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El Vetus Ordo ninguneado por Francisco. ¿Cuántas burradas más tendremos que escuchar?

Tengo varios amigos que asisten asiduamente a la santa misa tradicional o misa tridentina,  y ayer se mostraban indignados, y no hay para menos, después de escuchar las declaraciones que hizo Francisco sobre el uso del Rito extraordinario de la misa, o vetus ordo. Las declaraciones fueron las siguientes:

«¿La misa en latín? «Es solo una excepción», aclaró el pontífice: «El Papa Benedicto tuvo un gesto justo y magnánimo para ir al encuentro de una cierta mentalidad de algunos grupos y personas que tenían nostalgia y se alejaban», subrayó Bergoglio hablando de la misa tridentina introducida en 2007 por Ratzinger con un motu propio a todos los sacerdotes que la quisieran celebrar. «Pero es una excepción». (ver más)

Cabe recalcar que el mismo Benedicto XVI  confirmó que dicha misa es un acto jurídico, un reglamento jurídico, precisando que este misal no fue nunca jurídicamente abrogado y en consecuencia siempre estuvo permitido.

En pocas palabras, amigos,  y después de leer las declaraciones de Francisco, uno creerá que los que asisten a esta misa son un «reducido grupo de fieles que se estaba distanciando y cuya mentalidad era poco menos que retrógrada». A un mismo tiempo se observa que para él la celebración de dicha misa debe ser para casos excepcionales.

Por tanto, de manera implícita, considera que el motu propio de Benedicto es algo poco relevante y prácticamente innecesario, pues según se desprende de su comentario, con el solo indulto concedido por Juan Pablo II en el año 1984 hubiera sido suficiente.

Para quienes sepan poco de este tema, haremos un brevísimo resumen de qué es la misa tridentina y de todo lo acaecido tras el Concilio Vaticano II con dicha celebración.

El Vetus Ordo , recibe también el nombre de «misa tridentina» por su codificación en el Concilio de Trento. También se la denomina misa de San Pío V, pues dicho papa fue quien hizo la reforma deseada en dicho concilio.

Tras el Concilio Vaticano II, y en el año 1969, entra en vigor el «Novus Ordo Missae», también conocida como misa de Pablo VI. En ese momento un buen número de fieles católicos deseaban seguir vinculados a la celebración del rito antiguo, pero dicho misal quedó sin vigor. No fue hasta el año 1984 que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramenteos concedió un documento de indulto para el uso restringido del misal de Pío V. Ello fue respaldado por Juan Pablo II, quien instó a los obispos a no poner trabas a los fieles que solicitasen el uso de este misal en sus respectivas diócesis. misa-sanpedro3

Durante el pontificado de Benedicto XVI, y por expreso deseo del pontífice, se promulgó el Summorum Pontificum en forma de motu proprio, el 7 de julio de 2007. Dicho documento fue el que permitió una ampliación del indulto de Juan Pablo II para la misa tridentina, y añadía una carta dirigida a todos los obispos del mundo en que explicaba la motivación de dicho documento. 

La carta aclaraba las condiciones de uso de dicho misal y se resume en los siguientes puntos:

  1. El misal promulgado por el Papa Pablo VI y reeditado por Juan Pablo II es la forma ordinaria de la liturgia de la Iglesia católica de rito latino. El misal de Pío V según la edición de Juan XXIII debe considerarse forma «extraordinaria» de la misma liturgia.
  2. a) Condiciones para el uso del misal del 1962: a) En las misas sin pueblo, cualquier sacerdote de rito latino puede usar el Misal Romano, según sea la edición del 1962 sea la del 1969, sin necesidad de pedir permiso. Se exceptúan a esta condición las celebraciones litúrgicas del Triduo Sacro, días en los cuales no son permitidas las celebraciones sin pueblo.
  3.  b) En las misas comunitarias o conventuales de institutos de vida consagrada o sociedades de vida apostólica pueden usarse uno u otro de estos misales, pero para hacer esto a menudo o habitualmente se necesita la autorización del superior mayor competente.
  4. Los fieles que deseen participar en las misas según la forma litúrgica extraordinaria de acuerdo con la condición a pueden hacerlo si lo piden voluntariamente.
  5. c) En los lugares donde un número estable de fieles requiera la celebración litúrgica según la tradición anterior, el párroco deberá atenderles poniendo cuidado de armonizar esto con la atención pastoral ordinaria bajo la guía del obispo y evitando divisiones. La forma del 1962 se puede usar en los días feriales, pero también con una sola celebración en los domingos y festividades. Se puede usar también en matrimonios, exequias o peregrinaciones. Los sacerdotes celebrantes han de tener la preparación adecuada y no estar impedidos jurídicamente. Donde no haya párrocos será el rector quien conceda las licencias para la celebración de la liturgia del misal de Juan XXIII.
  6. Se puede usar la lengua vernácula para las lecturas de las misas que sigan esa forma si se celebran con el pueblo.
  7. Si los grupos de fieles mencionados antes no son atendidos debidamente pueden acudir al obispo respectivo y si éste no les tomara en cuenta, pueden acudir a la Comisión Ecclesia Dei de la Santa Sede.
  8. Si el obispo no pudiera acceder a la petición de los fieles por algún motivo, también puede acudir a dicha comisión para pedir consejo.
  9. El párroco puede usar el ritual anterior en los sacramentos del bautismo, del matrimonio, de la penitencia y de la unción de los enfermos. Los obispos pueden administrar la confirmación según el modo anterior, si lo requiere el bien de las almas. Los clérigos también pueden usar, si lo desean, el breviario del 1962.
  10. El obispo de una diócesis puede erigir una parroquia para la celebración de la forma antigua del rito.
  11. Siempre queda la Pontificia Comisión Ecclesia Dei para tratar con la Santa Sede todo lo relacionado con la forma litúrgica anterior y para las funciones que el Papa quiera atribuirle.
  12. Esta comisión, vigilará sobre la aplicación de esta carta apostólica.

Queda por tanto, bien clarificado, que la misa tridentina o Vetus Ordo, es tan vigente como el Novus Ordo y que muchos fieles la prefieren a este último, y están legitimados a la asistencia a dichas celebraciones.

Desde nuestra página, nos parece una falta grande de respeto de Francisco hacia el rito antiguo y hacia quienes se sienten inclinados a asistir a él, máxime cuando Benedicto XVI queda prácticamente en evidencia ante las irreflexivas palabras de Francisco y que le desautorizan e ignoran el documento del 2007. motu-proprio-summorum-pontificum

¿Qué problema tiene Francisco con el latín, con el respeto a Cristo Eucaristía, con la gloria que se le rinde en la misa tridentina a Dios? ¿Tal vez tenga algo que ver con el prurito que siente para adorar a Cristo presente en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Eucaristía y que le impide arrodillarse ante Él? Precisamente, hoy, Juan Manuel de Prada hablando del latín trae a colación la siguiente reflexión:

«Los pedagogos que erradicaron el latín de la educación sabían, en cambio, perfectamente por qué lo hacían. Los guiaba el mismo propósito que, unos pocos años antes, guiaba a los innovadores religiosos que lo expulsaron de la liturgia. Unos y otros sabían que el latín modeló nuestro mundo  (y cuando escribo mundo no me refiero tan sólo al mundo externo, sino también a nuestro mundo interior); y sabían que el mejor modo de aniquilar la pervivencia de ese mundo era desterrar el latín de la iglesia y de la escuela». ( Juan Manuel de Prada. Visto en XL Semanal de hoy 13 de Noviembre)

Dejamos a su reflexión, como también a la nuestra, estas cuestiones y muchas otras que sin duda ustedes se plantean en referencia a ciertas actitudes y palabras de Francisco, y que, con seguridad, son muy difíciles de responder tanto para ustedes como para nosotros. Solo haremos un último comentario: pareciera que lo de «tender puentes» es una mera frase bien sonante que Bergoglio usa  solamente en una sola dirección, la que a es de su agrado. Al resto «que les den morcillas».

Montserrat Sanmartí.

 

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Como Vara de Almendro

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3 Comments

  • Es penoso este pontificado, es inocultable ya esta evidencia. Cantan las piedras que Jorge Mario Bergoglio es la heterodoxia en persona como papa Francisco. Pero ¿Jorge Mario Bergoglio es Francisco, o sea, en verdad es el Papa?
    Esta es la incógnita que queda por despejar.

  • Es un «escándalo», dice usted…
    Fijémomos: Francisco sostiene por activa y por pasiva que el fiel católico que hace proselitismo hace mal. Pero qué es proselitismo, ¿acaso es proselitismo invitar al alejado de la fe católica a que se encuentre con Cristo y con su Iglesia, toda vez que Cristo es el único salvador de la humanidad y la Iglesia, la única en la que «subsiste» (empelo adrede este término acuñado por el Concilio Vaticano II, frente al «es» -la Iglesia católica es la Iglesia fundada por Jesucristo- propio de la eclesiología preconciliar) la plenitud de los dones salvíficos dados por Cristo a su Iglesia.
    Entonces así las cosas, ¿qué hacer para entender la exhortación del papa Francisco? Vamos a entender que para Bergoglio el proselitismo es la coacción en el anuncio de un determinado credo, y toda coacción debe evitarse en la proclamación de cualquier religión. De acuerdo. Pero el anuncio de Cristo como el único salvador de la humanidad y de la Iglesia (católica) como la única verdadera (según el Vaticano II, hay verdades y valores evangélicos en el resto de confesiones cristianas, pero la Iglesia en la que «subsiste» la fundada por Cristo es la católica) es un deber de todo fiel católico, de modo que dar a entender, como sin duda hace el papa Francisco o se desprende de sus palabras, que el católico no debe «hacer proselitismo» so pretexto de desembocar en el irenismo y el relativismo, ¿cómo asimilarlo?
    Saludos en Cristo y su Iglesia.

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