que habla, lo noté desde un principio. Espero que usted denote en la mía ese mismo celo y deseo de la salvación de nuestros hermanos.
En estos tiempos es muy importante unirnos, no dispersarnos. El Demonio, el que divide, es listo como espíritu angélico que es y buscará cualquier fisura entre el resto fiel para dividirlo. Pero el Enemigo no hallará en nosotros pábulo alguno para ello. En las familias que se aman también hay puntos de vista a veces un tanto diferentes, pero en definitiva se quieren y se entienden en lo fundamental. No permitamos que el maligno siembre la cizaña entre nosotros, más bien, que pueda decirse de nosotros la hermosa sentencia que Cristo nos dejó: ¡¡¡VED CÓMO SE AMAN!!!!
Desde España, con todo nuestro afecto y unidos en comunión con Cristo Eucaristía y María Santísima.
Montse Sanmartí
Padre Elías
Antonio José Sánchez Sáez
A 21 abril 2017
Pueden acceder a la carta que nos escribió el Dr. José Galat en el siguiente enlace: Carta al equipo de Como Vara de Almendro. Dr. José Galat.
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El problema es ser borregón e idiota y no ver lo que hace ya el clero Demoledor bergogliano cagado de masonismo, marxismo, sionismo, y todo los ismos posmodernos degenerados que se tercien y con los que haya que acostarse QUE ALUCINÓ el tal Juan XXIII.... que igual tampoco era Papa crístico, pues conspiraron contra el tal tradicional Siri que habría ganado, para elevar al masonil buenista Roncalli.... De hecho ya por sus palabras anulando la consagración y la transubstantación de la forma sagrada de Cristo en el pan.
Los videntes y cismaticos alucinados son eso, y el evangelio nos avisó que en los ultimos tiempos tuvieramos cuidado con ellos. El E.S. comunicando y mostrando cosas es otro clave asunto, y para eso hay que estar en Gracia, y seguir los caminos Divini que hay, duros y estrechos. Los perros bergoglianos clericalones apostatas y laicos AGOs son otra miseria clara. THE END .