En el marco del centenario de las apariciones de Fátima, sería de gran interés el profundizar un poco más de lo que hayamos hecho hasta ahora en el mensaje profético de dichas revelaciones.
Cada vez estoy más convencida del plan de Dios que se manifiesta, en infinidad de ocasiones, mediante coincidencias aparentes, ya sea de fechas o de similitudes que se repiten a lo largo de la historia. Por eso me voy a centrar en la parte importantísima del Mensaje de Fátima, dada por la Santísima Virgen María a los tres pastorcillos, precisamente, a esa parte que hace referencia a la familia, la célula viva de la sociedad, y que está siendo tan atacada en estos momentos, tanto en el ámbito social, donde se promueven leyes y conceptos contrarios a la familia, como desde dentro mismo del seno de la Iglesia, con la promulgación y aceptación clamorosa de la Exhortación Amoris Laetitia por parte de un nutrido segmento de prelados. Y es que hace 100 años, justamente, Fátima fue claro exponente de un mensaje explícito en torno a la importancia de la familia.
Retrocedamos, pues, 100 años, concretamente al 13 octubre de 1917, fecha del Milagro que ya había predicho la Santísima Virgen María, donde la multitud presenció, atónit
En primer lugar, San José apareció inscrito en el sol, con el Niño Jesús y Nuestra Señora del Rosario. Era la Sagrada Familia. San José vestía de blanco, y el Niño Jesús en rojo claro. San José bendijo a la multitud, haciendo la señal de la cruz tres veces. El Niño Jesús hizo lo mismo.
En segundo lugar, se pudo contemplar a la Virgen de los Dolores y a Jesús abrumado de tristeza camino del Calvario. Nuestro Señor hizo la señal de la cruz para bendecir al pueblo.
Por último, Nuestra Señora del Carmen, coronada Reina de los cielos y la tierra, apareció en una visión gloriosa con el Niño Jesús cerca de su corazón. La Virgen vestía en la forma tradicional de la Virgen del Carmen tal y como se le apareció a San Simon Stock, que era, curiosamente, con vestido blanco y manto azul.
Me gustaría, sin embargo, centrarme en la primera parte de la visión, donde se pudo apreciar a la Sagrada Familia. Éste es, sin duda, un signo muy a tener en cuenta en el momento histórico que estamos viviendo, por lo dicho más arriba, y vendría a corroborar, por la fecha del aniversario, que la Virgen María nos quería advertir sobre el peligro que se cernía sobre la familia y como a los 100 años exactos de sus proféticas palabras, sería atacada incluso por aquellos que deberían defenderla como algo sagrado, bendecido y amado por Dios. Éste es, sin duda, un regalo de nuestra Madre celestial, para discernir en qué punto se encuentra la Iglesia al aprobar el adulterio y la comunión a los adúlteros sin arrepentimiento. Sobre este tema, es muy importante la carta que Sor Lucía escribió al Cardenal Carlo Caffarra. Lo cuenta él mismo, en una entrevista concedida a La Voce di Padre Pio (marzo 2015). El purpurado tuvo el encargo de Juan Pablo II de idear y fundar el Instituto Pontificio para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, del que es hoy profesor emérito.
“Al inicio de este trabajo – explica Caffarra – escribí a sor Lucía de Fátima, a través del obispo, porque directamente no se podía hacer. Inexplicablemente, aunque no esperaba una respuesta, porque le pedía sólo oraciones, me llegó a los pocos días una larguísima carta autógrafa – ahora en los archivos del Instituto”.
En esa carta de sor Lucía está escrito que «el enfrentamiento final entre el Señor y el reino de Satanás será sobre la familia y sobre el matrimonio». “No tenga miedo, añadía, porque quien trabaje por la santidad del matrimonio y de la familia será siempre combatido y odiado de todas formas, porque este es el punto decisivo”.
La hermana Lucía, sostenía que» la Virgen ya ha aplastado la cabeza a Satanás». Prosigue Monseñor Caffarra , coincidiendo con Juan Pablo II, que «éste es el nudo, por el cual se toca la columna que sostiene la Creación, la verdad sobre la relación entre el hombre y la mujer y entre las generaciones. Si se toca la columna central cae todo el edificio, y ésto ahora lo vemos, porque estamos en este momento y lo sabemos».
Estas palabras del Cardenal Caffarra, fueron pronunciadas, justamente, después de la aparición de la Exhortación Amoris Laetitia, y serían, por tanto, el cumplimiento profético de una parte importante del Mensaje de Fátima, donde la Virgen exhorta a los matrimonios a vivir como Dios exige de su estado.
Nos dice Sor Lucía en el libro «Llamadas del Mensaje de Fátima» (Ed. Secretariado dos Pastorinhos), en la decimosexta llamada del Mensaje que ella titula «Llamada a la santificación de la familia», de la cual hago un extracto:
«El divino Creador quiso así confiar a la familia una misión sagrada, que hace de dos seres uno solo, una unidad tal que entre ellos no admita separación. Es de esta unión de la que Dios quiere hacer germinar otros seres, como de las plantas hace germinar las flores y los frutos. Dios estableció el Matrimonio como vínculo indisoluble. Una vez recibido el sacramento del Matrimonio, la unión entre los dos es definitiva y no admite división; es indisoluble en tanto los dos vivieren. Así lo hizo y lo determinó Dios».
«Una casa debe ser como un jardín, donde se abren nuevos capullos de rosa, que traen al mundo la frescura de la inocencia, la mirada pura y confiada en la vida y la sonrisa de la juventud alegre y cándida. Sólo así es como Dios se complace en su obra creadora, la bendice y sobre ella reposa su mirada de padre. Proceder de otro modo es desviar la obra de Dios de su fin, es transformar los planes de Dios, y es no cumplir, y faltar a la misión que Dios les confió. Por eso, en el Mensaje de Fátima, Dios nos llama a volver nuestros ojos a la Familia de Nazareth donde Él quiso santificarse, para presentarnos un modelo a imitar en nuestros pasos de peregrinos que caminan de la tierra hacia el Cielo».
Queridos lectores, pienso que el Mensaje que nos transmite sor Lucía es nítido y transparente. No creo que requiera de más explicaciones. El sacramento del Matrimonio es atacado de raíz y también los fines del mismo, incluyendo a Francisco que sostiene que en ciertos casos es lícito que los adúlteros convivan maritalmente, además de darles la oportunidad de recibir la Eucaristía, al tiempo que, con sus gestos y palabras apoya comportamientos antinatalistas y prohomosexuales.
En la misma línea, es momento de recordar una frase que la Virgen diera a la beata Jacinta:
«Muchos matrimonios no son buenos, no agradan a Nuestro Señor y no son de Dios». (Hay muchos matrimonios civiles y otros que, aun siendo canónicos contravienen los mandamientos queridos por Dios para el sacramento).
Es el momento, apreciados amigos, de hacer un balance. Es el momento de hacer un alto en el camino y pensar si es casual todo lo que se está desplegando ante nuestros ojos. Monseñor Caffarra es uno de los señalados precisamente por las palabras de la propia sor Lucía, cuando le dice que no tenga miedo, pues todos aquellos que defiendan el matrimonio y la familia serán odiados y perseguidos de todas formas. Recordemos que Caffarra es uno de los 4 cardenales que junto a Burke, Meisner y Brandmüller presentó las Dubia a Francisco. Y ya sabemos lo que ha sucedido después y que ha venido a confirmar el injusto proceder de Bergoglio, especialmente contra la figura de Monseñor Burke, siendo «castigado» por segunda vez sin razón alguna, dando cumplimiento a las afirmaciones de la propia carmelita. Por tanto, los 4 Cardenales que presentaron las Dubia muestran que se cumple dicha sentencia ya que han sido ignorados, calumniados y perseguidos, precisamente, por quien se sienta en la silla de Pedro y por aquellos que le rinden obediencia. De modo similar, pienso que esas palabras de sor Lucía podemos aplicarlas también a nuestras personas, cuando tratamos de mantenernos fieles a la verdad. Que no temamos ser apartados, que no temamos ser ninguneados, odiados y perseguidos. Ésa es, precisamente, la prueba de que nos hallamos en el camino correcto, y, en palabras de la propia sor Lucía, no debemos temer si así nos sucede. La Madre de Dios, como no podía ser de otro modo, da el mismo mensaje que su amado Hijo, quien ya nos advirtió en el Evangelio:
Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. (Mt. 10;22)
Nuestra Señora de Fátima, ruega por nosotros y en éste, tu centenario, te pedimos la perseverancia en nuestra fe y la audacia para compartirla sin temor para gloria de Dios.
Montse Sanmartí
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Hola tengo una amiga que a abortado 2 veces y dice que le dan ganas de suicidarse. Por favor como se le puede ayudar
Sí, naturalmente. Puede escribirme a mi correo personal y ahí nos ponemos de acuerdo. Puede hacerlo escribiendo a montse.sanmarti@comovaradealmendro.es
Gustosamente tratamos de ver en qué manera se la puede ayudar. Depende de dónde viva, podemos ayudar online.
Gracias y oramos desde ahora por su amiga.
Un abrazo.
Yo creo que estas cosas que están pasando con nuestro Santo padre, no son para que le tengamos resentimientos o lo miremos con malos ojos, sino que pongamos nuestra mirada y nuestros corazones en que debemos de convertirnos de verdad en la Verdad que es Jesucristo y que El mismo nos da guías para nuestra salvación, avisos. Lo que está pasando es lo que pasó con judas iscariote que Dios en sus designios desde las eternidad, ya lo tenía previsto y que ahora lo que está pasando es también para que se cumplan las escrituras que son sus designios, Su Palabra.
José Luis, creo que no se trata de resentimientos de parte nuestra. Simplemente en esta página brindamos a las personas la posibilidad de ver lo que está aconteciendo actualmente en la Iglesia con muchas de las palabras y acciones del Papa Francisco, y confrontarlo con el Magisterio y la Palabra de Dios. Estamos de acuerdo que lo que está pasando ahora es para que se cumplan los designios de Dios pero eso no significa callar. Una cosa es que Dios conoce el futuro en su condición de Dios y otra que creamos en el determinismo.
Padre estoy totalmente de acuerdo con ud. y claro que no hay que callar hay que hablar la verdad de acuerdo con la Palabra de Dios cada quien en su ámbito y cuando se ofrezca con quien sea con el debido respeto; hay que ponernos el saco y mirar lo que estamos haciendo, reflexionar, para ver si es una verdadera conversión si no, hay que hacerla a la voz de ya, pedirle a Dios que nos de la Gracia de abrir los ojos a Su Verdad.
No quiero dejar pasar el pedir perdón por haberme expresado mal al utilizar la palabra resentimientos, perdón de nuevo pero no lo hice de mala fe.
Así es. Pero fundamentalmente hay que orar por él y por todos los pastores ciegos que tenemos en este momento. Con lo que hay que tener que cuidado es con no caer en el "sedevacantismo", porque si lo hacemos ya tenemos que llegar al Comcilio Vaticano ll, una de las infiltraciones demoníacas más grandes que ha conocido nuestra Santa Iglesia, sobre la que de todos modos, "las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella". Yo es que a Bergoglio prefiero hasta ignorarlo (no confundir con la táctica del avestruz), para no caer en desobediencia. Bendiciones.
*con lo que hay que tener cuidado, no "que cuidado". Disculpad.
Estimada Ángeles: creo que se confunde si piensa que somos sedevacandistas o que nuestra postura roza el sedevacantismo. Nada más lejos de la realidad. Si vista la sección "Quiénes somos" podrá constatar que somos fieles al C.V.II, y por ende, a los papas que después de dicho concilio se han mantenido fieles. Cosa distinta es creer y afirmar que todo lo que diga Francisco es palabra de Dios, cuando vemos que muchas veces es todo lo contrario. Estamos en una encrucijada difícil, pero no pensamos que estemos en absoluto en sede vacante, amiga.
Dios la bendiga.
No Monserrat. En ningún momento he dicho que vosotros seáis sedevacantistas, en modo alguno, ni mucho menos. Para empezar porque recién pillo la página, que por cierto me ha parecido muy interesante, y habiendo leído sólo ésta entrada, de ninguna manera me ha dado esa pauta. Lo he dicho en forma generalizada, y no por vosotros, sino porque sí que es cierto que con este papa que nos ha tocado, no es nada difícil caer en ello. En lo personal, como católica, apostólica, romana, no quiero caer en desobediencia, pero confieso que me es muy difícil, teniendo en cuenta que yo sí que no estoy para nada de acuerdo con el Concilio Vaticano ll. Pero por supuesto tampoco creo que estemos en "sedevacantismo", sino en infiltración masónico-diabólica pura y dura, traducida en las herejías más aberrantes de las que somos víctimas. Un placer leerla. Me seguiré adentrando en tan interesante página. Abrazo y bendiciones.