Un Café con Galat

Francisco pone en marcha la Abominación de la desolación

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Estimados lectores de Como Vara de Almendro; compartimos el excelente programa de Un Café con Galat  que nos ha parecido de suma importancia por el tema que trata y que no es otro que el de La Eucaristía y los cambios que quieren introducir en la misma hasta hacerla desaparecer y llegar al culmen de lo predicho por el profeta Daniel; el fin del Santo Sacrificio y la Abominación desoladora sentada en el lugar santo. Agradecemos al Dr. Galat y a su equipo por su incansable esfuerzo por llevar almas a Dios y ayudar a que no se pierdan en este tremendo momento que nos toca vivir.

Les emplazamos, así mismo, a leer dos textos bíblicos que nos hablan de este evento de la Abominación desoladora. Daniel 12 y Mateo 24. Meditemos y llevemos a la oración estos pasajes y escuchemos con atención todo lo que aporta el Dr. Galat en este programa para lograr comprender mejor los tiempos presentes y así podernos preparar para estar firmes y poder enfrentarlos a la manera de Cristo, resistiendo la prueba con la ayuda de Dios y de su Santísima Madre.

DANIEL, 12

1. «En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro. 2. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. 3. Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad. 4. «Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará.» 5. Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte del río. 6. Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: «¿Cuándo será el cumplimiento de estas maravillas?» 7. Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, jurar, levantando al cielo la mano derecha y la izquierda, por Aquel que vive eternamente: «Un tiempo, tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo santo.» 8. Yo oí, pero no comprendí. Luego dije: «Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas?» 9. Dijo: «Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del Fin. 10. Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos comprenderán. 11. Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días. 12. Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días. 13. Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al Fin de los días.»»
Daniel, 12 – Bíblia Católica Online

También lo recuerda Mateo en su relato evangélico:

MATEO, 24

«1. Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo. 2. Pero él les respondió: «¿Veis todo esto? Yo os aseguro no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida.» 3. Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo.» 4. Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie. 5. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy el Cristo», y engañarán a muchos. 6. Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin. 7. Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. 8. Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento. 9. «Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. 10. Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente. 11. Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. 12. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. 13. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. 14. «Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin. 15. «Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda), 16. entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; 17. el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa; 18. y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto. 19. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! 20. Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado. 21. Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla. 22. Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días. 23. «Entonces, si alguno os dice: «Mirad, el Cristo está aquí o allí , no lo creáis. 24. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. 25. ¡Mirad que os lo he predicho! 26. «Así que si os dicen: «Está en el desierto», no salgáis; «Está en los aposentos», no lo creáis. 27. Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre. 28. Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres. 29. «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas. 30. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. 31. El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro. 32. «De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33. Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas. 34. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. 35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 36. Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre. 37. «Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. 38. Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, 39. y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. 40. Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado; 41. dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada. 42. «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. 44. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. 45. «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? 46. Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. 47. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. 48. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: «Mi señor tarda», 49. y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, 50. vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, 51. le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Mateo, 24 – Bíblia Católica Online

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