Por Antonio Socci
El drama de la enigmática “renuncia” de Benedicto XVI, con el tiempo, se agiganta. Lo confirma el clamor suscitado, en la red, a partir de la explosiva entrevista del arzobispo de Ferrara, Mons. Luigi Negri.
Sus palabras acerca de las “enormes presiones”a las que fue sometido el papa, hasta su “renuncia”, han suscitado un interés tal para ser ampliamente retomado, comentado y relanzado por el famoso sitio “Breitbart”, cercano a Steve Bannon y al nuevo presidente Trump.
MISTERIO GRAVISIMO
¿Pero qué ha dicho precisamente el arzobispo? A la víspera de su retiro, trazando un cuadro sobre la situación de la Iglesia, Mons. Negri, le ha recordado al diario por internet “Rimini2.0”, su relación de “fuerte amistad” con Joseph Ratzinger y – después de varias consideraciones – ha declarado textualmente sobre la “renuncia”
del papa Benedicto:
“Se trató de una acción inaudita. En nuestros últimos encuentros lo he visto muy debilitado físicamente, pero muy lúcido de pensamiento. Tengo poco conocimiento – por fortuna – de los hechos de la Curia romana, pero estoy seguro de que un día surgirán graves responsabilidades dentro y fuera del Vaticano.
Benedicto XVI ha sufrido presiones enormes. No es un caso que en América, incluso sobre la base de lo que ha sido publicado por Wikileaks, algunos grupos de católicos han pedido al presidente Trump que abra una comisión de investigación para averiguar si la administración de Barack Obama ejerció presiones sobre Benedicto. Queda por ahora un misterio muy grave, pero estoy seguro que las responsabilidades saldrán”.
Inmediatamente llegó una llamada de atención firmada por Andrés Tornielli, coordinador de “Vatican Insider” al que Giuseppe Rusconi define como “uno de los sitios privilegiados por Santa Marta para la difusión de información delicada en tiempo rápido”.
CENSORES
Tornielli – con el tono severo que por sí solo se adquiere como autoridad eclesiástica de vigilancia – ha castigado al arzobispo por sus declaraciones y ha ligado al arzobispo a presuntos “organizadores de un complot, quiene ve justo en estas presiones un condicionamiento que haría inválida la misma renuncia. Y aquello que permite” a
muchos “el considerar todavía a Ratzinger como el ‘verdadero Papa’, incluso si el arzobispo de Ferrara, en la entrevista mencionada, no llega a estas conclusiones”.
Tornielli en cambio llega incluso a criticar a Benedicto XVI: “Queda abierta la pregunta en cuanto a algunas elecciones personales, y nunca codificadas por escrito, hechas por Benedicto XVI – como aquella de conservar el hábito blanco y el nombre papal, así como la elección de la figura de Emérito – que han alimentado involuntariamente a los seguidores de la teoría de los dos Papas, desvirtuada después en la teoría del Papa que renuncia por estar bajo chantaje”.
Las enigmáticas decisiones de Benedicto XVI – que en efecto son del todo inéditas en la historia de la Iglesia – no suscitan en el periodista la curiosidad de averiguar el motivo, sino que le provocan sólo decepción (probablemente justo en la corte bergogliana). Tornielli escribe después que el “thriller de ficción” acerca de las presiones “va de la mano con otras afirmaciones por ciertas notas aún más graves, la teoría del ‘papado compartido’ y sobre el ‘ministerio petrino’ administrado por ambos. Teorías que en los últimos años han acumulado algunos partidarios”. Se refiere – sin nombrarlo – al secretario de Benedicto XVI, mons. Georg Gaenswein y al prefecto del ex Santo Oficio, card. Müller quien ha retomado su tesis sobre “dos papas legítimos vivos”.
AÚN PAPA
También en este caso Tornielli en vez de mantener periodísticamente interesantes estas declaraciones, las juzga “graves”, como si él fuera el jefe del Santo Oficio, y evita preguntarse por qué dos personalidades así de cercanas a Benedicto XVI – y con funciones alguna vez muy importantes – han insinuado que Benedicto esté aún
desempeñando el ministerio petrino.
Algo que por otro lado se confirma en las palabras pronunciadas por Benedicto XVI en su última audiencia, el 27 de febrero de 2013, a propósito de su ministerio petrino: “el ‘siempre’ es también un ‘para siempre’ – ya no hay un volver a lo privado. Mi decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca esto”.
Benedicto XVI no habló de “renuncia al papado”, sino de “renuncia “al ejercicio activo del ministerio”. Un buen periodista, sumando estas palabras a la elección de Benedicto XVI de continuar teniendo el título de papa y junto a las “graves” declaraciones de personalidades así de cercanas a Benedicto XVI, entendería mejor aquello que después el mismo papa emérito afirmó públicamente sobre la espontaneidad de su “renuncia”.
En todo caso ayudando a Tornielli – contra mons. Negri – han salido a escena otros dos nombres importantes en el entorno bergogliano: el padre Federico Lombardi (ya portavoz papal) y Luis Badilla (director del sitio “Il Simografo”).
En cambio Ettore Gotti Tedeschi, a quien Benedicto XVI estimaba tanto hasta llamarlo a dirigir el IOR (Banco Vaticano), en una entrevista para “Intelligonews”, ha defendido a mons. Negri, añadiendo su interesante análisis:
“El complot parece ser americano sólo porque ellos han tenido la dirección del Nuevo Orden Mundial. Vea, el complot, si así podemos llamarlo, fue orientado a buscar resolver algunos problemas causados por el fracaso del famoso Nuevo Orden Mundial de los años 70’s, gnóstico neomalthusiano y ambientalista. Este proyecto de un Nuevo Orden, declaradamente, daba preferencia (entre otras cosas) a la relativización de las creencias religiosas más dogmáticas y abiertamente demostró de repudiar tanto la fe católica hasta hacer declarar públicamente – y por los máximos responsables de la ONU, OMS… – que la ética cristiana ya no podía ser aplicada y que debía exigirse el sincretismo religioso para crear una nueva religión universal (también gracias a los procesos de inmigración).
Además el presidente de Estados Unidos, Obama, en el 2009 declaró personalmente que, siendo la salud un bien psico-bio-social, se debía dar camino libre al aborto sin restricciones, eutanasia debido a limitaciones en la cura, y negación al derecho de conciencia. “Y bien” – concluye Gotti Tedeschi “no es difícil comprender que, en este contexto de repudio a la fe católica, el Papa, máxima autoridad moral en el mundo, pudiera volverse objeto de atención sobre su disponibilidad o menos a querer ‘comprender las exigencias del mundo global’.
El Papa Benedicto XVI en cambio, insistía en volver a proponer el problema antropológico según la visión católica (ergo el hombre criatura de Dios creador), combatía el relativismo llevando a Dios al centro del debate cultural, sobre todo eliminando las distancias entre fe y razón, y afirmaba la exigencia de volver a evangelizar, explicando que el fracaso de la civilización occidental se debió al rechazo al catolicismo, etc. “¿Cómo maravillarse”, se pregunta el banquero católico, “que un tal Paparestaurador no debiera ser considerado ‘fuera de juego’?”.
Antonio Socci
En “Libero”, 12 marzo de 2017
Traducción de Como Vara de Almendro
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