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El Card. Cupich está equivocado: El Sínodo de los Padres sí rechazó la Comunión a adúlteros

 

Publicado por Edward Pentin

Los críticos dicen que, afirmar que dos terceras partes del sínodo de los padres apoyó la propuesta es ciertamente muy engañoso.

El cardenal Blase Cupich de Chicago respondió algunas preguntas hechas por reporteros después de que el papa Francisco lo elevó al Colegio de Cardenales el sábado.

Una pregunta que le hice fue en relación a la Dubia, las cinco dudas sobre Amoris Laetitia que cuatro cardenales le han enviado al Papa para determinar si algunos de los más controvertidos pasajes son consistentes con las enseñanzas de la Iglesia.

A pesar de que las preguntas de la Dubia piden una simple respuesta de “sí” o “no” sobre si las enseñanzas magisteriales anteriores, particularmente las de San Juan Pablo II, son aún válidas a la luz de estas afirmaciones, el Santo Padre ha decidido no responder, ni siquiera ha requerido encontrarse con los cardenales para discutir en particular sus preocupaciones.

Aquí la pregunta y la respuesta:

Pregunta: El Santo Padre habló hoy [durante su homilia en el consistorio para nuevos cardenales] sobre la importancia de no excluir a las personas. Él habla mucho acerca de la importancia del diálogo y del encuentro. La gente sin embargo se pregunta por qué, por ejemplo, el papa no saldrá al encuentro de los cuatro cardenales que escribieron la Dubia. Dicen que no hay congruencia en esto: el papa habla mucho acerca de la inclusión pero no parece aplicarla a aquellos que son tal vez críticos de él, que él no encuentra o dialoga con ellos. ¿Qué dice a esto? ¿Es esto una preocupación suya?

Card. Cupich: Bueno, supongo que esa es una pregunta que el Santo Padre tendría que responder. Sólo sé que las dudas que están ahí, que fueron expresadas, no son mis dudas, y creo que no son las dudas de la Iglesia universal. El documento sobre el que tienen dudas es el fruto de dos sínodos, y el fruto de propuestas por las que votaron dos terceras partes de los obispos que estuvieron ahí. Se trata de una exhortación apostólica post sinodal, por lo que se mantiene al mismo nivel de todas las otras exhortaciones apostólicas post sinodales, como un documento magisterial.

Creo que si ustedes comienzan a cuestionar la legitimidad de lo que está dicho en un documento tal, ¿están poniendo en duda entonces todos los otros documentos que se han emitido antes por otros papas? Así que pienso que en realidad no le corresponde al papa responder a eso. Creo que es momento para que cualquiera que tenga dudas examine cómo es que han llegado a esa postura porque se trata de un documento magisterial de la Iglesia. Hay quienes tuvieron problemas con declaraciones papales y con varios documentos de la Santa Sede anteriormente. Creo que es importante, y el Santo Padre dijo al principio del sínodo, que esto va a requerir de conversión de parte de todos nosotros, cuestionarnos a nosotros mismos, para decir: ¿Qué es lo que la Iglesia enseña en esto, que tal vez yo deba cambiar en lugar de decir que el Santo Padre debe cambiar, o que la Iglesia debe de cambiar? Así que no se trata de un documento salido del papa por él mismo, sino que se sostiene como parte de un proceso sinodal que se ha mantenido por un cierto número de años. [FIN DE RESPUESTA]

A manera de seguimiento, he dicho que, de acuerdo a los autores de la Dubia, el problema es que su ambigüedad está causando diferentes interpretaciones del texto, el cual dicen ellos, está llevando a la confusión y a la división. El card. Cupich, unos de los varios padres sinodales, escogido por el papa Francisco en lugar de ser elegido por los obispos de su país, para asistir al Sínodo del año pasado, respondió refiriéndose a la más reciente entrevista del papa por Avvenire en la cual Francisco dijo: “Algunos – pensando en las respuestas a Amoris Laetitia – continúan en no entender” y creen que “es blanco o negro, incluso si en el fluir de la vida debes discernir”.

“La vida está llena de ambigüedades”, dijo el card. Cupich, pero “la cuestión importante es traer una actitud de discernimiento a una situación”. Se refirió entonces a un “maravilloso artículo” del profesor Rocco Buttiglione en L’Osservatore Romano hace algunos meses, “quien situó históricamente aquel documento en términos del desarrollo contínuo de la enseñanza de la Iglesia”. (El ensayo del profesor Buttiglione ha sido refutado desde entonces).

Y terminó diciendo que “hay suficientes voces allá afuera ante las que el Santo Padre no tiene, en ningún modo, por qué defender un documento magisterial de la Iglesia. Queda en aquellos que tengan dudas y preguntas el tener una conversión en sus vidas”.

Los temas polémicos nunca se desvanecieron, pero los defensores de la Dubia alegan que el comentario del card. Cupich de que las polémicas propuestas a revisión “tuvieron el voto de las dos terceras partes de los obispos” es especialmente problemático. A menudo se olvida, señalan, que a pesar de los agotadores esfuerzos del secretariado del Sínodo y de otros para manipular y empujar a los padres del sínodo a que aceptaran las propuestas más polémicas (propuestas detalladas en mi libro ¿El montaje de un Sínodo Vaticano?), ninguna de las más controvertidas logró obtener una mayoría de dos terceras partes durante el primer Sínodo Extraordinario sobre la Familia, en Octubre de 2014.

Una de ellas fue un planteamiento ligado a la “propuesta de Kasper” de admitir a la Comunión a los divorciados vueltos a casar después de un período de penitencia. Pero esto no pasó de una mera propuesta haciendo un llamado a “una reflexión cuidadosa y a un acompañamiento respetuoso” logradas por los divorciados vueltos a casar.

A pesar de esto, el Papa generó una fuerte polémica, al insistir en que las tres propuestas rechazadas se mantuvieran en el documento final de la primera parte del sínodo, autoritariamente, lo cual puede hacer, permitiendo de este modo que se incluyeran en el documento de trabajo para el Sínodo Ordinario sobre la Familia al año siguiente.

Muchos otros esfuerzos se hicieron entonces para conducir el segundo sínodo, por ejemplo, dejando fuera a propósito las palabras “pecado mortal”, volviendo el texto intencionalmente ambiguo, y omitiendo deliberadamente el pasaje clave (no.84) en su totalidad, de la exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre la Familia, Familiaris Consortio, en particular la parte en la que claramente excluye de la Comunión a los divorciados vueltos a casar a menos que la pareja viva como hermano y hermana.

“Todos hemos votado de acuerdo a las propuestas que hemos recibido”, dijo un padre sinodal a National Catholic Register bajo condición de anonimato a principios de este año. “Entiendo que si el “sí” se interpretaría en conformidad con Familiaris Consortio, uno va en la dirección correcta. Pero ustedes pueden ver que en aquellas propuestas que prepararon, mencionan Familiaris Consortio, pero al mismo tiempo la dejan abierta a otras interpretaciones… Descuidaron mencionar algunas cosas”.

Añadió: “Debido a esto, en cierto sentido, la crisis que queremos que analice y encuentre soluciones respecto al matrimonio y la familia será peor en la Iglesia porque, ahora existirán divisiones en el entendimiento sobre la manera de interpretar la posibilidad de comulgar para divorciados y vueltos a casar”. “Si permitimos la Comunión para todos, perdemos también entonces el concepto de pecado”, continuó. “Sería entonces demoledor para toda la moralidad de la Iglesia”.

Hoy, por lo tanto, y a pesar de no haber obtenido la mayoría inicial de las dos terceras partes, y tras las fervientes advertencias de oposición de la Dubia de los cardenales, obispos, teólogos y filósofos, e incluso el Cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; el Cardenal Walter Kasper, card. Cupich y el Papa mismo, han dicho que es posible que se admita a la Comunión a algunos divorciados vueltos a casar viviendo en una relación adúltera de facto después de un período de discernimiento y acompañamiento.

 “La tesis que el cardenal Cupich cita ahora para sostener la postura de Amoris Laetitia del Papa fue rechazada en el propio sínodo», dijo un oficial del Vaticano. “Decir que dos terceras partes de los padres sinodales apoyó ésto es, por lo tanto, un tremendo engaño”.

Traducción de Como Vara de Almendro

http://m.ncregister.com/blog/edward-pentin/synod-fathers-rejected-communion-for-remarried-divorcees#.WLeWyG81_IW

 

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