En estos días de tantas expectativas por las elecciones presidenciales en Estados Unidos que dieron la victoria a Donald Trump, por los terremotos en Italia y por la violencia que no cesa y todas las noticias negativas que vemos todos los días en los Medios de Comunicación, las lecturas y el Evangelio de este XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario nos colocan a pensar en cómo debemos interpretar todo lo que está pasando.
Es fuerte sentir de parte del Señor por medio del Profeta Malaquías que todo arderá como un horno y que los malvados quemarán como la paja, sin que quede rama ni raíz. Pero lo más hermoso es que hay otro grupo que son los que honran su nombre, haciendo su voluntad, que serán iluminados con el sol de la justicia. ¿A cuál de estos dos grupos pertenecemos?. Este es el tiempo de la Misericordia en el que podemos arrepentirnos de nuestros pecados y el Señor con los brazos amorosos nos acoge en su seno, por graves que hayan sido nuestros delitos, siempre y cuando nuestro arrepentimiento sea verdadero.
A propósito, hablando de Misericordia, desde mañana ya se comienzan a cerrar las puertas del Año de la Misericordia en todo el mundo y en Roma quedarán abiertas una semana más para que los que aún no lo han hecho puedan gozar de esta gracia.
¿Comprendemos realmente lo que eso significa? Algunas ocasiones precisamente en Roma me he detenido a ver pasar la gente que en su mayoría son turistas, por la Puerta Santa que está abierta en las grandes Basílicas. No soy nadie para juzgar lo que hay en el corazón de cada uno, pero me pregunto si para muchos, consiste en simplemente atravesar una puerta y ya. Es verdad que para obtener la indulgencia es necesario confesarse y participar de la Misa, orando por las intenciones del Papa, pero de ahí en adelante ¿qué sigue?, ¿Hay un verdadero camino de conversión?. Bueno la ventaja es que la Misericordia que se está distribuyendo desde el Vaticano es tanta que ni siquiera es necesario ser creyente. Ya se puede ser comunista y además ellos tienen mucho que enseñarnos porque son cristianos y mucho mejores que nosotros. Eso dijo el Papa esta semana y no es invento mío, lo pueden ver aquí, y no sólo eso, sino que los que no somos comunistas sino defensores de la verdadera doctrina, somos todos fariseos.
Al igual que la gente del Evangelio contemplaba maravillada la belleza del templo de Jerusalén, así nosotros admiramos la belleza de las grandes Basílicas y Catedrales. Y seguramente el Señor nos dirá las mismas palabras hoy: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Y nosotros le haríamos la misma pregunta: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Hoy día hay tantos falsos videntes y gente tan ingenua que corre detrás de las novedades, escuchando a los que dan fechas exactas como por ejemplo Antonio Yagüe que precisamente nos dice que hoy 13 de noviembre recibiremos el Aviso de parte del Señor. Este señor ya ha cambiado la fecha varias veces y la gente sigue creyendo. Nuestro Señor nos advierte que vendrán muchos en su nombre pero no les creamos. Todo lo que estamos viendo tiene que suceder antes pero aún no es el fin. Sin embargo hermanos, recordemos que el Señor también nos dice en otra parte de su Palabra que tenemos que aprender a leer los signos de los tiempos. La persecución que se ha desencadenado hacia la Iglesia y sobre todo desde adentro, nos llevan a creer firmemente que muchas de las visiones de los santos y las Apariciones de la Virgen, sobre todo las que han sido aprobadas por la Iglesia, ya se están empezando a cumplir.
Ante tanta confusión en lo que enseñan muchos Sacerdotes, Obispos y sobre todo el mismo Papa Francisco, estamos viendo un efecto devastaste y triste. Los mismos católicos están divididos doctrinalmente y se están enfrentando incluso personas de una misma familia para defender o contradecir lo que dice el Papa Francisco. Ahí se cumple lo que nos dice hoy el Señor: «Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros. Y todos os odiarán por causa mía»
Alegrémonos hermanos de ser perseguidos por Cristo, pues nos espera una gran recompensa.
Padre Elías
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P. Elías, a la luz de su homilía, emerge una principal pregunta, que es duda, que es perplejidad: un fiel católico sin más títulos que su filiación con Dios mediante el bautismo y su pertenencia a la Iglesia, ¿puede no seguir las opiniones del Papa si en conciencia considera que el que está puesto ahí en la Cátedra de Pedro como sucesor de este, se aparta una y otra y otra vez de la doctrina de la fe católica?
Saludos.
Querido hermano, un católico puede no seguir las opiniones del Papa, porque usted mismo lo ha dicho son "opiniones". Otra cosa es cuando el Papa habla Ex-Catedra para definir por ejemplo dogmas. Ahí sí estamos todos obligados a obedecer y a creer.
Bendiciones
P. Elías
Exacto, es así, ya no queda duda alguna; con todo, siempre es preferible discrepar con respeto, con delicadeza, incluso aun sospechando que el papa Francisco es un sucesor de Pedro que ha llegado a la silla petrina de una manera "sospechosa", poco clara, confusa, extraña.
Gracias, P. Elías.
Buenas noches.
Excelente la nota, y los comentarios. Gracias por subirlos a la web!. Como católico, y como argentino, estoy pasmado ante las evidentes actitudes antropocéntricas de Jorge Bergoglio, (por decir lo menos; soy un simple parroquiano) que dejan a Nuestro Dios, Señor y Salvador Jesucristo, a siempre en un segundo plano. Otra actitud que me duele es, también, el relegamiento de la Santísima Virgen María, Madre de Jesús, y Madre Nuestra en toda su pastoral. Dios ayude a este hombre a rectificarse, y a la Santa Iglesia Católica, y a todas las personas, a continuar por el camino de la Fe y del Testimonio de la Palabra de Nuestro Señor Jesúcristo!