Muchos están preocupados porque sus pastores, obispos, sacerdotes y religiosos no parece que, al menos exteriormente, den paso alguno en defensa de la Doctrina Católica en el mundo actual. Yo les animo a todos a ver esta actitud desde una perspectiva evangélica. Recordemos que, a la Hora del Supremo Sacrificio de Nuestro Redentor, no había en el Calvario más que un apóstol y las Santas Mujeres. Los apóstoles habían desaparecido, aterrorizados por los acontecimientos y a la cabeza de esta desbandada, San Pedro. Pensemos que tales hechos estuvieron designados por la Divina Providencia pues de haber estado presentes los apóstoles en su totalidad, quizás los hubieran masacrado a ellos junto al Redentor y entonces ¿Quién habría anunciado la Buena Nueva? Dios quiso sin necesitarlo, que el hombre fuera esencial en su Obra de Amor. Por lo que pensemos que, nuestros pastores guardan una cautelosa desaparición, encerrados en el cenáculo de sus palacios episcopales, parroquias o conventos, quizás por un natural y lógico miedo a las co
Fray Octavio m.c.
Queridos hermanos en la fe, publicamos a continuación traducida al español la magnífica carta que…
Negando la verdad. Dice Mateo 13, 53-56: "Cuando hubo terminado Jesús estas parábolas, se alejó…
Queridos hermanos en la fe, Sabemos que desde el pasado 31 de diciembre de 2022,…
La duración del sojuzgamiento de Israel en Egipto: Una exploración profunda del debate sobre los…
Ponemos a disposición de nuestros lectores esta estupenda obra de Alejandro Jiménez Alonso "En defensa…
Queridos hermanos, Desde la web comovaradealmendro aconsejamos encarecidamente la lectura del libro "Neomarxismo: Feminismo, marxismo…
Ver comentarios
Muchos en la Iglesia (obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seglares...) no tienen apenas fe en Cristo, y en su Iglesia puede que hasta menos; principalmente tienen fe en mantener su "negocio" en la Iglesia: su puesto de trabajo, su parcela de poder, prestigio y hasta placer; esto es, les interesa la Iglesia no como "misterio de salvación", no como Cuerpo Místico de Cristo, ni siquiera como Pueblo de Dios, definición esta típica del espíritu eclesial del Concilio Vaticano II; les interesa la Iglesia en la medida en que les funciona como una gran oficina o plataforma de colocación profesional: profesorado docente de Religión católica en su inmensa mayoría formado por burócratas, tibios, laicistas, o directamente apóstatas; educadores de la escuela católica que son exactamente iguales en mentalidad que los docentes de Religión católica para la escuela pública; no en balde, la escuela católica es, salvo honrosas excepciones, un nido de nepotismo, corrupción, tráfico de influencias, una fábrica de agnósticos y ateos en que se promociona un falso catolicismo "light".
Es la Gran Apostasía, son los frutos podridos de la misma. Muchos seglares en la actualidad, por ejemplo, no dicen ni pío sobre la podredumbre moral que asola la Iglesia, son acríticos, acomodaticios, tibios y mundanos. Porque les importa un comino Cristo, les importa un bledo la Iglesia; lo que les interesa, casi exclusivamente, es no comprometer su puesto de trabajo, su estatus, su parcela de poder, prestigio y placer.
Es una vergüenza todo esto que está pasando en la Esposa de Cristo. Una ignominia, un insulto a la cruz de Cristo redentora. Los pastores de la Iglesia deben conocer que todo esto es así, de hecho lo conocen, cómo no iban a conocerlo, mas por lo que manifiestan, también les importa un pepino el que así sea. Hasta el extremo de que uno tiene la impresión de que muchos pastores de la Iglesia hoy por hoy son radicalmente insensibles al dolor del otro, del prójimo; esto es, al estar tan mundanizados, al vivir de hecho como apóstatas, dramáticamente alejados del misterio de Cristo, ni se les ve ni se les espera: o van a su bola de meros burócratas del culto, o directamente te tratan de perjudicar, si tienes la desgracia de cruzarte en su camino. Asín de crudo pero de real me parece que es el estado actual de la Iglesia.
La Gran Apostasía, repito.