Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar aquellas que puedo y la sabiduría para conocer la diferencia.
Oh Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, como debo decirlo, lo que debo callar, lo que debo escribir, como debo de obrar para procurar vuestra Gloria, el bien de las almas y mi propia santificación.
Espíritu Santo ilumina mi entendimiento y fortifica mi voluntad. Señor dame el balance divino en mi vida.
Gloria a ti Señor.
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